EMPRESARIO DESCUARTIZADO
Ahora Pilepich acusó a Nahuel Vargas de haber asesinado a Fernando Pérez Algaba
Maximiliano Pilepich, uno de los siete detenidos por el crimen de Fernando Pérez Algaba, el empresario hallado descuartizado, responsabilizó a su amigo Nahuel Vargas de haber sido el autor material del asesinato.
Pilepich reconoció que el episodio ocurrió en el emprendimiento inmobiliario “Renacer” de General Rodríguez, informaron fuentes judiciales.
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En tanto, el fiscal Marcelo Domínguez solicitó al juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, que sean procesados con prisión preventiva los siete detenidos en la causa que investiga el crimen de Pérez Algaba, entre ellos Pilepich y Vargas, quienes se acusaron entre sí de haber sido los autores del crimen.
En su primera declaración que brinda por el caso ante el fiscal Domínguez, Pilepich aseguró que el 18 de julio pasado, cuando se hallaban en una de las oficinas de “Renacer” observó a Vargas “desencajado con una pistola en la mano” y que le dijo “este hijo de p… no daba para más”, en referencia a “Lechuga” Pérez Algaba, a quien vio tirado en el piso ya fallecido.
Pilepich utilizó un vocabulario parecido al que usó Vargas para involucrarlo en el crimen y hasta mencionó las mismas palabras.
Es que Vargas, en su indagatoria del 18 de agosto pasado, Vargas había acusado de manera directa a Pilepich de haber asesinado por la espalda a la víctima y que, tras el crimen, el homicida le había dicho “Ya está, no aguantaba más, hay límites”, en referencia a las exigencias de una deuda por parte de Pérez Algaba de unos 150 mil dólares y que lo extorsionaba.
Ayer, Pilepich fue trasladado desde la cárcel de Melchor Romero ante el fiscal Domínguez para ser indagado, en la que aseguró que “no tenía ninguna deuda económica con Pérez Algaba” y que el crimen lo cometió Vargas por celos, ya que -según le contó éste- la víctima le dijo que mantenía relaciones sexuales con una expareja suya y hasta le mostró una foto en su teléfono celular.
“Fernando estaba cambiando unas lamparitas y (Vargas) le pegó dos o tres tiros, no sé dónde se los pegó. Dijo que se le había nublado la vista y le disparó”, aseguró el empresario de la construcción.
Respecto al arma utilizada en el crimen, Pilepich -asesorado por su abogado defensor Enrique Tronceda- dijo que esa pistola calibre 9 milímetros estaba en poder de Pérez Algaba y que Vargas se la arrebató de la cintura mientras cambiaba las lamparitas de una de las oficinas del predio. (Télam)