&nbsp;Podría decirse que es una pregunta retórica la mía sobre su vocación de médico de niños, pero va igual y esto es lo que dijo Jorge: “Cuando hice la materia pediatría la elegí. Más allá&nbsp;de la lógica, sin duda, tienen que ver también las influencias ambientales: mi padre era pediatra. Y&nbsp; cuando hice pediatría en el Hospital de Niños&nbsp; de Buenos Aires realmente estaba muy a gusto”.-¿Hay una tercera generación Cabana de médicos de chicos?-Dos de mis seis hijos son pediatras. Maité está con nosotros en el Grupo Pediátrico y Javier, el mayor, trabajaba como pediatra en Mar del Plata y ahora está en Barcelona.-Me decías que después de recibirte estabas en el Hospital de Niños de Buenos Aires.-Allí hice la residencia y quedé como jefe de residentes pero se apuró mi regreso por el hecho de que falleció mi padre y, bueno, tuve que venir antes de lo previsto. El tenía el consultorio en la Clínica Modelo y allí comencé en Tandil y di por finalizada esa etapa en 2018 porque fuimos conformando un grupo de trabajo con mi hija y otros pediatras entre los que estaba el doctor Auguste. Se fueron sumando médicos especialistas y llegamos al presente donde trabajamos en grupo y con una historia clínica común, que es como se debe hacer la medicina ahora. La medicina individual no tiene mucho futuro. En grupo sí,&nbsp; con gente que se dedica a la clínica y gente que haga especialidades, entre otras cuestiones. Y en eso estamos creciendo bien.&nbsp;-¿Cómo se trabajaba en tus inicios?-No había prácticamente consultas e interconsultas. Se hacía en forma más individual y la figura del médico era considerada de otra manera desde el punto de vista social. Era una profesión liberal. Actualmente&nbsp;–y creemos en eso- la forma de trabajo en cualquier rama de la medicina, y particularmente en pediatría, es compartiendo: discutimos pacientes, nos reunimos a hablar de dudas, certezas;&nbsp;a estudiar, en fin.&nbsp;-Antes los médicos iban a los domicilios.-Sí, hace mucho tiempo. En esa época, no había guardias pediátricas En este momento vos tenés una guardia en el Hospital de Niños de la ciudad, la única. Aunque en algún tiempo hubo otras guardias en privados, ahora no. Y eso ya solo determina un cambio. Porque yo en mi época, cuando recién vine, hacía muchos domicilios. Hacía diez, doce, pero había veces que ibas a ver al paciente a las doce o catorce horas de que te habían llamado. El paciente aceptaba esas reglas porque llamaba a la mañana y uno estaba ocupado. Bueno, iba cuando podía. Esto cambió para el paciente, para el médico. Y además están las guardias que permiten que ante una emergencia real uno pueda concurrir y se solucione el problema de la gente. En realidad es mucho más razonable.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/jorge_cabana.JPG" alt="JORGE CABANA - 1"><figcaption>El doctor Jorge Cabana</figcaption></figure>¿Trabajan en conjunto con sus pacientes y el Hospital de Niños?&nbsp;&nbsp;¿Pueden visitarlos si están internados?-Tenemos un excelente trato con toda la gente que está allí. Y además el Hospital es el lugar de referencia en Tandil para internación. Y sí, podemos ir a ver a nuestros pacientes.-Eso está bueno porque la familia y el niño no pierden contacto con su pediatra. ¿Continúa siendo una de las prioridades del médico&nbsp;“tranquilizar a los padres”?-La relación del pediatra es con la familia, no con el chico. Y es una relación muy especial que cada uno maneja; no ya sólo sus conocimientos&nbsp; sino su empatía, la forma de trato con la gente. Y bueno, tiene que ver también con que la familia se sienta confortable y cómoda y con posibilidades de intercambiar (entre médico y familia) las distintas situaciones que se van dando. En ese sentido uno acompaña a las familias en distintos procesos.&nbsp;La obesidad infantil, un mal mundial-Fuiste presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría.