Día del Agrimensor
Los agrimensores padecen las terribles demoras del Estado provincial para el visado de los planos
Los tiempos de la administración pública hacen que la aprobación de un plano demande entre uno y tres años. Si bien hay diálogo con las autoridades, resulta complejo resolver la situación. “Nunca estuvo tan mal la gestión con las reparticiones públicas”, expuso Esteban Kain, presidente del Centro de Agrimensores de Tandil. Describió la dinámica actual de la profesión y saludó a los colegas en su día.
El presidente del Centro de Agrimensores de Tandil, Esteban Kain, trazó un panorama actual del ejercicio de la profesión y reveló que el inconveniente más importante que enfrentan son las demoras del Estado provincial para aprobar los planos que realizan a pedido de los comitentes. “Nunca estuvo tan mal la gestión con las reparticiones públicas”, consideró y aclaró que “no con todas, algunas funcionan bien como las intervenciones de Vialidad”. En ese sentido, expuso que los trámites pueden llevar entre uno y dos años, y a veces insumen hasta tres años.
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En ocasión del Día del Agrimensor, el profesional marcó como otro desafío la promoción de la carrera universitaria, ya que hay localidades que hoy no cuentan con agrimensores para intervenir en las mensuras.
En el aspecto general, una de las principales tareas del agrimensor es la realización de mensuras, donde mide sobre el terreno y establece comparaciones entre el hecho existente y el derecho. Al confeccionar el plano de mensura, mide y coteja con la escritura, para ubicar geográficamente el terreno.
Entre las incumbencias profesionales, el agrimensor puede realizar tasaciones, planos de propiedad horizontal, nivelaciones, mediciones en el campo para determinaciones de superficies arables y desperdicios, caminos, vías férreas, nivelaciones, topografía del lecho marino, relevamientos aéreos.
Tecnología y eficiencia
En los últimos años, el trabajo de los agrimensores cambió radicalmente por los avances tecnológicos “gigantes”. Como contrapartida, empeoró la eficiencia de la Provincia en cuanto al visado de los planos.
En ese aspecto, Esteban Kain sostuvo que “desgraciadamente, se da algo muy particular. Hace 50 ó 60 años se trabajaba prácticamente sin nada de tecnología, no había computadoras como las de hoy y apenas se contaba con alguna calculadora muy sencilla, y lo nuestro es todo cálculo. Las mediciones se hacían con cintas métricas y fichas amarillas, entonces se iba midiendo cada 50 metros y las alineaciones se tomaban con teodolitos, jalones que se iban alineando”.
Para dar cuenta de la realidad actual, el agrimensor contó que en una cena de fin de año, un colega de más de 80 años les preguntó cómo estaba la profesión a partir de los avances tecnológicos. Entonces le contaron sobre las herramientas como los GPS con una precisión asombrosa, drones, estaciones totales que miden y toman desniveles al milímetro, programas de computación que hacen cálculos que antes llevaban semanas, programas para dibujar los planos e imprimir las copias en plotters.
En tanto, recordaron que hace medio siglo les llevaba una semana o diez días de trabajo hacer una mensura en el campo y otro tanto para hacer los cálculos a partir de los cruces de coordenadas. Sin embargo, por ese entonces sólo demoraban una semana o diez días en visar el plano en La Plata. Es más, los profesionales viajaban con las copias y se traían la documentación aprobada al día siguiente.
“Ese campo que medían en diez días y tardaban una semana en calcularlo, nosotros lo medimos en un día y lo calculamos en otro día. Tardamos uno o dos años, a veces tres, en aprobarlo”, contó Kain y también reflejó el asombro de su colega ya retirado al tomar nota de la situación que atraviesan.
Kain remarcó que además de la tecnología, en ese entonces no existían los medios de comunicación actuales como el WhatsApp, mail, Skype, la posibilidad de seguir un expediente online, entre otras herramientas.
