Restauran un vitral de más de cien años en una casa antigua en el centro de Tandil
Encomendados por el dueño actual de la vivienda, ubicada en Pinto al 700, un artista plástico y una especialista en vitrales, trabajan para lograr con el mayor detalle posible la réplica de una pieza única que habla del estilo de las primeras casas de la ciudad.
Una ciudad que tiene 196 años de vida sin dudas posee una rica historia en todo sentido. El interés que despierta por los actuales vecinos de conocer quiénes y de qué manera se vivió antes se puede reflejar en cada artículo histórico que se publica en este medio.
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Convocados por el actual dueño de una propiedad ubicada en Pinto 740, el artista plástico Emiliano Techeyro y la especialista en vitrales, Yanina Faure, trabajan hace más de un mes en un vitral que sufrió el deterioro del paso del tiempo y el abandono de antigüos dueños.
La casa fue construida entre 1910 y 1915 por la familia italiana Fossati. Se accede por una escalera que lleva directo a un salón de recepción donde se encontraba el espléndido vitral , que por las características propias del mismo, pertenece a una escuela europea. En el salón había una salamandra y una chimenea con detalles de bronce. Luego, varias habitaciones. Cuatro en total que correspondían a diferentes sectores. Un patio de invierno. Una habitación principal. Dos baños. Una cocina. Dos habitaciones de servicio. Y una amplia terraza.
Pensar en una casa en esa época daba cuenta de que no había nada alrededor en lo que hoy es una de las principales arterias céntricas. Para cualquier lado que se vea en aquel entonces, era el paisaje serrano y unas pocas casas lo que se podía apreciar.
Ciertamente la identidad tandilense da cuenta de éstas propiedades que están en el radio céntrico, cercano a la plaza principal, donde las familias más adineradas se asentaban. El vitral se podía ver desde afuera, por lo que cualquier persona que pasara por esa zona y levantaba la vista para apreciar la propiedad, vería el esplendor del vitral, un signo de elegancia y estilo.
Restauración
“Es una casa que se construyó entre 1912 y 1915, más o menos hace más de cien años, era una familia italiana que manda a construir toda la planta alta de la casa y la planta baja donde había un café tradicional de la ciudad y un departamento en el lateral”, dijo a El Eco de Tandil el artista Emiliano Techeyro y explicó que “el propietario actual nos convoca para la restauración, en un primer paso, del vitral, que por el abandono de la casa, estaba deteriorado. Se habían caído pedazos y estaban rotos”.
Hablando sobre el vitral, Techeyro destacó que “obviamente no todos tenían acceso a este tipo de particularidades. Si se ve lo que era la casa y los detalles, la familia pertenecía a la élite. Era una moda en esa época. Uno puede observarlo en Tandil en lugares como Bancos o la Municipalidad o casas privadas, que los tenían. Era un consumo de arte cotidiano. Todo emulaba a lo que era Europa. Asimismo, sino era Europa, era Buenos Aires, que por esos años era Europa”.
“Esto es un reto. Esto que estamos haciendo es la reproducción de algo que ya hizo otra persona. Tenemos que respetar eso y partir de una base. Para eso tenemos que ver el tipo de lineas y colores y cómo funciona y reproducir eso. Igual hicimos una investigación del espacio general de la casa. Porque no era solamente el vitral, era un conjunto de cosas que de repente eran parte de todo”, resaltó el artista.
Techeyro sostuvo que “le hicimos una presentación al dueño actual para hacer dos tipos de restauraciones, que básicamente cambian por los costos. Una de ellas era el cambiado de varillas y piezas rotas. Pero llegamos a ver que por el deterioro del mismo era complejo. Entonces propusimos una restauración artística, que no es con los materiales originales, para la parte del color, lo que es la estructura sí se realizó lo original”.
Proceso
Por su parte, la especialista en vitrales, Yanina Faure, explicó que “lo primero que hicimos fue bajar la estructura del lugar original porque la vista que teníamos no hacía dar cuenta de que estaba más deteriorado de lo que parecía y luego hicimos un análisis rápido de ver por dónde empezábamos en cuanto a comprar materiales específicos, como el vidrio y las lacas para trabajar el color”.
“Queremos conseguir lo más parecido al original. El vitral original estaba trabajado por medio de tintes y grisayas que se consigue por medio de bajas temperaturas en un horno, con el cual no contamos, por eso hicimos con otros materiales buscar el efecto y color. Obviamente que tampoco ibamos a conseguir los mismos vidrios”, resaltó.
Para Faure “siempre en las restauraciones lo importante es conservar lo más posible lo original, porque sino se termina cambiando por completo no solo lo visual, sino también la esencia. Es un trabajo muy artesanal”
“El diseño tiene que ver con el estilo de la casa. El centro del vitral tiene un escudo que a su vez se repite en las ornamentaciones que están fuera de la propiedad”, dijo la vitralista.
Los tiempos de trabajo se extendieron más de lo previsto. “Cuando nosotros lo vimos la primera vez calculamos un mes. Sobre la marcha, ya pasamos el mes y no vamos ni por la mitad del trabajo de restauración. Recién vamos por el cambiado de varillas”, explicó en tanto Techeyro.