Fallecimiento
Muestras de dolor y emoción por la muerte de Darío, el bailarín que se casó en el hospital
Una semana después de casarse en el Hospital Santamarina donde estaba internado, con el atuendo de gaucho y bailarín, Darío Vizcaino falleció. De inmediato la comunidad de la Peña El Cielito y allegados de todo el país comenzaron a despedirlo en redes sociales.
La comunidad artística y cultural tandilense se encuentra de luto luego de que se conociera la triste noticia de que Darío Vizcaino, integrante de la Peña de El Cielito, había fallecido en las últimas horas.
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Las imágenes de Darío, días atrás, abandonando su cama en la que estaba internado, se casara vestido de gaucho, conmovieron a todos.
Pocos días más tarde de protagonizar un momentos muy emotivo en la historia serrana, al proponerle casamiento en el Hospital Municipal Ramón Santamarina -donde estaba internado por una delicada enfermedad- a la mujer que lo acompañó durante más de tres décadas, su grave estado de salud empeoró y falleció.
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Así como rápidamente se viralizó aquel video en el que la pareja selló su amor ante la mirada de las enfermeras y las médicas, que lanzaron arroz y ambientaron el momento con música, las redes también se inundaron ahora con conmovedores mensajes de personas que lo recordarán con mucho cariño.
“Darío, esposo, padre, carpintero, bailarín, buena persona. Que este descanso esté lleno de zambitas y chacareras”, expresaron desde el Centro Tradicionalista de Tandil.
Su hijo, quien compartió la historia que estremeció a la ciudad, también se expresó a través de sus redes: “Hoy te pido que seas mi enfermero y me cuides. Porque no entiendo qué se hace ahora”.
Con un sentido texto y una publicación que ya tuvo más de 80 mil reproducciones, le agradeció por todo lo vivido.
¡Gracias, Pa!
Hoy puedo decir que hice lo que será la obra más importante para mi vida por que era para un solo espectador.
Viejo, andá tranquilo. Ahora tenés más tiempo para viajar y bailar. ¡No nos cuides más!
Estos últimos meses fueron increíbles porque detrás de tanta tristeza nos regalamos charlas pendientes, abrazos eternos, miradas importantes y quedamos de acuerdo de cómo seguir.
Yo no necesito más (aunque te voy a extrañar horrores y no tendré con quién sacarme cada duda).
Este fue nuestro último regalo y no tuvimos más que decir: “Bailar para Darío”, que ya todo el mundo se hizo presente. Que orgullo ser tu hijo.
Teeeeeee amooooooo , mil veces al oído.