Instaladas en su estudio inmobiliario iniciamos la charla hablando en primer lugar del caluroso octubre que apareció de un momento a otro, obligando a los vecinos a la instalación urgente de aires acondicionados, ventiladores de techo y hasta el armado rápido de las Pelopincho. La charla se prolongó en off sobre la situación del país y las elecciones, hasta que la llegada del reportero gráfico nos advirtió del grupo de hombres y mujeres reunidos en una de las veredas de la calle Quintana, seguro&nbsp; a punto de salir a caminar y hablar con los vecinos para hacerles llegar sus&nbsp;propuestas con vistas al 14 de noviembre. Y allí los vimos juntos, entre otros,&nbsp; al “Flaco” Frolik y a Oscar García Allende tratando de encontrar un poco de&nbsp;sombra al compás de la charla amigable. La nota de color nos dio un tiempo para comenzar la entrevista con esta joven mujer que desde&nbsp; que se recibió a principios de los noventa en los tribunales Civil y Comercial de la Ciudad de Azul puso su estudio inmobiliario a la entrada de la Villa Italia, a metros de la&nbsp; Avenida Aristóbulo del Valle, hoy Avenida del Encuentro.“Para poder estudiar me tuvieron que emancipar –cuenta- ya que la mayoría de edad recién se daba a los 21 años que todavía no había alcanzado. Así me inscribí en el Registro Público de Comercio, trabajando con Eduardo Gorostidi durante cuatro años y a los 22 años abrí en este mismo lugar. De modo que hace más de 25 años que estoy acá.-Y fuiste reconocida durante la última celebración del Día del Martillero.-¡Sí! Una linda medalla por los años que llevo ejerciendo, en realidad más de 25. También tengo mi martillo ya que hago remates y soy perito judicial. Nunca me cambié&nbsp;de lugar.-¿Sos de Villa Italia?-Nací en Vela, vinimos a Tandil cuando era muy chica y me formé en la Escuela Sagrada Familia.&nbsp;-¿Cómo llegaste a ocupar este espacio?-Porque mi papá&nbsp;compró el&nbsp;hotel que había antes en la avenida y Quintana. Enfrente, donde estaban mis vecinos los gitanos, también había otro; el tren iba y venía de Buenos Aires, entonces los lugares más cercanos para hospedarse eran estos. Hoy en la esquina mi hermana tiene una mueblería y el hotel pasó al olvido, aunque la placa quedó en el Museo del Fuerte.&nbsp;El martillo y la valija-¿Por qué estudiaste para ser martillera?-Mi papá era un emprendedor y se dedicaba a la compraventa de terrenos, locales, los vendía y adquiría otras cosas. Había puesto una casa de antigüedades en la esquina. Me llevaba a los remates de Maestrojuan en la Avenida Colón y me dejaba ahí diciéndome qué lotes debía seguir y a mí me encantaba y ofertaba…-¿Hacías de grupí? (N.R. postor simulado en una subasta)-¡Claro! (Risas) Ya más de grande&nbsp;íbamos a los remates de Wenceslao Fernández y como te decía ¡Me encantaba! Y allí sí ya compraba antigüedades para mí y lo que me indicaba mi papá, él trabajó durante muchísimos años… pero en realidad lo que yo quería estudiar era turismo, porque me encanta viajar, conocer, siempre estudié idiomas pensando en eso. Cuando me recibí en 1989, después de la devaluación de Alfonsín, del Austral… no me podían mandar a Buenos Aires que era el lugar donde se daba y yo quería ir&nbsp; aunque comenzaba en Mar del Plata. Mi papá me dijo que estudiara algo que me permitiera hacer turismo. Le hice caso y gracias a esta profesión he conocido, podría decir, todo el mundo. También gracias a ella pude tener un bienestar y disfrutar trabajando.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2021/10/celia_sanchez27-10(1)._j_p_g.JPG" alt="celia1"></figure>-¿Tus clientes son de esta zona?-De todos lados, pero mi fuerte es Villa Italia.-¿Cuando te recibiste había muchas mujeres en el rubro?-No, muy pocas y a todas nos dieron el reconocimiento. A Silvia Díaz, Sara Errasti, Estela Suhubiette; antes eran todos hombres y más grandes que nosotras. Las maestras se jubilaban muy jóvenes, a los 50 o un poco más y a esa edad no querían dejar de trabajar,&nbsp; entonces estudiaban para martilleras, porque ésta es una profesión que aún siendo una persona grande la podés llevar adelante. Era un mundo de hombres y yo la más chica, una chiquilina.-¿Y cómo te trataban en ese coto?