CÁMARA DE DIPUTADOS
La oposición dialoguista anticipa una etapa menos condescendiente y mayores fricciones
Si en el primer semestre predominó una actitud condescendiente de la oposición dialoguista ante los cantos de sirena de la Casa Rosada, el panorama de convivencia con el oficialismo para lo que queda del año aparenta más mucho más friccionado de lo que fue.
Por Sebastián Hadida.
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Un botón de muestra de esta desentendimiento creciente entre el Poder Ejecutivo y sus supuestos aliados ocurrió el 18 de julio, cuando los delegados del Gobierno, José Rolandi, Lisandro Catalán, Lule Menem y Lucía Ibarzábal se fueron de la Cámara de Diputados sin pena ni gloria, con un sabor agrio en la boca, después de escuchar los mil reparos de los líderes dialoguistas a la reforma política.
Tal fue la desilusión que se tomaron quince días para volver a la carga. Los mismos funcionarios retornarán al Congreso recién la semana próxima para un segundo encuentro con los referentes dialoguistas. La vara de expectativas, no obstante, es bastante más baja.
Ya les hicieron saber en su primera incursión que la eliminación de las PASO no es un objetivo viable, y que a lo sumo se podría acceder a suprimir la obligatoriedad, como proponen el PRO y la Coalición Cívica.
No así la UCR de Rodrigo De Loredo, que en términos generales prefiere sostener ese principio por temor a que los oficialismos puedan manipular las internas opositoras.
Y en cuanto a la propuesta de implementar la boleta única, le señalaron que ya existe una media sanción trabada en el Senado, por lo que le pidieron al oficialismo que movilice su energía en desbloquear esa iniciativa en lugar de enviar proyectos con pretensiones revolucionarias.
Dentro de la reforma política, el Gobierno también busca cortar el financiamiento y la propaganda electoral con recursos públicos, abriendo el juego a los aportes privados. Tampoco en este sentido tiene el camino pavimentado ya que en la oposición dialoguista conviven posturas a favor y en contra.
Desgaste
En los albores del Gobierno de Javier Milei, la receptividad de los bloques a la propuesta de modificación de la ley electoral habría sido significativamente otra, pero el desgaste de la relación a lo largo de todos estos meses, con un Gobierno que intentó llevarse de las narices a la oposición a puro atropello, alteró el espíritu de los dialoguistas.
La intermediación que ejerció el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, pero sobre todo del ministro de Interior devenido jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue eficaz a la hora de torcer la lógica del “todo o nada” de Balcarce 50 y arrimar acuerdos más sensatos.
Lógicamente esas intervenciones del ala política del Gobierno no alcanzaron para sanear el vínculo ni para despejar las desconfianzas después de la catarata de acusaciones envenenadas que les prodigó públicamente el jefe de Estado.
“Creo que con la Ley Bases, especialmente en la primera etapa, se la dejamos pasar muy tranquilamente. Creo que hay un peligro de que los partidos de centro seamos complacientes con el gobierno de turno”, reflexionó un diputado de la Coalición Cívica con quien Noticias Argentinas tuvo diálogo.
La sanción definitiva de la Ley Bases fue el último escalón en el que la oposición dialoguista acompañó al Gobierno sin atenuantes, aún tragándose el veneno de las descalificaciones recurrentes.
La exagerada escenografía del Pacto de Mayo fue el broche simbólico de esta etapa de mansedumbre opositora, en la que los gobernadores y líderes de los partidos aliados fueron prácticamente a ofrendar su humillación en el altar del presidente.
A partir de ahora, se abre una etapa nueva de la relación, en la que los bloques del PRO, la UCR, los federales y la Coalición Cívica impulsarán su propia agenda y no le pedirán más la escupidera al Gobierno, ni le servirán en bandeja todo lo que pidan.
“En la primera etapa con la Ley Bases sentí que hablábamos dos idiomas diferentes. Los del medio creíamos que les traíamos la solución, pero a ellos no les interesaba. Hay una impronta de megalomanía parlamentaria que vino en la Ley Bases uno. Después de eso hubo un proceso de aprendizaje, de ellos y de nosotros”, relató un diputado que participó de esas conversaciones por la ley pretendidamente “refundacional” del Gobierno.
Consultado sobre cuál es el papel que deben jugar las fuerzas de la oposición intermedia en el actual encuadre de ultra polarización que plantea Milei, con el riesgo de quedar devoradas por la grieta, contestó que el desafío es “poder transitar un no lugar para llegar a un lugar, y entrar y salir… pegar y salir”. NA