Las intensas lluvias dejaron al desnudo serias falencias en materia de infraestructura vial
Las copiosas precipitaciones causaron innumerables trastornos a vecinos de distintos barrios de la ciudad. Además, revelaron la existencia de obras mal hechas, que lejos de solucionar los inconvenientes que ya tenían los contribuyentes, los agravaron. Es el caso del asfalto en el barrio Arco Iris, donde se inundaron decenas de viviendas.
Vecinos de distintos barrios expresaron sus quejas por los trastornos que les ocasionaron las intensas lluvias que se registraron durante la madrugada de ayer, con calles completamente anegadas, vehículos enterrados y viviendas inundadas.
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Uno de los reclamos más contundentes fue el de los vecinos del barrio Arco Iris, en cuyas casas ingresó gran cantidad de agua y expusieron su indignación porque la obra de asfalto que se terminó hace pocos meses provocó más inundaciones que antes.
Pedro Martín Galán, uno de los frentistas de Quintana al 2400, explicó que alrededor de las 2 se levantó para entrar el auto por temor a que el granizo se lo arruinara y se volvió a acostar. Pero momento después, su esposa advirtió que estaba ingresando agua a la vivienda.
“Me quedé sin nada”
“Cuando salgo de la habitación, tenía el agua hasta la rodilla. La fuerza del agua me reventó el paredón de planchones de atrás de mi casa. Era un mar esto. Perdí todo, electrodomésticos, colchones, sábanas, ropa, todo”, lamentó.
Recordó que antes de que estuviera el asfalto, habían hecho un zanjón del lado de la puerta de su casa y del otro lado de la calle otro más, con lo cual se inundaban menos. “Asfaltaron y pensamos que se iba a terminar este problema. La empresa que hizo el asfalto supuestamente sabía hacerlo, se llama Tres Arroyos, pero le erraron. Uno viene por Pujol para Quintana y el cordón va haciendo zigzag, un desastre”, cuestionó en diálogo con El Eco de Tandil.
Y se preguntó “quién se va a hacer cargo de esto. No se puede seguir así, no te podés ir a ningún lado porque no sabés si cuando volvés te quedo algo en pie”.
“Ya me quedé sin nada, lo poco que tenía lo perdí, alguien se tiene que hacer cargo”, afirmó y aseguró que se le arruinaron muebles nuevos y electrodomésticos, como un freezer.
“Yo iba a levantar los ladrillos de la pieza del fondo para que corriera el agua, pero no me dio tiempo porque escuché que se reventaron los planchones de atrás, entonces no sabía qué hacer”, relató.
Por su lado, Claudia Gomensoro, que vive al lado de Galán, contó que “en cuestión de minutos el agua nos entró a todos los vecinos. Nos habíamos levantado porque la lluvia era tan torrencial que no nos dio tiempo a nada, ni siquiera a sacar agua con un trapo”.
“Nos dijo el Intendente hace un tiempo que era una obra de millones de pesos y creíamos que no nos íbamos a inundar más, porque veníamos inundándonos constantemente y él hizo una obra que le salió millones de pesos. Pero terminamos peor porque a mí en la habitación nunca me había entrado agua y esta vez ingresó en toda la vivienda”, manifestó.
A su vez, explicó que se vieron obligados a abrir un boquete en el paredón para que saliera el agua porque si no, hubieran perdido todo.
“Me parece perfecto que haya invertido, pero parece que se nos ríen en la cara porque si salió tantos millones de pesos cómo puede ser que hoy nos estemos inundando de nuevo”, fustigó.
Y confió que pensó que la obra iba a solucionar el problema, “que estaba a cargo de arquitectos e ingenieros y que habían hecho las cosas bien. Algunos vecinos decían que eso no iba a funcionar; yo aposté a que sí”.
“Pero nadie da la cara y el funcionario (Rubén Dieguez) que habló en la radio dice que fueron dos o tres casitas, pero en realidad nos inundamos todos los vecinos de la cuadra y de la de atrás por ende también; porque al hacer nosotros apertura para que salga el agua, los inundamos a ellos”, indicó.
“Si llegan a caer más de 45 milímetros, desaparecemos”
En Tanto, César Alfredo Burgos, quien vive en el pasaje 16, justo detrás de la vivienda de Galán, expuso que “mi casa se inundó toda. Es la tercera vez que me pasa, pero no quieren escuchar, dicen que es porque Quintana está más alta y las casas más bajas, lo dijo el señor Diéguez por Eco TV”.
“Hicieron la obra para que no nos inundáramos mas y acá están las consecuencias, 45 milímetros cayeron hoy (por ayer). Llegan a caer más y desaparecemos”, ironizó.
Claudia Gomensoro recordó que antes de la obra de asfalto “se nos inundaba. Pasó mucho tiempo, insistimos e hicieron una zanja, y no nos inundábamos tanto o no nos entraba tanto a las casas. Esta vez fue terrible. Antes no me entraba agua a las habitaciones; ahora entró agua, barro, flotaba todo en mi casa”.
Y expresó su bronca porque “la lucha de todo lo que uno trabaja durante el año para que en dos minutos se te pierda todo. Es indignante ver que no podés parar el agua. No sé cuál es el problema porque nadie aparece y cuando aparecen, lo minimizan, dicen fue una casita o dos, pero así hubiese sido así, somos gente, y necesitamos que den la cara”.
