Inseguridad
Un taller de carpintería sufrió dos robos en 48 horas con pérdidas millonarias
Entre la madrugada del pasado viernes y la noche del sábado, un local dedicado a la carpintería fue protagonista de robos con pérdidas millonarias. Fueron sustraídas más de 30 herramientas. Raúl Rodríguez, propietario del taller, se mostró abatido y con temor ante la facilidad que tuvieron los delincuentes para ingresar a la propiedad.
A pocas cuadras de la zona céntrica de la ciudad, un taller de carpintería fue el blanco de una seguidilla de hurtos durante la última semana. Fueron dos ingresos con apenas unas horas de diferencia, los cuales dejaron pérdidas por más de diez millones de pesos.
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Raúl Rodríguez, principal damnificado, dialogó con El Eco Multimedios y expresó desazón ante la pérdida de todo el trabajo de su vida en un fin de semana y también temor debido al accionar de los ladrones.
Raúl trabaja junto a su hijo y un ayudante. Están ubicados en esa locación hace varios años y si bien ya les había tocado sufrir un hecho delictivo, la magnitud de este episodio es el que termina de desatar la pesadumbre que siente en estos momentos.
Rodríguez transita sus días con la intranquilidad que genera ser el protagonista del robo de más de 30 herramientas, agravado por el hecho de que fueron en dos ingresos a su local con casi 48 horas de diferencia y ante el intento fallido de reforzar la seguridad entre el primer y el segundo hurto.
El primer ingreso a su carpintería, ubicada en Laprida al 400, ocurrió en la madrugada del viernes. La situación fue detectada cuando el hijo de Rodríguez llegó al taller en horas de la mañana y se encontró con todos los candados abiertos. “Los abren como nada, la verdad que me asombra tanto la forma en que lo abren”, comentó el dueño del local.
En ese primer suceso se llevaron muchas herramientas y, según cree el damnificado, seguramente se quedaron con que había muchas más que no se pudieron llevar y regresaron para completar el trabajo. Rodríguez comentó: “El viernes compramos y pusimos una cámara y el sábado a la noche entraron otra vez y nos robaron por segunda vez”.
Una de las cuestiones que más le sorprendió fue la prolijidad con la que trabajaron los delincuentes, quienes ingresaron al local sin romper los candados. “Se los mostraría cómo quedaron abiertos para que sean útiles otra vez, tienen una habilidad terrible para robarte lo tuyo”, señaló.
Sobre el accionar del delincuente ya dentro del taller describió un video donde se ve como usa la linterna del celular para alumbrarse por pequeños flashes. A su vez aseguró que lo que más miedo le da es que los candados siguen sirviendo: “No lo entiendo, tengo temor a eso”, indicó.
Las pérdidas
Tal como contó a este medio, fueron más de 30 las herramientas sustraídas. En su totalidad, las pérdidas materiales representan más de 10 millones de pesos. La cifra se alcanza debido a las marcas caras con las que trabajaba Rodríguez. Entre las herramientas, describió que había atornilladores, sierras circulares, incluso taladros grandes que sirven para romper paredes.
“Es un trabajo de años. De ir comprando de a poco tus herramientas y salir adelante con lo tuyo. Estos degenerados la hacen tan fácil en nada, porque la verdad que se lo llevan en nada, y tenés una amargura terrible. La impotencia más que nada porque es una cosa que no podés entender cómo te sacan todo en dos minutos”, comentó.
A la hora de profundizar sobre el accionar para sustraer las herramientas describió que sacaron todo lo que tenía guardado en cajas dentro del taller, dejándolas vacías. Vale mencionar que Rodríguez tenía segmentada las herramientas, clasificadas y ordenadas según su utilización.
Como conclusión de las pérdidas, el dueño del taller comentó que hoy comprar todo eso le lleva entre diez o doce millones de pesos. “Es una fortuna para mí eso”, añadió al mismo tiempo que describió que es un sacrificio de años que “a esta gente no le importa nada el trabajo de uno, es una impotencia que no lo podés creer”.
Esta situación dejó a Rodríguez atemorizado por la vulnerabilidad que expuso el robo. La poca necesidad de fuerza que necesitaron los delincuentes para atentar contra años de trabajo dejó una preocupación latente en el dueño del taller que expresó que no sabe cómo resguardar las pocas herramientas que quedaron en sus poder. “Me voy a la noche y ya tengo miedo de al otro día de que me entren otra vez”, aseguró.
En ese sentido describió que tiene amigos que se pueden ofrecer para darle una mano para seguir adelante y volver a trabajar para empezara a recuperar parte de lo perdido, pero ante esta situación también tiene temor ante la posibilidad de no poder cuidar los elementos de valor prestados. Por eso afirmó: “No sé cómo pararlo, me tengo que quedar adentro del taller y esperarlo adentro”.
Tierra de nadie
La víctima realizó la denuncia en ambas oportunidades, incluso describió que cuando fue el domingo por segunda vez en el fin de semana el oficial que lo atendió no estaba al tanto de lo que había sucedido pocas horas atrás.
Rodríguez eligió no cargar contra el trabajo policial y apuntó contra un sistema que según su óptica está errado. Opinó que cuando agarran a los delincuentes no los pueden tener presos.
“La policía trabaja de una forma y después la Justicia trabaja de otra, porque están todos afuera. No entendés porque no los dejan presos si los agarran con algo. Me parece que estamos en tierra de nadie y hacen lo que quieren estos chicos”, aseguró.
Luego del primer ingreso al taller, tomó la decisión de, además de colocar dos candados nuevos y la cámara de seguridad, poner un cartel de alarma como para disuadir a los delincuentes de un nuevo robo pero no logró su cometido.
Para colmo de males, el local no contaba con un seguro que pudiera cubrir una parte de las pérdidas. Según comentó Rodríguez, solicitan muchas condiciones antes de aprobar un seguro de robo para proteger las herramientas. Al mismo tiempo se lamentó ya que con uno podría haber recuperado bastante de las máquinas pérdidas para seguir trabajando.