EL ECO PODCAST
Explosivo crecimiento nacional del silobolsa y sus diferencias con el mercado brasilero
Un nuevo podcast de El Eco analiza la realidad del almacenamiento en silobolsa en Argentina y en Brasil, además de los motivos que hicieron que el vecino país triplicase su producción de granos en dos décadas.
Argentina es referente mundial en materia de almacenamiento en silobolsa y Tandil en particular es protagonista central cuando se analiza el origen debido a la invención de la maquinaria adecuada y a la capacitación profesional llevada adelante.
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Un nuevo podcast de El Eco Campo tiene como protagonista al ingeniero agrónomo Héctor “Lalo” Malinarich, un tandilense que lleva tres décadas predicando la tecnología y sus ventajas en empresas líderes de Argentina y de Brasil, actualmente para la empresa Nortene y su línea de bolsas para silaje Silox.
- ¿Cuál es su presente profesional?
- Después de 20 años en una de las principales empresas fabricante de silobolsas de Argentina, trabajando en la filial de Brasil, me desligué y a los poquitos días me llamaron para colaborar de un competidor brasileño.
Trabajaba en Argentina en Ipesa, donde básicamente el principal producto era el silobolsa, tema al que me dedico desde el año 1995.
Cuando salí, una empresa brasilera -que es líder en el mercado de polietileno en Brasil- me convocó para darles apoyo en la parte de almacenaje en silobolsa como un producto bastante novedoso para ellos.
Querían dar impulso a ese rubro y me convocaron para darle apoyo en la parte comercial y técnica.
Después quedé directamente trabajando en la parte técnica, principalmente para el mercado exterior brasilero.
En este momento, si bien estoy haciendo en un trabajo de apoyo y entrenamiento en Brasil, también estoy dando el apoyo técnico en todo el Mercosur y Colombia por ahora, pero con proyección de seguir viajando un poco más lejos, diversificado de lo que era antes.
- En esta historia de prácticamente 30 años con el silobolsa, ¿cómo ha visto la evolución del silobolsa?
- Cada lugar es una historia linda de contar.
Acá nació como una inquietud de un grupo de productores y de una casa comercial que tenía una pequeña fabriquita -como en su momento era Martínez y Srtaneck, lejos de lo que es hoy- que empezó a desarrollarse en la parte de consumo de forraje.
Básicamente era silaje de grano húmedo y luego fue derivado a silaje de planta entera y subproductos.
Sobre finales de 1998/99 empezó a desarrollarse el tema de usar al silobolsa como una herramienta de almacenaje de grano seco.
Todos -o la mayoría- recordamos lo que fueron los años 2000/2001 y la crisis económica. Quien está en relación con el sector agropecuario se acuerda que esa época era común que todos los días quebrara una cooperativa o un acopiador desaparecía.
Siempre en Argentina estuvo la cultura y la intención del productor de almacenar su propio grano, porque sabía que la mejor parte del negocio es la comercial, en la postcosecha.
Así que en esa época tuvo una explosión la adopción de la tecnología, en forma muy rápida. Hicimos un gran trabajo en el equipo que teníamos en esa época en Martínez y Staneck y tuvimos éxito, ayudados por las circunstancias.
Después, en el 2002, hubo una especie de acuerdo entre Martínez y Staneck e Ipesa, que era el proveedor de los silobolsas. Se decidió atacar en conjunto el mercado brasilero, como un potencial nicho de mercado muy interesante.
Allá fui y después de 20 años no logramos el éxito que se consiguió acá en Argentina, pero en un proceso mucho más gradual se va creciendo año a año.
Hoy, siendo Brasil el principal exportador mundial de granos y con unos terribles problemas de déficit de almacenaje, poco a poco vamos cambiando la cultura del productor de Brasil.
Ya estamos en un 10 ó 12 por ciento de la producción de Brasil almacenada en silobolsa, algo que es un logro sobre todo porque es una tecnología que en Brasil es contracultural.
El productor no tiene en su cabeza almacenar el grano como una estrategia empresarial, cosa que está cambiando gradualmente porque los problemas se van agudizando.
Cuestión contracultural
- ¿Cuál es la diferencia en la manera de actuar del productor que hace contracultural a esta tecnología?