-Me ayudaron de forma incondicional, mucho aprendí de Eduardo Gorostidi y sobre todo de Antonio Comiso a quien considero un gran amigo dentro de mis colegas. Otro,&nbsp; Ricardo González Nogués que fue presidente del Centro de Martilleros y me dio la posibilidad de ser la primera mujer en integrar la junta directiva del Centro, como prosecretaria. Y yo era joven, con ganas, con ímpetu, no tenía hijos, podía dedicarme full time… ahora estoy en un cargo suplente porque cambiaron las cosas: la casa, los hijos ya no te lo permiten, pero tuve ese honor.La Villa es un sentimiento-¿Cómo era Villa Italia en los noventa?-Tengo la satisfacción de decir que la vi crecer. Vi crecer Quintana, Beiró porque se hicieron muchos locales, algunos de los cuales felizmente administro. En aquel momento la gente compraba la casita para sus hijos, con patio. Después por la inseguridad –y estoy hablando de muchos años atrás- vino mucha gente de Buenos Aires. Los pequeños chacareros, también clientes míos, compraban departamentos para alquilar, cambiaban el auto, una máquina. Cosas que se podían hacer. Hoy no. Si bien está&nbsp;remontando, &nbsp;el mercado inmobiliario estuvo muy deprimido, porque mientras no haya créditos para la adquisición de una primera vivienda, a la gente de clase media trabajadora le es casi imposible acceder a su propia casa. Esto me hace sentir mal porque me pregunto “¿esta gente está condenada a alquilar toda la vida?”-Tandil está como dividida: una de la barrera hacia la avenida Colón y la otra entrando en Quintana.-Sí, hay algo de eso, antes era mayor, la gente venía a la inmobiliaria y me decía: “Menos tal barrio… tal otro y Villa Italia”. Yo les respondía: tenés todos los servicios, estás a cinco minutos del centro en auto. La gente de Villa Italia está muy orgullosa de su lugar; tenemos club, bando, plazas, médicos, Registro Civil, velódromo, centros comerciales… si no tenemos ganas no tenemos que ir al centro de la ciudad. Actualmente la gente que está pasando la vía nos pide por favor que en cuanto se desocupe un lugar les avisemos.-Además los precios acá en Villa Italia y en el centro son absolutamente diferentes a los del centro.-Porque los alquileres son distintos, más económicos, la gente de Villa Italia vende y compra para sus hijos o nietos en el mismo lugar, porque la madre vive a la vuelta, los nenes van al Jardín de Begoña y el Instituto Martín Rodríguez es un excelente colegio. Romper esa barrera de “Villa Italia no” me costó mucho, pero yo los llevaba igual a ver las casas y parecían remisos pero los convencía y terminaban comprándola. Creo que no hay que cerrarse a lo que buscan porque está en nuestra&nbsp; habilidad hacerles ver algo que vale la pena. Esto con la gente de Tandil. Con la de Buenos Aires, a veces venían con prejuicios por los comentarios de los parientes, pero ahora no. Buscan tranquilidad.-Hablame de los beneficios de vivir en esta zona.-Es seguro, tenés todo a mano, hay dos centros comerciales, podemos estacionar libremente. Sí,&nbsp; somos como una “raza” especial…-¿Cómo es eso?-Si bien hoy no vivo en Villa Italia porque uno va cambiando, sigo recomendándola. Te cuento, vino un cliente que cambió su negocio a la Avenida Avellaneda y quería mudarse. Lo atendí,&nbsp; escuché, le pregunté qué decía su familia y ¿sabés una cosa? Terminó quedándose acá porque sus hijos no querían dejar la escuela ni a sus amigos. Sí, tendrá unos minutos más de viaje hasta Avellaneda… pero no dos horas y media como algunos que viajan todos los días en Buenos Aires para llegar a sus trabajos. Y todos felices.-¿Qué diferencia existe entre el alquiler de un local comercial en el centro y otro en esta zona?-La mitad o menos. Respecto de las viviendas, hay mucha escasez tanto para alquilar casas como departamentos y lo poco que hay está carísimo. Por un departamento en el centro igual a otro en Villa Italia te piden 45 mil y acá saldrá 25 mil. A la gente que quiere comprar para invertir o tener una jubilación adicional haciendo departamentos les aconsejo Villa Italia ya que pasando la avenida no va a encontrar terrenos por menos de U$S 80 mil, en tanto acá&nbsp;conseguirá por la mitad de ese valor. Además no toda la gente trabaja en el centro,&nbsp; lo hace&nbsp;en el Parque Industrial, en el Ejército, en Cagnoli, en las empresas agropecuarias de la ruta y esto se ve cada día más, de modo que la gente no quiere perder tiempo, gastar combustible ni sacar el auto a veces. Con esto insisto mucho: si trabajás en Villa Italia, el Parque Industrial… ¿por qué te vas a comprar un departamento en el centro o en el Barrio Falucho?&nbsp;Los edificios le agregan valor a una ciudad-A la hora de decidir por una compra ¿quién toma la decisión en la familia?