La Unicen puso en marcha siete investigaciones sobre Covid-19 con anclaje regional elegidas por el Ministerio de Ciencia
Los proyectos fueron concebidos en el marco del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología Covid-19 y tendrán un impacto concreto en la ciudad y la región. Desde la Unicen buscan fomentar y sostener un abordaje regional e interdisciplinario de las problemáticas que dé respuesta a las necesidades de la población.
Los grupos de investigación de la Universidad Nacional del Centro lograron que siete propuestas de diversas áreas resultaran favorecidas para desarrollarse y aportar soluciones concretas en medio de la pandemia, y recibirán un financiamiento de hasta un millón de pesos cada uno.
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Esta victoria de la universidad estatal se produjo el marco de la convocatoria Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología Covid-19, donde fueron seleccionados 137 proyectos de investigación y desarrollo de alto impacto local en todo el territorio nacional, que serán financiados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación por un monto total de 94 millones de pesos.
El llamado se realizó con el objetivo de articular los sistemas de ciencia y tecnología locales, con las demandas de los gobiernos provinciales y municipales, para contribuir al fortalecimiento del sistema público en la atención de la pandemia de coronavirus.
Los elegidos
Entre los proyectos seleccionados está el del doctor Aldo José Rubiales del Instituto Pladema de la Facultad de Ciencias Exactas, titulado “Optimización de recursos hospitalarios desde una gestión centralizada”, y el del doctor Luis Sebastían Berdún, de la misma facultad, titulado “MyMob Covid 19”, en la que participan conjuntamente investigadores de los Institutos Isistan e Intia.
Este último se trata de una herramienta gerorreferenciada que permite identificar eventos de rutinas y movilidad urbana. Podría utilizarse para la vigilancia y seguimiento epidemiológico.
Otra de las iniciativas que se van a desarrollar es el “Tablero de monitoreo, pronóstico y control epidemiológico” ideado por Pablo Lotito que ayudará a definir escenario posibles en el marco de la pandemia y generar proyecciones de alta vinculación social. Esta propuesta será financiada por la Fundación Bunge y Born, que consideró estratégica su función y decidió aportar recursos para promoverla.
También fue elegido el proyecto de la doctora Guillermina Dolcini, “Evaluación de la capacidad viricida de cámaras de desinfección por aspersión”, que desarrolló una innovadora cámara de desinfección contra el coronavirus para reducir la carga viral tanto en el cuerpo como en la ropa. El sistema fue uno de los primeros adelantos realizados en el país y el primero en demostrar científicamente su eficacia contra el virus.
Entre los siete trabajos fue laureado también el desarrollo de un dispositivo de calefacción ecológico, económico y preventivo (CEEP) para la resolución de problemas de salud derivados de condiciones de vulnerabilidad sociohabitacional en la ciudad de Tandil en el actual contexto de la pandemia del Covid- 19 , cuyo artífice es Pablo Fernando Molina.
La licenciada Patricia Pérez, del área de Sociales, va a llevar adelante el proyecto titulado “Conocer para actuar”, que se propuestas de articulación institucional destinadas a sectores vulnerados en una ciudad de rango medio del centro bonaerenses en el marco del impacto del coronavirus.
El séptimo proyecto reconocido es el de la doctora Mariana Rivero, que salió en las páginas de este Diario: “Encuesta serológica estratificada por edad basada en la población del partido de Tandil. Modelos para el análisis de escenarios futuros”. Este estudio permitirá conocer cuántas personas desarrollaron anticuerpos para el covid-19 y, por consiguiente, estuvieron expuestos al virus incluso cuando no hayan presentado síntomas.
La investigación se va a realizar en la ciudad durante el 2020 y el 2021, y próximamente van a comenzar con la etapa de extracción de muestras. La población que se va a estudiar son todos los individuos que posean historia clínica digital del Sistema Integrado de Salud Pública. En la actualidad, el 95 por ciento de la población de la ciudad de Tandil tiene historia clínica digital, con lo cual la muestra es ampliamente representativa.
Transferencia de conocimientos
El Eco de Tandil conversó con el subsecretario de Ciencia, Arte y Tecnología de la Unicen, Fernando Piñero, quien profundizó sobre el rol de las universidad públicas en materia de innovación y focalizó en la importancia de generar una transferencia de conocimiento desde los organismos a la sociedad con un anclaje específico, que permita ofrecer soluciones a las problemáticas regionales.
“La pandemia abrió una ventana de oportunidades en todo sentido, toda crisis tiene esas particularidades y esta convocatoria permite orientar distintas cuestiones vinculadas a la investigación sobre demandas de problemas concretos. En general puede ser leído como una especie de transición hacia la generación de proyectos por misiones”, observó.