- Básicamente la diferencia que he notado desde un principio es el sentido empresarial que el productor argentino tiene y el brasilero no.
Si bien está cambiando, para el productor brasilero el negocio agrícola empieza con la siembra y termina en la cosecha. Para el argentino arranca cuando planifica la siembra y termina cuando vende el grano.
Parece muy sutil la diferencia, pero es clave porque el manejo de la comercialización del grano lo tiene en Argentina el productor y en Brasil lo tiene los trading o las cooperativas. Al productor es como que le molesta y no sabe cómo manejarse bien en el proceso comercial, en la postcosecha.
Para tomar una noción de lo que estamos hablando: cuando fui a Brasil en el año 2003 producía 124 millones de toneladas y hoy produce 320/330 millones de toneladas.
Nosotros cuando fui producíamos 100 millones de toneladas y ahora estamos en 120. No hemos crecido mientras ellos triplicaron la producción.
Ellos siguen creciendo alrededor de seis o siete por ciento la producción todos los años, mientras que la capacidad de almacenaje lo hace entre un tres y un cinco por ciento. Es decir que todos los años se va generando un déficit de almacenaje del tres o cuatro puntos de la producción. Hoy están con un tercio de la producción que no tienen donde almacenarla.
La realidad de la agricultura en Brasil es que son primer mundo de la tranquera para adentro, pero de la tranquera para afuera son del cuarto mundo. Nosotros somos casi que somos mejores afuera que adentro de la tranquera.
El rol del Estado
- ¿Por qué Brasil pudo triplicar en estos años lo producido y Argentina solamente incrementó un 20 por ciento?
- Yo llegué a Brasil cuando Lula asumió su primer gobierno y los productores estaban enojadísimos y con dudas porque Lula no hacía nada.
Yo les decía que tienen que agradecer de que Lula no se meta en el negocio. Todos los que estamos en el campo recordamos el 2008 y para adelante, cuando tuvimos políticas antiagro, antiinversión y todavía tenemos resabios de eso, como son las retenciones.
En Brasil eso no existe. Todo lo que produce es del productor. Nosotros perdimos los mejores años de la agricultura, principalmente en soja y maíz que son los dos granos más importantes a nivel mundial como exportación, sacando trigo y arroz que tienen otro panorama, como granos que además de forrajeros son de consumo y energéticos.
El Gobierno acá vivió diciendo que la soja era un yuyo y allá se dedicaron a sembrar y a tomar lucro de la bonanza, de esos años de soja a 400 ,500 o 600 dólares la tonelada. El resultado fue que crecieron gigantemente mientras que nosotros nos quedamos.
Si el productor argentino no tuviera el pie encima, estaríamos tranquilamente en 200 ó 200 y pico millones de toneladas anuales.
Presente y futuro
- Volviendo al silobosa, ¿cómo ha ido evolucionando en cuanto al producto propiamente dicho en estas tres décadas y cuál es el futuro que le ve?
- Obviamente la tecnología se va metiendo y va haciendo más eficiente el uso del polietileno para el almacenaje hermético de granos. Eso ha llevado a mejorar las condiciones y las propiedades del silobolsa, disminuyendo los espesores y estamos trabajando con silos mucho más livianos.
Estamos trabajando con potencialidad de mayor cantidad de aditivos, básicamente dado por números de distintas capas de polietileno.
En la medida en que la producción siga superando la capacidad de construir de construir estructuras fijas para el almacenaje de grano, el silobolsa va a seguir creciendo.
Porcentualmente en Argentina estamos en el techo de lo que es el uso agrícola de silobolsa: alrededor del 60 por ciento de la producción se almacenan en ellos.
En el resto de los países, normalmente es bastante más bajo. En Brasil debe ser 10 por ciento, donde el potencial debería ser más o menos como en Argentina. En Paraguay es un poquito mayor, pero todavía no alcanza los niveles de participación que tiene en nuestro país. Algo similar pasa en Estados Unidos y bien su realidad es otra….
Por lo tanto, el silobolsa continúa teniendo un futuro promisorio en la medida en que mejoremos los usos en el campo y se continúe en el crecimiento de la producción.