René Lavand: ilusión, magia y Tandil

El 7 de febrero de 2015 falleció a los 86 años Héctor René Lavandera, conocido internacionalmente como René Lavand, uno de los mejores ilusionistas que vio el mundo.

Su partida causó gran consternación en el país y, en particular, en Tandil, ciudad que adoptó de chico y en la dejó su huella indeleble. De hecho, a días de su partida, el Senado de la Nación declaró el profundo pesar por su fallecimiento.

Había nacido en Buenos Aires, el 24 de septiembre de 1928 y, luego de un breve paso por Coronel Suárez, su familia se instaló Tandil, tierra que adoptó como propia y a la que siempre volvía con placer.

En 1937, cuando tenía 9 años y vivía en Coronel Suárez, estaba cruzando la calle con sus amigos durante los festejos de Carnaval y fue atropellado por un auto que le aplastó el brazo derecho. Como consecuencia, sufrió una amputación a la altura del codo y le quedó un muñón.

A pesar de la adversidad, no se dejó derrotar por el accidente y se dedicó a practicar, de manera obsesiva, la cartomagia, como autodidacta. Él contaba que no le quedó más opción, teniendo en cuenta que “todos los libros y técnicas son para magos de dos manos”, indicó.

La atracción de su espectáculo radicaba en dos cosas: la forma de superar su discapacidad y las historias, escritas mayoritariamente por sus amigos Rolando Chirico y Ricardo Martín, que contaba en sus presentaciones, donde manejaba expresivamente la pausa y el silencio como recursos.