&nbsp;-Fui presidente de la filial local, primero, después de la región. Y en este momento soy presidente de un Comité&nbsp;Latinoamericano e integrante de un Comité de la Sociedad Internacional de Pediatría.&nbsp;-¿Hay muchas patología nuevas –más allá del Covid-29- o son las mismas con mutaciones?-Hay nuevas patologías y versiones nuevas de patologías viejas, de allí que haya nuevas especialidades. Por eso acá nosotros tenemos neumonólogo, endocrinólogo, nutricionista, entre otros. Las especialidades tienen que ver con el trabajo en equipo ya que en ciertos casos se consulta con el especialista. Ha habido un desarrollo de especialidades pediátricas y eso no existía cuando comencé.-¿La obesidad infantil es actualmente una epidemia mundial?-Es el problema más grave que hay en salud pública en todo el mundo. En realidad todo lo que se conoce como enfermedades no transmisibles son de una importancia mucho mayor que las infecciosas. Estas últimas tienen más prensa; sin embargo, las enfermedades no transmisibles, entre ellas la obesidad, son de las causas más importantes de enfermedad y de muerte. En Latinoamérica particularmente. Morbimortalidad, se llama técnicamente en el mundo. Y es cierto, esto tiene que ver con patrones de nutrición… vos me preguntabas si han ido cambiando las cosas. Yo no digo lo mismo que decía cuando empecé. En muchos aspectos uno no dice lo mismo porque sabe que no es lo mismo. Se ha ido estudiando y las cosas van cambiando. Pero todo lo que son enfermedades no transmisibles&nbsp;son una preocupación muy importante.&nbsp;-¿Por ejemplo qué otro tipo de enfermedad se ve en los chicos ahora?&nbsp;-La enfermedad cardiovascular, la diabetes, la obesidad como decía, el cáncer, la enfermedad mental, están aumentando&nbsp; en chicos y adolescentes. Cuando uno habla de obesidad, por ejemplo, muchas de las causas de la obesidad o del cáncer en adultos están motivadas por situaciones que se dieron en la infancia. Hay muchos elementos de lo que se llama epigenética que condicionan en el adulto enfermedades desde la infancia.&nbsp;-¿Qué&nbsp;significa epigenética?-Es todo lo que rodea la genética. Nuestra forma de salud o enfermedad no lo definen sólo los genes sino los genes más el ambiente.&nbsp;-Lo pregunto desde el desconocimiento: si en tu infancia no contaste con un buen entorno, ¿podés somatizar un cáncer en la edad adulta?-El término no sería somatizar. Hay factores que condicionan la aparición de determinadas enfermedades. Por ejemplo, volviendo a la obesidad -que quizás es el problema más importante que tenemos- los hábitos de alimentación, el abuso de todo en lo que en teoría sabemos que no va. Si un chico llega obeso a los 5 años tiene mucho riesgo de ser un obeso de adulto o de adolescente y esto condiciona su salud futura también.&nbsp;-¿Los padres consultan en estos casos?-Hay una mayor conciencia de esto… pero el sobrepeso y la obesidad en Argentina ronda el 30%, así que es una causa importante.&nbsp;-¿Tiene algo que ver con que somos un país con un índice de más del 40% de pobreza?-No es un problema de Argentina sólo, es mundial. Probablemente las causas sean distintas; países más desarrollados pueden tener problemas de obesidad, más por comida chatarra o exceso de alcohol entre otras cuestiones; nosotros,&nbsp; por desnutrición o por mala nutrición.&nbsp;-¿Hay desnutrición infantil en la ciudad?&nbsp;-Eso habría que preguntarle a la gente del Hospital, pero la desnutrición no es el problema más importante en nutrición en general. Ni en Tandil ni en el mundo. El problema es la mala nutrición y sobre todo la obesidad.&nbsp;-Hacés mucho hincapié en la obesidad.&nbsp;-Es que es la realidad que uno ve. Esto lo digo no sólo por un tema de consultorio, sino por un tema de dedicación a estos temas fuera de él.