EL ECO PODCAST
Analizaron el impacto del riego sobre la calidad de los suelos agrícolas nacionales
La calidad de los suelos bajo riego suplementario fue eje de una de las disertaciones en la Octava Jornada de Producción Responsable 2024 organizadas por Aapresid, Inta y CIAT (Centro de la Ingeniería Agronómica de Tandil).
La exposición estuvo a cargo de la ingeniera agrónoma Carina Álvarez, docente y secretaria académica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), quien dio detalles de lo planteado en un nuevo podcast de El Eco Campo.
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- ¿Cuál fue el eje de su disertación?
- Hoy estamos centrados en el suelo. Ese es el protagonista del día de hoy. Cuando entramos a aportarle agua de riego, esa agua de riego tiene su propia calidad y comienza a transmitirla al suelo.
Vimos qué pasa en esta situación de riego complementario, cómo varían las propiedades del suelo, qué cosas tenemos que hacer para prevenir el deterioro o remediar lo producido por esta nueva introducción del agua de riego.
- ¿Las calidades del agua son distintas?
- Exacto. La estamos tomando del acuífero, del Puelche, y tiene una calidad general que tiene que ver con que son bicarbonatadas sódicas.
En cada punto, estoy tomando un agua de ese acuífero de distinta calidad. Tenemos que conocerla.
Lo primero que debemos saber antes de regar es conocer cómo es esa agua de riego, lo que va a marcar cuánto podemos aplicar y cómo manejar ese suelo posterior en la introducción del riego.
- ¿Cómo llegamos justamente a conocer esa agua?
- Implica ser un análisis. Una de sus principales características que consideramos es la conductividad eléctrica, que tiene que ver con las sales que porta -el contenido de sodio- y su relación con otros cationes como el calcio y el magnesio, que tienen muy buena acción sobre el suelo.
De ahí surge una variable que se llama RAS -relación de absorción de sodio- y entonces entre conductividad eléctrica y RAS podemos tener una idea de la calidad de agua de que estamos aplicando.
- ¿Cómo impacta eso, bajándolo al lenguaje del productor?
- Esa calidad de agua se empieza a transmitir al suelo, un suelo que está ´criado` digo yo con agua de precipitaciones. Es un agua que casi podemos decir es destilada. Comienza a recibir esta agua que tiene un cierto enriquecimiento en sodio y empieza a transmitir parte de esa calidad, ¿Cuánto transmite? Depende de cuánta agua de lluvia tengo y cuánto son los milímetros que riego y también -muchas veces- de las características propias del suelo, como el contenido arcillas, la materia orgánica, etcétera.
Entonces, después que yo pongo esta agua en el suelo empiezo a ver cómo va cambiando. Si se van alcanzando valores preocupantes, empiezo a poner foco en cómo puedo trabajar para atenuar los potenciales daños de la calidad del mismo.
Se basa mucho en cuánta agua aplico respecto del agua total, en conocer esa calidad de agua y después empiezo a ver cómo va pasando esa calidad al suelo.
- El riego en nuestra zona se observa mayormente en la papa… Pero, ¿cuál es la situación del riego en el país?
- Empecé mi charla mostrando la densidad de pivotes de riego que hay, con imágenes de avión de cuántos había en 2005 y en 2015. Es increíble como creció esa densidad.
Entonces nos tiene que poner en alerta. En general el riego trae cosas especiales. No es que produzco los mismos cultivos, sino que introduzco muchas veces la papa o la producción de semilla.
Son muy intensas esas producciones, con movimiento de suelo, mucho tránsito o muchas aplicaciones. Se juntan muchas cosas. No es solo a veces el riego, sino que aumenta el tránsito y otras cuestiones, y tengo que estar alerta a ver cómo ese suelo va evolucionando.
Debo usar medidas para prevenirlo: si le exijo más por un lado, tengo que devolverle más: pensar en cultivos de cobertura, que tenga siempre buenas raíces, si puedo hacer aportes a veces de materia orgánica… O sea, concentrarme en que si le pido más, lo cuido más.
- Volver a ese equilibrio ecológico….
- Eso es lo que me está resonando durante toda la charla. Partimos desde las condiciones naturales, rompemos cosas que se dan en la naturaleza, ciclos, y lo que tenemos que tratar es volver a -de alguna manera- regenerarlos, reconstruirlos dentro de un sistema de producción.
- ¿Los productores, en un momento en el cual muchas veces los números mandan, están dispuestos?
- Estoy trabajando en el sudoeste bonaerense, en la zona de Coronel Pringles y Coronel Suárez. Noto una fuerte preocupación. Desde el primer día que empezaron a aplicar riego nos llamaron y los estamos acompañando, midiendo todo esto que digo: lo que entra de agua en el agua, como responde y pensando como acompañar esta regeneración cuando es necesaria.
La verdad es que descubrí ese mundo con los productores, con su preocupación y acompañamiento; pero también descubrí que esto favorece los números.
Entonces digo que parte de ese favorecer los números debe volver a los lotes… como rinde más, devuelvo con cultivo de cobertura y nutrientes, si es necesario. Hay que pensar que no todo es liquidez y me lo llevo, sino que hay una devolución a todo este aporte que hace el suelo.
También ellos me enseñaron que a veces tener cierto número de hectáreas con riego, permite hacer otras cosas, trabajar con más aire en el resto del campo.
Uno me dijo que le permitía la ganadería, que tenía números muchos más ajustados. Pero que en el núcleo del establecimiento lo que muchas veces producía más de riego en lo monetario le permitía sostener una actividad que era más variable en su rendimiento económico.
- Trabaja en una zona donde la falta de lluvias se sufre…
- Exacto. Cuando nos desplazamos más para el oeste, esta intención de riego complementario se ve mucho más.
Se pone más en evidencia porque estabiliza mucho los rendimientos y permite hacer muchas otras cosas que con la pluviometría normal no podrían hacer.
- ¿La sala completa es sinónimo del compromiso de los profesionales?
- Tal cual! Tenemos la responsabilidad -como profesionales- de velar por el cuidado, de asesorar adecuadamente y acompañar a la producción.
Es una gran responsabilidad que forma parte de las actividades reservadas a nuestro título. Soy secretaria académica de la Facultad de Agronomía de la UBA y mucho discutimos que somos los profesionales que intervenimos en la producción y debemos cuidar el ambiente.
- Y nuevamente la Universidad pública aportando a la producción….
- Yo digo no hay mejor cosa que los productores nos vengan a golpear la puerta. Y eso es lo que pasó. Mis últimos proyectos -ya que son como 15 o 20 años- nacen de que el productor golpeó la puerta con un problema o necesidad de acompañamiento y nosotros acompañamos desde la universidad pública.
Ambos cumplimos perfectamente los objetivos. Ellos estudiando, evaluando y resolviendo sus sistemas; y nosotros produciendo ciencia y profesionales.