Los visitantes que llegaron a la ciudad en estas vacaciones buscan alternativas para cuidar el bolsillo
Los prestadores coinciden con que el nivel de ocupación es alto y similar a otros años. Sin embargo, las estadías son más cortas y los visitantes no salen tanto a comer afuera como antes. Además, si bien realizan excursiones y paseos, buscan precios y aprovechan al máximo las actividades gratuitas.
Como todos los años, las vacaciones de invierno convocaron a gran cantidad de turistas que vinieron a Tandil buscando tranquilidad, descanso y vida en la naturaleza. Similar a otras temporadas, hasta el momento se estima que la ocupación ronda el 85 por ciento y hay una importante cantidad de reservas para los próximos días.
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Si bien la afluencia de turistas es similar a años anteriores, lo que varía es su comportamiento en torno a los gastos, ya que en el marco de la crisis económica que se vive en el país, buscan cuidar el bolsillo.
Mayo y junio no fueron meses muy benévolos para el sector turístico, ya que se notó una baja en la ocupación en los distintos fines de semana largos. Sin embargo, no ocurrió lo mismo ahora, que muchos alojamientos ya no tienen espacios disponibles.
José Baena, de las cabañas Amanecer en las Piedras, explicó que “las vacaciones no son excelentes pero son muy buenas en comparación a lo que teníamos pensado”.
Y notó un cambio en el comportamiento de los visitantes respecto a otros años. Antes, las familias reservaban con dos o tres meses de antelación. Ahora lo hacen con tres semanas de anticipación. En tanto, las parejas, aún mucho más cerca de la fecha. Una semana antes, estimó.
Sin embargo, a pesar de la dilación en las reservas, ahora tienen todo completo. Y mucha gente llama tratando de conseguir lugar una vez que arribó a la ciudad y le cuesta encontrar plazas disponibles.
“Nuestra idea era que empezaran las vacaciones el viernes pasado, y la gente entró entre el domingo y el lunes, le costó llegar el fin de semana. Supongo que la gente dejará de trabajar, preparará las cosas y saldrá. Pero otros años llegaban el mismo día que dejaban de trabajar, y este año costó dos días. A partir del lunes empezaron a llegar, pero ahora está todo completo hasta el 2 de agosto”, señaló.
Y agregó que “no hay disponibilidad por ningún lado, es difícil, hay noches sueltas”.
Estadía menor
Por su lado, Bruno Cerone, responsable de El Centinela y referente del sector hotelero, aseguró que las reservas vienen muy bien, similar a años anteriores.
No obstante, notó que varió la cantidad de días de estadía. Antes llegaban las familias y se quedaban una semana. Ahora se quedan 3 ó 4 noches.
“Eso hace que haya una mayor rotación de gente en la ciudad que para los que tenemos la parte gastronómica es importante porque la gente sale a comer más afuera. Pero de todas maneras, se cuidan también con el gasto, eligen lugares donde puedan cocinar a la noche y al mediodía también, entonces no salen a comer tanto como otros años, el gasto se reduce un poco”, sostuvo.
Cuidar el bolsillo
En cuanto a las salidas y costumbres, hubo un cambio de hábitos tendiente a abaratar costos. Antes era común que las familias o parejas salieran por la mañana, hicieran diversos paseos, almorzaran afuera y regresaran por la tarde a la cabaña u hotel para bañarse, cambiarse y salir a cenar.
Ahora, salen por la mañana, hacen algún paseo y regresan a almorzar en el alojamiento, tratando de gastar menos.
José Baena indicó que “antes la gente salía más a comer afuera, pero ahora reducen ese gasto. Ya llevamos un par de años que la tendencia ha cambiado. Antes la gente salía mucho más, se nota también en los gastos que tenemos de gas y luz, al estar más tiempo en la cabaña, que por supuesto no hay problema, pero antes se notaba que no estaban mucho en la cabaña”.
Por la noche las parejas jóvenes suelen salir a cenar. Las de mediana edad piden delivery mayormente y las familias, a las 20 ó 21 regresan a su alojamiento a cenar.
Baena estimó que de cinco mediodías, antes cuatro salían a comer, y ahora es al revés.
Actividades y paseos
En cuanto a las actividades, los turistas aprovechan al máximo todo lo que es gratuito al aire libre. Y entre las excursiones y actividades pagas, entre las favoritas están las aerosillas.
Bruno Cerone sostuvo que “la gente está dispuesta a hacer alguna excursión, sube en la aerosilla pero lo bueno es que hay muchas actividades sin costo, todos los paseos son abiertos, hay lugares donde se puede ir a caminar sin necesidad de gastar tanta plata”.
Por su parte, el guía de turismo Diego Solliazzo explicó que por un lado, en cuanto a lo que son actividades de turismo aventura -ofrecen rappel, escalada y tirolesa-, hubo una merma en la demanda.
“Acorde a la situación económica pasamos de tener un local a la calle a no tenerlo, lo cual convocaba gente pero se hacía difícil de sostener a lo largo del año. Nuestras excursiones duran tres horas en plena sierra, tiene un costo, cuando son familias lo paga uno solo, y la situación económica actual hace que la gente busque mucho el precio. Habiendo tanta alternativa hoy en día, buscan economizar, seleccionan las actividades”, sostuvo.
Por otro lado, respecto a las actividades que ofrecen en el club Náutico del Lago del Fuerte explicó que en invierno los turistas buscan mucho los botes a pedal porque se trata de una embarcación estable, que no se moja y donde pueden ir cuatro personas.
“En lo que es la parte acuática, estamos sorprendidos porque si bien ha habido días de sol está fresco y tenemos una demanda bastante interesante, principalmente después del mediodía”, señaló.
La gente luego de almorzar sale de recorrida y muchos caminan por el Lago, donde aprovechan para andar en bote también.