Puntualmente, esta concepción pretende atender determinadas problemáticas frente a un modelo de ciencia y tecnología que primó durante mucho tiempo, más inclinado a la “oferta”, encapsulado en los espacios de investigación sin una fuerte y directa incidencia en la comunidad. así, se destierra de a poco aquella imagen del intelectual en la torre de marfil, distanciado de la sociedad, o convertido en una rara avis de laboratorio trabajando solo sin registrar el contexto en el que vive. De este modo, se crea una sinergia que habilita una especie de “devolución” al pueblo que sostiene las universidades.
“Son recursos del Estado y somos empleados públicos que necesariamente debemos estar abocados a resolver esos problemas, a veces aparecen estos enunciados que pueden resultar muy pomposos, por ejemplo, la responsabilidad social, pero eso no sólo le cabe a las empresas, a la universidad también”, reflexionó.
Asimismo, Piñero compartió que “desde la universidad ya venimos trabajado en esa línea, con redireccionamiento de varios proyectos de investigación, y en los últimos años se generaron líneas de trabajo interdisciplinarias, con distintos núcleos de investigadores pensando en esta cuestión de las misiones, en un desarrollo co-gestionado también con entidades y organizaciones de la sociedad civil”. Además de la inserción geográfica y el trabajo interdisciplinario, también la vinculación del ámbito público con el sector privado para propiciar investigaciones cobra especial relevancia bajo este paraguas.
Distribución equitativa
El programa de fortalecimiento lanzado en tiempo récord para encolumnar esfuerzos científicos detrás del Covid-19, recibió más de 500 proyectos de todo el país, y se prestó especial atención a enriquecer el federalismo y situar las demandas según las necesidades de cada territorio.
“Esta es una arista interesante porque es un reclamo de los que estamos fuera de Buenos Aires, de atender al federalismo, y los financiamientos estuvieron balanceados de modo que el impacto y la distribución sean equitativos”, graficó.
La urgencia epidemiológica incrementó, por otro lado, la capacidad de respuesta y flexibilidad del sistema científico, resolviendo en poco más de dos meses convocatorias y gestiones que usualmente pueden llevar dos años.
“La formulación de proyectos o el redireccionamiento de líneas de investigación implica hay un sustrato de construcción de conocimiento previo que permite redirigir en función de otros objetivos. Los grupos de investigación ajustan sus líneas a una demanda concreta que se genera en la pandemia y hay una capacidad institucional para favorecer estos desarrollos, este tipo de convocatoria, que involucran estos volúmenes de financiamiento, demoran mucho tiempo”, analizó el especialista.
Los fondos para ciencia
El secretario de Ciencia aludió, también, al tema presupuestario, cuestionado en las últimas semanas por legisladores de Juntos por el Cambio y la Federación Universitaria Argentina. El mismo rector de la Unicen, Roberto Tassara, se expidió sobre el asunto públicamente y desmintió cualquier dificultad en este sentido. Y se ocupó de aclarar que nunca se sancionó el Presupuesto Nacional 2020, por lo que las universidades de todo el país funcionan en la actualidad con el presupuesto 2019 prorrogado y con algunos refuerzos, que llegan puntualmente a las arcas de la institución académica.
En tanto, Piñero detalló que los fondos para ciencia y tecnología constituyen una partida especial, la 3.5, que forma parte del presupuesto universitario.
Aseveró que dicha suma estuvo congelada durante los últimos cuatro años y que hubo un refuerzo que sí se sostuvo, una partida especial para las capacidades en ciencia y tecnología que permitió impulsar las políticas de investigación hacia las mencionadas “misiones”.
“El año pasado llegó una parte, un 30 por ciento, y quedó en suspenso. Se hicieron convocatorias y se adjudicaron proyectos que no recibieron fondos. Ahora se están activando estas propuestas, algunas llevan ya dos años de evaluadas, pero por suerte este mes llegaron todas las partidas para largar los proyectos”, afirmó.
Por otra parte, hizo hincapié en el Conicet (consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), entidad que sufrió severos recortes en un momento, que obligó al sistema universitario a absorber profesionales e incluso movilizó una “fuga de cerebros” hacia otras latitudes más alentadoras.
“Se revirtió su política expulsiva”, consideró y subrayó que “ese proceso fue neutralizado pero se plantean otros desafíos, como generar una inserción de los investigadores en el sector privado, que se derrame este conocimiento originado en la universidad pública sobre el mundo de la producción”.