El presidente del Centro de Agrimensores de Tandil afirmó que las demoras en las gestiones ante el Estado provincial son el problema más importante que enfrentan. Y agregó que “con el agravante que hace 50 años se hacían grandes loteos, que en Tandil tenemos el de Villa Cordobita o Villa del Lago. En un montón de lugares se dividían dos chacras enteras y se creaban 32 manzanas, cada una con cuarenta y pico de lotes. Eso hoy prácticamente no existe”.
En ese sentido, graficó que la Provincia tiene menor demanda de trámites pero maneja tiempos exorbitantes para aprobarlos. Desde su diagnóstico, sostuvo que “no hay capacitación del personal, no saben aprovechar la tecnología”. Al tiempo que aclaró que no es necesario que trabajen en las dependencias sólo agrimensores para visar los planos, bastaría con profesionales a cargo y personal capacitado para intervenir en las distintas etapas de la gestión.
ARBA, la ventanilla
Por otro lado, Esteban Kain repasó que hasta hace algunos años las gestiones pasaban por los ministerios de Economía, con su Dirección de Catastro, y de Obras Públicas, por la Dirección de Geodesia. Por último, el trámite iba al Registro de la Propiedad.
Hace algunos años, Geodesia fue absorbida por ARBA y todo el registro lo maneja el Ministerio de Economía. La reforma “nos trajo inconvenientes gigantes, porque las demoras son terribles. Hoy un visado de un plano lo aprueba el Departamento de Mensura y va pidiendo intervenciones de otras reparticiones públicas. Cuando lo enviamos al Departamento de Mensura, para ver el plano tardan dos meses y si hay que corregir algo, otra vez dos meses”.
Expuso que “alguna que otra cosa se ha podido manejar vía web, pero muy poco”. Si bien reconoció que durante la pandemia ARBA incorporó trámites online que funcionan bien, “hay muchísimo por hacer”.
Tandil, con empuje
En cuanto a la demanda laboral, el agrimensor analizó que “dentro de las ciudades del país o de la provincia, Tandil es una de las que tiene más empuje”, lo que se evidencia en la construcción.
Sin embargo, evaluó que “cuando al agro le va bien, nosotros lo vemos porque hacen mejoras, caminos, construyen, hacen relevamientos de superficies arables, colocan pivotes de riego o aguadas en diferentes lugares y nos llaman para nivelar. Ahora está un poco frenada la inversión”.
En paralelo, confirmó que “los loteos también están un poco frenados, porque hoy para lotear hay que dotar de infraestructura al predio, que es costosa. El propietario para poder hacerlo tiene que pensar mucho lo que va a invertir para después ir vendiendo de a poco”, graficó.
La participación
El Centro de Agrimensores de Tandil surgió en la década del ’90, cuando se agruparon los seis profesionales que trabajaban en el partido y hoy nuclea a 25. Uno de las razones del crecimiento de la matrícula fue la reapertura de la carrera de Agrimensura en la Facultad de Ingeniería de la Unicen, en Olavarría.
Por entonces, la entidad firmó un convenio con la Municipalidad para brindar asesoramiento profesional en las áreas donde existiera demanda.
En la actualidad, el tandilense Eduardo Blas García preside el Consejo Profesional de Agrimensura de la Provincia, quien fue electo por unanimidad por los consejeros de los diez distritos en que se divide la provincia de Buenos Aires.
En tanto, en el próximo período, Esteban Kain asumirá la presidencia del Distrito II que, además de Tandil, abarca a las localidades de Alsina, Azul, B. Juárez, Bolívar, Carlos Casares, Carlos Tejedor, Daireaux, Alvear, Lamadrid, Villegas, Guaminí, Yrigoyen, Laprida, Las Flores, Olavarría, Pehuajó, Pellegrini, Rauch, Rivadavia, Salliqueló, Tapalqué, Trenque Lauquen y Tres Lomas.
Festejo y saludo
En Tandil, los agrimensores celebrarán con un almuerzo, el sábado 30 de abril, al que están invitados todos los profesionales del Distrito II.
Por último, Esteban Kain felicitó a los colegas en su día y los invitó a permanecer activos en la participación en la entidad a los fines de mejorar las condiciones para el ejercicio de la profesión.