EL ECO CAMPO
En biotecnología, Argentina es como el avión que carretea para levantar vuelo
El uso de la biotecnología en la agricultura fue analizado por el referente de una empresa especializada en el marco de un nuevo podcast de El Eco Campo.
El proceso de transformación biológica que se observa en el agro a nivel mundial tiene su correlato en nuestro país, según lo indicado por Fabián Díaz, gerente general de Koppert Argentina, al presentar una alianza con Acadian Plant Health, empresa canadiense líder mundial en tecnología y ciencia bioestimulante.
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“Si miramos un poco las tendencias que nos han llevado hasta acá, desde hace varios años notamos que el mercado de biológicos en el mundo tiene un crecimiento sostenido del orden del 15 por ciento en los últimos cinco o seis años” planteó.
Diaz acotó que, con mayor nivel de penetración, como Brasil. “Argentina viene en un proceso de paulatino despegue: es como el avión que está carreteando en la pista, acelera los motores y va levantando las primeras ruedas. Esa es la sensación que estamos teniendo”.
Explicó que “acumula una cantidad de factores que lo empujan hasta que finalmente hacen la fuerza suficiente para que la curva de crecimiento tenga un punto de inflexión. Estos factores van incrementando una conciencia de sustentabilidad presente que estaba históricamente dentro de un deber ser, pero que no era imperativa”.
Es que “se han incorporado algunos otros que se han ido incrementando”, entre los que se mencionaron restricciones en distintos mercados, por ejemplo con ciertas moléculas que no están aprobadas en los negocios de exportación.
Mencionó el “riesgo cierto del incremento de resistencias a las moléculas existentes” y sumó “la conciencia sobre degradación de suelos: Argentina es líder en este tipo de pensamiento”.
Otro factor no menor que marca la tendencia es el cambio generacional. “Vemos que los chicos jóvenes vienen con otra cabeza, con otra mentalidad… Los nuevos ingenieros agrónomos, los nuevos productores, las generaciones más jóvenes vienen con un chip distinto en relación a estos temas”.
El mercado
Al momento de analizar el mercado, Fabián Díaz planteó que “decimos que para ver un elefante, lo secciono”.
Lo dividió en el sector de tratamiento de semillas –“que tiene una tradición muy fuerte y muy importante en la Argentina”- y otros tres ó cuatro segmentos.
Uno de ellos es aplicación foliar o presiembra, con bioestimulantes y biofertilizantes; otro es el de bioinsecticidas; el de biofungicida y nematicidas; y la categoría de otros, donde entran las feromonas y algún otro tipo de productos.
“Cuando analizamos la situación productiva y de oferta de biológicos en la Argentina lo hacemos en esos segmentos. Si saco una foto de los últimos tres o cinco años, la película general que vemos del mercado argentino muestra que hay un gran bloque, de un 75 por ciento (en valores total del mercado, no de hectáreas sembradas) que corresponde a tratamiento de semillas, fundamentalmente para soja y trigo” indicó.
Añadió que “la segunda gran categoría que viene creciendo en forma consistente es la de bioestimulantes y biofertilizantes. Más allá de que hay un 7% de otros, que incluye un montón de áreas, bioinsecticida y biofungicidas de aplicaciones foliares oscilan en el uno y el dos por ciento”.
Analizó que “son muy pocos significativos en el mercado. Cuando pensamos que el crecimiento de biológicos en Argentina viene con una menor velocidad que el resto del mundo, la gran influencia es que el tratamiento de semillas -que es el corazón de nuestra industria biológica- básicamente tiene un grado de madurez importante, con lo cual potencial de crecimiento es menor en relación a las otras categorías”.
