Tandil
Volvieron a colocar uno de los cañones ubicados en el Parque tras una investigación sobre su origen
Fue luego de un año de investigación sobre la estructura que trajo Martín Rodríguez hace casi doscientos años para la fundación de la ciudad. El miércoles una grúa concretó su traslado desde el laboratorio del Ifimat, en la Universidad Nacional del Centro, hasta la cima del Parque Independencia.
A un año de su remoción, el miércoles pasado colocaron nuevamente el cañón sobre la cima de Parque Independencia tras una exhaustiva investigación que se llevó adelante en el laboratorio del Ifimat, un instituto de física particularmente dedicado a la física de los materiales.
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En diálogo con el ciclo radial “Cosas que pasan” (104.1 Tandil FM) el arqueólogo e investigador Julio Merlo contó sobre el trabajo realizado para conocer la historia de la pieza de artillería y su función.
El profesional pertenece al Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (Incuapa), una unidad ejecutora de doble dependencia, la Universidad Nacional del Centro y el Conicet. Además, desde hace varios años, se dedica al estudio de la zona del Fuerte Independencia, tratando de generar información más concreta acerca de la historia de esta zona.
Al ampliar detalles sobre la estructura, el especialista contó que la idea fue trasladarlo al laboratorio para su análisis, “ver su estructura interna”, y conocer la fecha y descubrir “algún indicio sobre su uso”, apuntando a la fundación de la ciudad.
Entre los resultados, precisó que hallaron cuatro balas en su interior, una circunstancia “inusual” que señala que “podría haberse cargado después de su instalación”.
Sin embargo, consideró que “lo más importante” fue que la última bala, encontrada en el fondo, “fracturada”. De su análisis se desprende que el cañón era de origen francés y que data del año del 1700 aproximadamente.
En cuanto a su limpieza interna, describió que utilizaron una herramienta especial, con “mango largo que nos permitió retirar todas las cosas que tenía en su interior”. Las balas fue lo que “más trabajo nos dio porque estaban trabadas”.
Por fuera, el trabajo fue con arenado y cepillos de acero para realizar un “pulido suave” y evitar la alteración de la estructura del cañón, y finalmente se le realizó un tratamiento para que resista la intemperie.
Lo que viene
Merlo señaló que la actividad se enmarca en un convenio firmado entre la Facultad de Ciencias Sociales de la Unicen con el Municipio, con quienes “tenemos que acordar qué información se le va a colocar al cañón y de qué modo”.
“La idea es poder compartir detalles sobre la historia de este cañón, que no es el único. En el Parque hay cuatro, hay uno en el Museo Histórico Fuerte Independencia y otro en la plaza 25 de Mayo”, repasó el investigador.
En simultáneo, presentaron un proyecto a la Unicen para estudiar esos otros ejemplares que, por los datos históricos reunidos, es probable que hayan sido traídos por Martín Rodríguez para la fundación de la ciudad. “No son todos iguales y todavía queda información para seguir investigando”, resaltó.
-¿Cuál cree que pudo haber sido el recorrido de los cañones desde 1700 hasta 1800?
-Esos cañones normalmente se utilizaban en barcos y estamos tratando de establecer el recorrido que han tenido de acuerdo a la información histórica. Es muy probable que hayan formado parte de la independencia del país y después Martín Rodríguez los trajo a Tandil para la fundación y no tanto con la intención de defenderse de los indios sino de posibles invasiones extranjeras y de potencias europeas. Creo que ese fue uno de los puntos clave para traer estos cañones al Fuerte. Después fueron utilizados para disparar como una especie de simbología de apertura del parlamento.
-¿Cómo funcionaban estos cañones?
-Funcionaba con una esfera de hierro junto a un saco de pólvora y el taco para que la combustión se produzca. Cuando se lo utilizaba en tierra en caso de ataques, se lo cargaba con perdigones, es decir, bolas de hierro más pequeñas, y a veces pasaba que no había balas de metralla y tenemos datos históricos que indican que rompieron ollas de fundición, cargarlos con esos fragmentos y disparar. Eso sucedió en la zona de Los Toldos hacia mediados del Siglo XIX.
-¿Cómo se cargaban?
-Por el frente, por la boca, y son totalmente lisos, y eso genera que el disparo sea más impreciso, pero era lo que había en el momento. Sí se hacen trabajos sobre estas piezas de artillería, pero en ningún momento retiraron uno para llevarlo a un laboratorio y realizarle este tipo de análisis. Eso es novedoso para las investigaciones históricas, nunca se había hecho.