HOSPITAL SANTAMARINA
Sin respuestas de la comuna al pedido de reducción horaria, los enfermeros mostraron el agotamiento del sector
A casi un mes del inicio del reclamo de los sanitaristas de la Guardia por la jornada de seis horas, el conflicto sigue sin resolverse y se cruza con el del gremio municipal que pidió la declaración de insalubridad. En una imagen que se viralizó en las redes, se pudo observar a una enfermera del sector que se sentó unos minutos en el piso, antes de que llegara el nuevo paciente, para descansar unos minutos del intenso trajinar cotidiano que no da tregua.
En el día 26 de reclamo, los enfermeros de la Guardia del Hospital Ramón Santamarina siguen adelante con el pedido de reducción de la jornada laboral que todavía no tiene respuestas del Ejecutivo comunal, que no ha realizado ninguna declaración pública acerca de las negociaciones o de la postura que mantienen sobre el tema. Sólo el intendente Miguel Lunghi, hace unos días, expuso abiertamente que “la Guardia es una cosa y la Terapia Intensiva, es otra. Nunca la Guardia va a ser una Terapia, por eso el reclamo no tiene razón de ser”.
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Mientras tanto, pasadas más de tres semanas desde que los sanitaristas se reunieron con las autoridades del Sistema Integrado de Salud Pública, las definiciones en torno al pedido son esquivas y se superponen con el pedido de insalubridad que realizó el Sindicato de Trabajadores Municipales de Tandil para todo el personal de salud de la comuna, incluidos los administrativos.
En este caso, si se declara la insalubridad, el servicio debería sumar a 3 o 4 enfermeros más para poder cumplir con el quema previsto, dado que los agentes no podrían trabajar más de las seis horas reglamentarias por la naturaleza de las tareas desempeñadas.
Por otra parte, si la jornada de 6 horas sale por decreto municipal, los 25 profesionales que conforman el plantel del área podrían organizarse para rotar entre ellos y hacer además horas extras para cubrir las vacantes. Ahora, aparte de la jornada laboral normal de 8 horas, cubren las licencias y ausentismo con horas que se adicionan de esta manera.
La cara del colapso
En un posteo realizado en las redes sociales en las últimas horas, se pudo observar a una enfermera sentada en el piso, al lado de una de las camas con respirador que se instalaron en el sector, a la espera del próximo paciente por ventilar. La postal sintetiza la ardua labor que lleva adelante el personal, que a veces debe hacer horas extras y cumplir hasta 12 horas de trabajo corrido, sin posibilidad de descanso porque el ritmo frenético de las emergencias no da tregua.
La alta demanda y la pluralidad de tareas castiga el cuerpo y la psiquis de los profesionales, que piden la reducción de jornada para equipararse a sus colegas de Terapia Intensiva y la Unidad de Cuidados Respiratorios Críticos. No obstante, todo el sistema se encuentra bajo presión y los límites son constantemente empujados por los vaivenes de los contagios y los cuadros que se agravan.
Con respecto a la imagen viralizada, la enfermera en cuestión, Elisabet Paco, en comunicación con El Eco de Tandil relató que el día de la foto “se había ido un paciente y ya nos bajaban otro para intubarlo, había entrado a las 6 y me quedaba hasta las 22, entonces me puse a descansar las piernas porque estamos todo el día parados, esa es la verdad, no tenemos ni tiempo de sentarnos como están hoy las cosas”.
Asimismo, indicó que “en el encuentro en la Presidencia del SISP se planteó el tema y aparentemente el Municipio apoyaría el reclamo si las seis horas fueran solamente para nosotros, pero está también la solicitud del Sindicato y no se llega a ningún punto”.
Sin posibilidades de manifestarse en la vía pública en pos de acatar los lineamientos de la Fase 2 y no provocar dificultades, tampoco la medida de fuerza es una opción en medio del crítico momento sanitario. Atados de pies y manos, la única salida es visibilizar sus pretensiones para que por fin puedan arribar a un acuerdo con el sistema.
“Vamos a seguir hasta que haya una respuesta”, cerró.