El futuro
Al momento de detallar las tendencias señaló que “nuestra expectativa es que el tratamiento de semillas per se mantiene en un valor total y en una penetración de hectáreas similar. Lo que sí estamos viendo cada vez más es una migración progresiva a tratamientos con mayores componentes de productos biológicos, producto de una serie de factores. Uno muy importante es que la calidad de los productos biológicos ha mejorado significativamente en los últimos años, a través de mejor selección de cepas y mejores formulaciones que impactan directamente en su habilidad de control de patógenos, adicionalmente a que tienen cierto valor de promoción de crecimiento”.
Otra tendencia importante es que “la bioestimulación y la biofertilización -que viene con un nivel de crecimiento constante- aún acelera más su penetración en el mercado”.
El gerente de Koppert dijo que la categoría de fijación biológica de nitrógeno “ha llegado para quedarse en el mercado. Todavía es un terreno con mucha necesidad de mayor exploración y mayor conocimiento. Toda la industria está conociendo un poquito las bondades que tiene este producto como complementación de otro tipo de fertilización”.
En cuanto a bioinsecticidas y biofungicidas, pronosticó que “van a adquirir un nivel muy distinto a lo que viene teniendo el mercado. Para tangibilizar el tema, todos estamos al tanto de la catástrofe y del problema de la chicharrita. Los productos biológicos son un componente fundamental para solucionar ese problema, como parte de un montón de herramientas de manejo. No es hay un producto biológico que es la cura contra la chicharrita, pero se puede manejar efectivamente y perfectamente con una serie de acciones llevadas adelante. Sin un biológico dentro de esos componentes las posibilidades de éxito son menores”, afirmó.
Fabián Díaz comentó que la semana pasada visitó en Brasil un campo que hacía una rotación de soja, maíz y maíz, en una zona muy proclive a la chicharrita. “Hay un puente verde -más que un puente verde, una autopista verde- en un campo que está con cultivo todo el año. Pero estaba manejado perfectamente contra la ‘cigarrilha de milho` a través de una combinación de distintas actividades de manejo, productos biológicos, y complementación con químicos”.
Por lo tanto “esta categoría de bioinsecticidas y biofungicidas la vemos de una relevancia totalmente distinta hacia adelante”.
Panorama cambiante
Díaz abordó el panorama de aquí a tres o cinco años al marcar que “es difícil predecir en qué momento llegan los números, pero vemos casi tan pronto como a tres años que el mapa del mercado de biológicos en Argentina se modificará fundamentalmente, con un tratamiento de semillas, un segmento de bioestimulantes y biofertilizantes, y otro segmento que podría incluir los biofungicidas y bioinsecticidas, que casi se repartirá en tercios o en cuartos”.
Señaló que, en tratamiento de semillas, “hoy uno de cada diez se realiza con un alto componente biológico. Nuestra visión es que de aquí a tres o cinco años, será uno de cada cuatro”.
En relación al segmento de insecticidas y fungicidas, “vemos un peso más fuerte, tal vez con cierta incidencia de la problemática que tenemos hoy con chicharrita de los insecticidas. Cuando uno va, por ejemplo, a mercados como Brasil, la relación es inversa: los biofungicidas tienen mayor peso que los bioinsecticidas”.
Sentenció que “hay un camino recorrido y experiencias realizadas en bioestimulantes y biofertilizantes. Lo que el mercado necesita es mayor cantidad de productos de un nivel alto de calidad. El año pasado lanzamos cinco productos nuevos y este año tenemos otros cinco”.
Fabian Díaz marcó que “hemos crecido en facturación arriba de un 65 por ciento a nivel local y estamos en condiciones de afirmar que somos un jugador importante en el mercado de biológicos, una de las empresas que más rápido está creciendo y -lo que es más importante- trayendo mayor cantidad de innovaciones de valor concreto para los productores”.
Finalmente destacó la alianza con Acadian Plant Health, con el lanzamiento de Stingray y Envigro, bioestimulantes a base de extracto del alga marina Ascophyllum nodosum, exclusiva de la zona intermareal del Atlántico Norte en Halifax, Canadá.