-Voy con la mujer pero también con el hombre. A ella le muestro todo lo que quisiera ver yo como mujer en cuanto a confort, reciclado, pero en definitiva –antes- era el hombre el que manejaba el dinero y decidía, pero en la actualidad las mujeres trabajamos a la par, aunque a veces algunas ganan menos que los hombres. Hoy la mujer compra su terreno, su casa, su departamento. Y he vendido muchísimas propiedades a mujeres solas. Tal vez hace veinte años era otra cosa, hoy los matrimonios jóvenes se compran el lote y se hacen la casa a su gusto. En Villa Italia tenemos muchas casas viejas que antes eran buscadas para reciclar, pero ahora se busca un&nbsp; lote grande para demoler y hacer departamentos, no solo centro semicéntrico o avenida; eso llegó&nbsp;para todos.-¿Creés que Tandil perdió algo de su identidad por tener tantos edificios , o&nbsp;le agregan valor a la ciudad?&nbsp;-Es que es inevitable por el crecimiento de la ciudad, la gente quería estar dentro de las cuatro avenidas pero había que hacerle entender que debíamos llegar a Avenida Balbín, a tantos otros lugares para hacer negocios, invertir, pensar para el futuro. Vemos edificios en las avenidas muy bien diseñados, se ve que los arquitectos o constructores buscan darles calidad, diseño, confort, un balcón, parrilla, cochera. Los edificios le dan valor a un lugar y también llegaron para quedarse.-¿Cuánto tiene que ganar una persona para alquilar un departamento para una familia tipo?-Desde ya tiene que haber dos sueldos o uno que gane muy bien… porque no sé cuánta gente gana 150 mil por mes,&nbsp; ya que una casa de dos dormitorios con garaje, patio está&nbsp;entre 40&nbsp;ó 50 mil como económica y no estoy hablando de zonas exclusivas. Puede haber de 35 ó 40 mil, añadí la luz, el gas, los servicios, la canasta familiar, el colegio… hoy para alquilar pido los recibos de sueldo o ingresos demostrables y debo afectar a lo que veo en blanco el 30% para pagar el alquiler y si no se llega a 90 mil ó 100 mil no lo va a poder pagar.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2021/10/celia_sanchez27-10(4)._j_p_g.JPG" alt="celia3"></figure>Llegó la nueva…-La Ley de alquileres sancionada no hace mucho y que lleva los contratos a tres años, entre otras cosas ¿cayó&nbsp;bien o no?-Muy mal. Pésimo para todos, en especial para los inquilinos. El tema es que personalmente descreo cuando el Estado interviene en lo privado. Sucedió que las propiedades que estaban para alquilar las pusieron a la venta. La mitad de Tandil está en venta ya sea con carteles o sin ellos. Los alquileres quedaron devaluados y las propiedades se venden en dólares.&nbsp; La Ley está desde julio del 2020, ya un año, tenemos una tabla con la que nos manejamos, por ejemplo si el inquilino un año atrás pagaba 10 mil ahora va a pagar 15 mil, en un año es el cincuenta por ciento y va para más. Antes&nbsp; sabía lo que iba a pagar y el dueño lo que iba a cobrar, en algunos casos se hacía el 15% cada seis meses, pero lo sabía. Ahora no. Creo que se va a volver a charlar esta Ley, tal vez se dé marcha atrás. Tendrían que haber convocado a la Cámara Inmobiliaria, inquilinos, propietarios… lo único bueno es lo de los tres años ya que el tiempo pasa rápido y que no te aumenten durante un año… al siguiente,&nbsp;agarrate.&nbsp;Juntos a la par-Las mujeres han avanzado mucho en cuanto a derechos, empoderamiento, ¿cómo la ves? ¿Adelante, acompañando, detrás del hombre, a la par? ¿Y en tu profesión?-A la par del hombre. Yo sin saber del empoderamiento ya lo estaba ejerciendo aún siendo tan chica&nbsp; ya que siempre quise ser independiente, tal vez porque me lo inculcó mi padre: “Nunca dependas de nadie. Sé independiente”. Y acá lo veo. Ahora han cambiado muchos las condiciones para la mujer, ahora hay políticas de género,&nbsp; antes cuando se separaban si había violencia familiar, era la mujer la que tenía que irse de la casa y buscar un departamento para ella y sus hijos. Muchas veces he tenido estos casos donde no contaba con ingresos ni garantía y el marido se había quedado con la casa. Hemos evolucionado gracias a Dios y las políticas que se han logrado son maravillosas. No obstante no es lo mismo en la gente de clase media o alta que en la gente de clase media trabajadora, he visto muchos casos y también es cierto que no todas tienen las mismas oportunidades. A mí me gusta trabajar a la par del hombre y ganar lo mismo.