&nbsp;Amamantando se da salud-Nos decías que las enfermedades, por ejemplo las respiratorias, tienen más prensa ¿Por qué?-Creo que lo más importante es esto: si uno tiene una enfermedad aguda, es un momento de estrés para la familia. Si es grave,&nbsp;motiva internación, entre otras cosas. Bueno, es un motivo de estrés y esto trasciende a la comunidad, o sea, que a fulano le haya pasado esto, lo que sea, preocupa. Estamos hablando de obesidad, por ejemplo, no son cosas agudas, se van fabricando en el tiempo. Entonces, no tienen la misma difusión porque se van generando y tienen mucho que ver con hábitos familiares, por lo cual muchas veces no hay preocupación por el tema. “Yo estoy acostumbrado a hacer esto, sigo”. Entonces, es como cosas que tienen que ver más con hábitos, con crianza adecuada, saludable. Yo pongo el acento muchas veces en la lactancia, ya que tiene mucho que ver.-¿Las mamás –se hacen campañas durante la Semana de la Lactancia- amamantan a sus bebés teniendo conciencia de que a través de la teta le están dando amor y anticuerpos?-Salud básicamente.&nbsp; En Argentina estamos lejos de alcanzar el porcentaje ideal, pero creo que hay una mayor conciencia en general, sobre todo porque hay mucha evidencia de que amamantar significa salud. La lactancia más prolongada significa mejor salud para el chico por un sinfín de consideraciones que uno podría hacer sobre esto. Pero hay una mayor conciencia.-¿Hasta cuándo se sugiere amamantar?-Hasta los dos años. O por lo menos el primer año de vida, pero influyen muchas otras cosas entre ellas el trabajo materno.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/jorge_cabana_2.JPG" alt="JORGE CABANA - 3"><figcaption>El doctor Jorge Cabana</figcaption></figure>Pandemia y salud mental-Contame cómo viviste la pandemia con tus pacientes, con las familias de ellos, y&nbsp;vos personalmente.-Fue una etapa difícil básicamente por la ignorancia y la forma en cómo se manejó también. Puso dificultades. Nosotros lo que vemos es que más allá de lo que sucedió en ese momento, -porque prácticamente todas las semanas cambiabas de hábitos- había una incertidumbre en muchas cosas. Y bueno, mirando para atrás, se ve que hicieron cosas que por ahí&nbsp;no correspondían.-¿Por ejemplo?-Todo lo que se menciona respecto al aislamiento y demás se podría haber hecho de alguna manera distinta. Pero bueno, formó parte del aprendizaje, digamos. Es la primera vez que en una situación así de salud y de pandemia existen los medios de comunicación, de manera tal que de lo que se dice en cualquier lugar del mundo, a los dos minutos ya estamos enterados. Por sobre todas las cosas impactó muchísimo en los chicos. Lo que yo te mencionaba de la salud mental es una realidad a partir de la pandemia. Nosotros hicimos un trabajo con gente de todo el país y lo publicamos afuera.-¿De qué&nbsp;trata?-Respecto a lo que los chicos sufrieron&nbsp; al&nbsp; no poder ir a la escuela, no estar con sus amigos, no poder compartir con sus familias. Esto fue un desastre importante desde el punto de vista emocional. Algunos padres, algunos educadores pudieron tomar ciertas medidas, pero otros no. Y bueno, la virtualidad no es una cosa que llega a todo el mundo. Muchos chicos&nbsp;estuvieron aislados todo ese tiempo. El desarrollo de las capacidades de los chicos tiene mucho que ver con el intercambio, con el estar con otros, con el compartir. Y esto a distintas edades se manifestó&nbsp;de distintas maneras.&nbsp;-¿Y cómo repercutió en la salud mental?&nbsp;-Ansiedad, problemas psiquiátricos y psicológicos menores, pero incluso hubo un aumento en el suicidio de adolescentes. Eso en todo el mundo, no solamente en la Argentina. Digo, como pensando en una situación extrema. Pero partiendo de esa situación extrema, por debajo de esto, hubo una cantidad importante de síntomas psicológicos, psiquiátricos, que todavía algunos se están manifestando. No es que haya pasado esto, se está&nbsp;viendo.