LA VIDRIERA
“René”, casi un Citroën de juguete
La familia Monteavaro iba caminando hace mucho tiempo por la terminal de ómnibus cuando vio estacionado y a la venta un Citroën 3CV… o algo que se parecía a la carrocería de un 3 CV. Casi de inmediato decidió su compra para restaurarlo. El trabajo llevó seis largos años y hubiera continuado de no ser por Mariana, la madre de la familia, que sentenció “Ya está”. Y así fue como aquella vieja chatarra que cobijaba en su interior un motor que apenas resoplaba, pasó a ser protagonista de una aventura en equipo, como si se tratara de un juego.
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