César Burgos afirmó que el asfalto lo terminaron hace un par de meses y si bien admitió estar “contento” con esa mejora, advirtió que “acá tenemos un dique y ellos no lo quieren ver. Nosotros le dijimos que estamos bancando la cuenca de La Movediza; ellos nos dicen que no”.
Pedro Galán contó que habló con el Intendente ayer y que le promedió mandar a Vialidad, pero nunca llegaron.
Una “tomada de pelo”
Claudia Gomensoro explicó que “hoy no nos acostamos en ningún momento. Se mojó todo. No es justo tener dos centímetros de agua en tu casa de la entrada al fondo. Viene el agua de otros lados y queda estancada acá, no sabemos con detalles porque no somos ingenieros, para eso tienen profesionales -supuestamente- en el Municipio y que nosotros les pagamos con nuestros impuestos, porque acabo de pagar los impuestos el doble de caros y hoy estamos inundados. Es una tomada de pelo”.
“No estamos enojados, estamos angustiados; porque estás entre barro y agua, perdiendo el trabajo. Tuve que pedir el día para limpiar el agua de mi casa,y quedó todo lleno de mugre”, sostuvo.
Por último, César Burgos contó que llamó tres veces a Defensa Civil y nunca lo atendieron. “Acá sólo vieron los Bomberos de Villa Italia para ofrecer ayuda. Queremos que den la cara, que nos expliquen qué pasó con la obra que hicieron. Que vean también que la calle Neuquén esta intransitable, quedaron las piedras solamente”, finalizó.
“El problema es que las casas están
más bajas que la calle”, dijo Diéguez
Rubén Diéguez, a cargo de Defensa Civil provisoriamente en reemplazo de David Tiffner, afirmó -en diálogo con “Tandil despierta”– que “gracias a Dios no hubo muchas intervenciones a pesar de la cantidad de agua que cayó y del viento”.
“Sólo en Quintana al 2400 y en Neuquén al 400 en Arco Iris, fueron los bomberos. El problema es que las casas están más bajas que la calle, pero no hubo evacuados”, recalcó.
Y negó que haya habido inconvenientes con el 103 de Defensa Civil, a pesar de que los vecinos aseguraron que nunca les atendieron el teléfono.
“Los casos que recibimos fueron derivados a los bomberos. Igual ya nos comunicamos con desarrollo Social por los tres domicilios del Arco Iris y ellos ya estaban visitándolos para ver si podían aportar algo, más allá de la urgencia”, sostuvo.
Vecinos de Del Medio al 3000 reclaman que
el Municipio abra la calle y la mantenga
Pablo García, un vecino de la calle Del Medio al 3000, en el barrio Rincón de las Estancias, cuestionó que hace 2 años y medio que está haciendo el reclamo en Obras Públicas para que abran esa calle y Maritorena, que es la única de acceso a su casa.
Como ambas calles se abrieron con el andar de los vecinos, siempre se encuentran intransitables.
“Me cansé de que se encajen camiones trayendo material, y ahora nos toca vivir acá y cada vez que llueve es un parto, porque se pone muy complicado transitar, tanto para mí como para los vecinos”, aseguró.
Y cuestionó que “no nos hacen caso, ni siquiera vienen a mirar. En su momento nos dijeron que no podían abrir calles porque no las pueden mantener. De hecho, esta calle la abrí yo al andar. Hasta un patrullero se quedó encajado”.
“Nunca tuve respuesta. Lo más preocupante es que si un día tiene que venir una ambulancia, si llovió, es imposible que pueda entrar”, advirtió.
Encajados en Tucumán al 500
En Tucumán al 500 dos vehículos quedaron enterrados tras la tormenta, debido a que la tierra estaba floja porque recientemente se había realizado la obra de cloacas para el barrio San Juan.
Daiana Braqui contó que “mi marido se levantó a las 5 para ir a trabajar. Cuando fue a sacar la camioneta, escuché una explosión y cayó la camioneta a la zanja”.
“Llamé a la empresa Tenue que hizo las cloacas y enseguida vino a sacarla, hay que ver si no se rompió. Hace dos semanas que terminaron con la obra de cloacas. En la casa de al lado también se hundió el auto”, indicó.
Norma Braqui, la vecina de al lado, explicó que “mi marido salía a trabajar y se le enterró el auto, así que tuvo que llamar un remis y vino la empresa a sacar el vehículo”.
Nigro al 1500 también se inunda
Vecinos de Nigro al 1500 también expusieron su reclamo porque cada vez que llueve se inunda por completo la calle.
Martín Guerra contó que “lo que pasa siempre que llueve es que viene toda el agua por Nigro desde más arriba, más lo que se junta en Darragueira, y como tenemos bajada hacia la ruta, la calle se llena de agua de paredón a paredón, se inunda toda la calle”.
“Lamentablemente hicieron el asfalto, pero no hicieron bocas de tormenta. Tarda mucho en escurrirse el agua, así que es imposible salir de las casas”, sostuvo.
Su esposa Silvia Bisciotti aseguró que no le entra el agua dentro de su casa gracias a un pequeño escalón que la retiene.
“Deberían hacer las bocas de tormenta para solucionar el problema, aunque deberían haberlas hecho antes del asfalto”, concluyó.