&nbsp;-Y hay problemáticas que van a quedar para siempre.&nbsp;-Sin duda. Pero básicamente el hecho de no poder compartir con los demás, no estar con los amigos, no estar con los afectos, fue tremendo, ya que a determinadas edades es caótico y realmente nefasto.&nbsp;-Las dos puntas de la existencia: los más chicos y los adultos mayores sufrieron horrores.-Los adultos mayores, sí, sí. El trabajo que hicimos lo dividimos hasta los nueve años, de nueve a catorce, de catorce en adelante. Los chicos a todas las edades sufrieron. Lo que pasa es que lo manifestaron distinto por una cuestión de edad simplemente. Pero al adolescente que vio suspendidos los proyectos de vida, estudiar, hacer esto o aquello, le cambió&nbsp;todo.-A todos nos pegó de alguna manera.&nbsp;-Sí. Yo creo que en eso no fuimos conscientes respecto a cómo iba a influir en la salud mental de la población. Pero, bueno, más allá de la posibilidad que se lo hubiera manejado distinto, esto es una realidad.&nbsp;-Se dice que después de la pandemia, cuando se levantó el encierro, los consultorios de los psicólogos y los psiquiatras de niños, adolescentes y adultos se llenaron.&nbsp;-Sí, así fue.&nbsp;Cortar el cordón-¿Hasta qué edad se supone que el pediatra atiende a su paciente?&nbsp;-La adolescencia completa incluye hasta los 19 ó 20 años. Hay una normativa provincial que hace que en las instituciones, no en los consultorios, si va a una guardia, por ejemplo, un chico o una chica de 15 años en adelante ve a la medicina del adulto. Pero en realidad la pediatría incluye toda la adolescencia que es hasta esa edad. La OMS (Organización Mundial de la Salud)) la define hasta los 19 años.-Hay muchos chicos y chicas a los que les cuesta cortar el cordón. Hay jóvenes que se van a estudiar afuera y cuando vienen a visitar a la familia consultan a “su pediatra”.-Lo hablábamos antes: existe toda una relación de acompañamiento del pediatra al chico y a su familia en distintas etapas de la vida. El “destete” de la familia con relaciones de muchos años cuesta manejarlos. Tanto para el pediatra como para el chico. La verdad que resulta muy gratificante -no por el hecho de que lo elijan- sino porque uno conoce las historias familiares. Sí, hay chicos grandes, grandulones de la universidad (risas) que a veces uno los atiende o incluso madres que de paso hacen la consulta, por ellas. No es una consulta formal, pero bueno… como amigo de la familia.-¿Qué balance hacés de todos estos años profesión?&nbsp;-Estoy muy contento. No hago balances pero creo que cuando uno puede hacer lo que le gusta, de la manera que le gusta, y va teniendo proyectos a futuro, estamos bien.&nbsp;-¿Te das cuenta de cómo ha cambiado el perfil del médico? Antes guardapolvo y camisa con corbata; ahora, remera y jean.-Para darte un ejemplo de lo que vos me decías, cuando yo vine a Tandil, fines de 198 tuve que explicar en la Clínica Modelo por qué&nbsp;no usaba guardapolvos. Nunca&nbsp; usé. Nadie me dijo nada, pero preguntaron ¿por qué? Porque todo el mundo usaba el suyo.&nbsp;-Los pediatras tenían en los cajones de sus escritorios caramelos para los chicos, ahora te deben pedir un I Phone 14.-(Risas) No, no, seguimos con los caramelos, lo que pasa es que ahora hay otra conciencia respecto a lo que hablábamos de la parte nutricional y bueno, a veces uno hasta pide permiso para darlos, pero sí. Bueno, ahí están.Jorge siempre tuvo en su sala de espera juguetes y una “multitud” de chicos jugando, con mocos, y chillando. Siempre abría la puerta saludando con una sonrisa. Cariñoso con los chicos y con los “grandulones”, es uno de los pediatras más afamados de la ciudad. Y ahora en su&nbsp; Grupo Pediátrico Modelo sigue siendo el mismo. Cordial y empático. Un pediatra de cuna.