“Que la Justicia ampare a los comerciantes tandilenses”, el ruego de la CET para derogar las restricciones
La dirigencia empresarial no baja los brazos ante las nuevas medidas e interpuso dos acciones de amparo: una ante la Justicia Federal y otra ante la Justicia bonaerense. La intención es lograr la urgente “suspensión del efecto” del decreto municipal que acató las nuevas medidas restrictivas acordes a la Fase 2. Aseveraron que el propósito exclusivo es que los comercios puedan cumplir con sus obligaciones y los sueldos de sus empleados,
Decidida a ir hasta el fondo y revertir los alcances de resoluciones de los ejecutivos nacional y provincial que dieron lugar a un decreto municipal duramente cuestionado por los comerciantes tandilenses, la Cámara Empresaria de Tandil (CET) presentó este viernes dos demandas de amparo.
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Con las acciones se propone actuar ante los tribunales que tienen competencia sobre las resoluciones dictadas por el Gobierno nacional, por un lado, y frente a lo resuelto por el Ejecutivo bonaerense, por otro.
Tal como asentaron desde la entidad, las últimas medidas definidas por Nación y Provincia para mitigar la propagación del Covid-19 esta vez configuraron un marco legal cuyas implicancias transitivamente determinaron la confección de un decreto municipal –el 1531/21- que estableció diversas restricciones al funcionamiento de los locales comerciales.
Ante eso, la dirigencia empresarial primero recurrió a una “Carta abierta” dirigida a la gobernación bonaerense y al Ejecutivo local, en la que dio cuenta del “absurdo de sobrellevar un esquema de cumplimiento imposible” y cuestionando -con énfasis- la decisión de obligar a los locales a atender de la puerta para afuera.
Amparo Judicial
No obstante, el viernes por la noche la institución que preside el contador Marcos Redolatti avanzó con un despliegue más contundente. Así, bajo el patrocinio del abogado Gonzalo Aramburu -directivo de la entidad- se interpusieron sendas acciones de amparo ante la Justicia Federal y Provincial con la urgente intención de “solicitar la suspensión del efecto” del decreto municipal.
Entre los argumentos expuestos, tras revisar alrededor de 60 antecedentes en la materia, se cuestiona “el exceso regulatorio en la discriminación de rubros que tienen permitido permanecer abiertos y aquellos a los cuales se les permite operar”, y se destaca el perjuicio que tanto se reiteró en la semana: “La existencia de riesgos no contemplados ni cubiertos al imponer la atención de clientes sin acceso al comercio y desde la línea municipal de vereda”.
Por otra parte, los amparos hablan de una “irrazonable” distinción entre “comercios multirubros cuya operatividad permanece habilitada con restricciones versus comercios específicos a los cuales no se les permite su apertura y/o acceso de clientes”.
En el planteo llevado a la Justicia se denuncia también la “inexistencia de pauta temporal de vigencia del decreto municipal”, ya que “debe interpretarse que su vigencia se establece hasta tanto se resuelva el dictado de un nuevo acto administrativo”.
A todos esos motivos se añade otro no menor: la cuestión tributaria, al indicar “la desproporción de la medida dado que impide trabajar, ejercer el comercio e industria lícita, pero a su vez no establece la equivalente suspensión del devengamiento de impuestos y tasas nacionales, provinciales y/o municipales”.
El objetivo: las fuentes de trabajo
Argumentaron que en definitiva, el propósito exclusivo de estas acciones se sintetiza en la necesidad de suspender el decreto municipal “para que los comercios puedan cumplir con sus obligaciones y los sueldos de sus empleados, cuyo trabajo es su única fuente de ingreso”
Asimismo, señalaron que “por supuesto” se busca revertir la arbitrariedad que la norma local trae consigo, al impedir “la venta al por menor de productos textiles, prendas de vestir, calzado y juguetes en comercios de cercanía con ingreso de clientes”, perjuicio que también abarca, taxativamente, “a restaurantes y bares el interior con aforo, salas y complejos cinematográficos, gimnasios en espacios cerrados con amplia ventilación natural, natatorios en espacios cerrados, actividad en casinos y bingos, mercados y ferias de artesanías o alimentos en espacios cerrados”.
Las implicancias de la Fase 2
Cabe recordar que desde el pasado jueves 13 de mayo, el Municipio de Tandil confirmó la vigencia en el distrito de las medidas dispuestas para la Fase 2 por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo a la normativa provincial y por el plazo de 14 días corridos, el horario de funcionamiento general autorizado de comercios y servicios es de 6 a 19 horas, incluyendo los del rubro gastronómico, bares y restaurantes en espacios al aire libre. Entre otras restricciones y refiriendo puntualmente al sector comercial, se especificó que estarían prohibidas las venta al por menor con ingreso de los clientes al local de productos textiles, prendas de vestir, calzado y juguetes, así como de otros rubros en comercios de cercanía con ingreso de clientes.
Inmediatamente, desde la CET advirtieron que estas medidas condenarían “al cierre” a algunos rubros. El presidente de la entidad Marcos Redolatti consideró que conllevaría a que se agrave mucho la situación económica, mientras que no contribuiría “tanto a la disminución de la circulación o la disipación del virus”.
Por otro lado, el mismo jueves en que comenzó a regir la normativa, comerciantes de la zona céntrica se manifestaron con un “ruidazo” en contra de las nuevas limitaciones, ya que aseguraron que la medida perjudica el normal funcionamiento de los comercios de cercanía que, sin acceso de clientes, verán resentidas sus ventas.