-¿En este rubro se da?-Sucede así: el hombre le puede dedicar mucho más tiempo a su profesión que las mujeres porque además de trabajar, criamos nuestros hijos, hacemos los mandados, tenemos las reuniones del colegio, les compramos la ropa, los llevamos al médico… tal vez esa sea la desventaja de la mujer profesional que tiene que criar a su familia.&nbsp;Capacidad de resiliencia-¿Cómo te manejaste con la pandemia?-La pandemia hizo que aprendiéramos a manejar redes sociales y a no manejar dinero en efectivo de los alquileres haciendo transferencias. Al no poder abrir y tener, felizmente, muchos locales que administro así nos manejábamos tanto con el dueño como con el inquilino. No estuvimos demasiado tiempo cerrados. Con las personas que no manejan redes ni cajero o cosas por el estilo iba a la casa personalmente con todos los cuidados. He visto mucha generosidad de los propietarios, han perdonado meses de alquiler o lo han hablado con los inquilinos que quedaban sin trabajo y no pagaban porque no podían. Por eso creo que nunca hay que pensar que esto es Buenos Aires, somos otra cosa. Estuvimos con un horario muy acotado durante bastante tiempo pero la gente se adaptó, así como al protocolo; acá no entran más de dos personas, siempre con barbijo y alcohol. Lo que más extraño es esto de saludarse sin un abrazo o un beso. Jamás tomé mate con los clientes, de modo que eso no interfirió. Ni hablar de un café ya que no nos podíamos sacar los barbijos. Sí,&nbsp;extraño ese contacto humano del que te hablaba.-¿Tuviste miedo?-Mucho. Felizmente no enfermé y ya tengo las dos vacunas. Al principio con la cuarentena estricta estuve de acuerdo, ya después no tenía ningún sentido. Vi fundirse a varios de mis clientes que no podían abrir ni pagar los sueldos, pero gracias a Dios Tandil, dentro de la provincia de Buenos Aires, es una isla. Antes veías locales&nbsp;vacíos;&nbsp; ahora todo están&nbsp;repuntando&nbsp; gastronomía y hotelería, y muchos están reinventándose. Tandil es un caso aparte, tenemos diferentes ingresos con el comercio, el campo, turismo, de modo que tenemos muy diversificada nuestra economía, no pusimos todos los huevos en la misma canasta. Además somos en el país una de las ciudades con mejor calidad de vida. En Tandil vivimos tranquilos, hay ahora algunos hechos de inseguridad pero comparados con otros lugares es un paraíso,&nbsp; e insisto, sigue siendo una isla. Y ahora nos tenemos que acostumbrar, porque la gente sigue optando por venir a vivir acá, entonces va a haber mucha gente por las calles, los restoranes llenos…-Pero es una ciudad cara.-Sin duda, fijate nomás el precio de las cabañas en el fin de semana largo o en el verano. No digo que estamos como Pinamar pero no andamos muy lejos. Todo lo textil ha aumentado muchísimo, pero llega gente de buen poder adquisitivo, eso se nota, se ve. Y muchos después de pasar sus vacaciones quedan encantados y se vienen a vivir acá, como sucedía antes con Córdoba. Estamos muy cerca de Buenos Aires. Ya hay reservas para diciembre, enero y febrero. El último fin de semana largo las reservas se hicieron con dos meses de anticipación.-Hubo un hotel céntrico, de mucho nivel que estuvo a punto de cerrar y ahora está&nbsp;tomando gente.-Es que la ayuda que recibieron no sirvió de mucho, pero todo está&nbsp;repuntando.-¿Cómo cerrás la nota?-Estoy muy feliz por ver la cantidad de colegas mujeres que hay actualmente en la ciudad. Chicas jóvenes llenas de entusiasmo, energía, me hacen acordar a mí cuando empecé, porque ahora ya no tengo ganas de estar todo el día en la calle haciendo sociales. Por eso me encantan mis colegas jóvenes.Por otro lado lo que tenemos que hacer con nuestro Centro de Martilleros es trabajar todos juntos por la ciudad, ya que el crecimiento de ésta tiene que ver mucho con nuestro trabajo. Nuestra actividad le ha dado forma y crecimiento, somos los que vendemos lotes para cabañas, complejos de hoteles, lotes para departamentos en esta ciudad tranquila en la que vivimos. Nuestra lucha es con la franquicia Remax, somos martilleros y nuestra profesión no se franquicia. Estudiamos, nos preparamos, nos conocemos entre nosotros y los clientes y para nosotros es muy doloroso lo de estas franquicias internacionales. Felizmente ya hay una ordenanza para que saquen la cartelería, ojalá todo siga adelante y podamos trabajar como lo hacíamos antes: todos los martilleros juntos.&nbsp;