La digitalización del registro de productos alimenticios beneficiará a unas 500 empresas
El registro de empresas y productos pasó del Ministerio de Salud a la órbita de Agroindustria, que creó la Unidad de Coordinación de Alimentos. Se implementó la digitalización de los trámites, pero además bajaron los costos y se acortaron los plazos. El objetivo fue terminar con “el negocio del expediente” a través de los gestores. El director de Bromatología Federico Sánchez Chopa dio detalles sobre la nueva medida que implementó la Provincia.
A partir de los cambios que llevó adelante el Gobierno bonaerense, unas 500 empresas elaboradoras de alimentos y bebidas de esta ciudad se beneficiarán con la simplificación de los trámites de inscripción y registro de productos, trámite que se debe renovar cada cinco años. Además, bajaron los costos fiscales y quedó relegada la figura de los gestores, que demoraban los expedientes. La Dirección de Bromatología del Municipio, que asesora a los productores en estos temas, detalló las novedades que tienen a agilizar las gestiones para vender productos alimenticios en todo el territorio nacional.
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Los cambios comenzaron con un decreto de la Gobernadora, que trasladó la inscripción de empresas y productos alimenticios del Ministerio de Salud al de Agroindustria. En tanto, la cartera que conduce Leonardo Sarquís creó la Unidad de Coordinación de Alimentos de la Provincia de Buenos Aires, con el objetivo de acelerar los trámites y digitalizarlos para acortar los plazos y costos.
La inscripción online se implementa desde el 1 de enero, por lo cual funcionarios de la Dirección de Bromatología del Municipio asistieron a una reunión en Mar del Plata para informarse y conocer los detalles de los procesos que deberán realizar los responsables de las empresas.
Un registro para todo el país
“Una empresa para poder elaborar productos tiene que ser habilitada por el Municipio y el producto puede ser que se venda en Tandil, en la provincia o en la nación. De acuerdo a esas tres situaciones diferentes, el tipo de inscripción de productos era diferente, como también lo es el análisis de laboratorio, etc., etc.”, explicó Federico Sánchez Chopa al evaluar las ventajas de esta modernización.
“Ahora estamos unificando todo y solamente vamos a poder habilitar cualquier cocina, instituto o comercio elaborador de alimentos a nivel nacional. Con lo cual, van a estar desde el vamos habilitados para vender el producto en cualquier zona de la Argentina, sin mayores inconvenientes y casi con los mismos requisitos que tenemos para una habilitación municipal”, precisó el funcionario.
Es decir que a partir de estas reformas, un productor pequeño podrá vender en cualquier provincia del país.
El negocio del expediente
Por otra parte, la digitalización de los trámites no implica grandes modificaciones en el funcionamiento de la Dirección de Bromatología. “Hoy tenemos una persona que hace tiempo que está, que se encarga de asesorar y de realizar la inscripción de productos. Ahora, el Ministerio de Agroindustria de la Provincia está haciendo un sistema digital que lo que va a permitir es que el propio elaborador inscriba no sólo la empresa sino también el producto, sin la necesidad de depender de un gestor intermediario”, explicó Sánchez Chopa.
Hasta el año pasado, si bien Bromatología ofrecía realizar la inscripción de manera gratuita, “muchos productores terminaban contratando algún gestor que les facilitaba el trámite y por el sólo hecho de llevar papeles, a veces hacía toda una tramoya que no correspondía para que el trámite vaya y vuelva y que el gestor mantuviera de ‘rehén’ al elaborador y de esa manera, sostenía su negocio sin poder inscribir su producto y venderlo en cualquier góndola”, describió el funcionario.
Sánchez Chopa reiteró que “esos casos existen y existían, pero ahora van a ir desapareciendo” y citó que en la reunión con referentes de otros municipios contaron que registraban expedientes en trámite desde 1997.
Celebró que con esta iniciativa “se trató de eliminar el negocio del expediente que era conseguir un número de expediente en trámite y con eso el productor podía vender, pero el gestor lo dejaba de rehén hasta que conseguía el número”.
Por otra parte, anunció que cambiarán la función de la encargada de la inscripción de alimentos que ahora “va a estar pura y exclusivamente dedicada al asesoramiento para aquellas personas que no estén capacitadas o que no tengan la posibilidad de hacer la inscripción directamente online”.
Facilitar las gestiones
El registro de productos alimenticios tiene una validez máxima de 5 años, es decir que vencido el plazo, hay que volver a realizar el trámite. A la vez, la normativa exige una serie de análisis de calidad.
“Cada cinco año la empresa tiene que volver a inscribir el producto. Ahora esto va a ser muchísimo más ágil. Antes, con el Ministerio de Salud de la Provincia, se mandaba un expediente de inscripción de producto y lo devolvían a los dos años indicando que faltaba un papel. Hoy en 30 días está saliendo el producto y en el máximo de los casos, cuando faltan papeles, tardan días en terminar de habilitarlo para que salga con el número que permita imprimirlo en un rótulo y ponerlo en el producto elaborado”, resaltó el director de Bromatología.
Antes de esta transformación, a los productores que no tenían una respuesta por parte del Ministerio de Salud, les extendían una constancia de expediente en trámite y con eso podían comercializar.
La celeridad en los trámites le dará más garantías al consumidor porque los productos estarán registrados, pero también a la empresa que evitará a los intermediarios.
Los beneficios para los elaboradores radican en que “van a tener su propia empresa ya con un registro nacional de elaborador, eso significa que está registrada a nivel nacional. Eso le va a permitir vender el producto en cualquier lugar de la Argentina, cuando antes tenía que sacar el registro para la provincia, el RNPA para la nación o el municipal para Tandil”, enumeró.
“Y el tercer proceso es que están armando un convenio con Senasa para que el Ministerio de Agroindustria de la Provincia habilite a las empresas para sacar el Registro Nacional de Empresa (RNPA) y la elaboradora automáticamente va a tener la chance de exportar el producto sin tener que pasar por todos los requisitos y análisis que hay en este momento”.
En cuanto a los tiempos, indicó que realizan auditorías y el máximo que demora el registro de una empresa elaboradora es de entre 32 y 35 días, y para un producto son 5 días.
Menores costos
En Tandil hay unas 500 empresas elaboradoras de alimentos y bebidas de diferentes dimensiones, desde pequeñas panificadoras hasta grandes como Cagnoli.
“Antes se pagaba por metro cuadrado, por cantidad de productos. Ahora, por ejemplo, para una pyme registrada como tal, el costo de inscripción de la empresa es de 1500 pesos, mientras que antes salía 15 mil. Y el costo que antes tenía de inscripción de un producto, que podía variar de más de 2 mil pesos a más de 7 mil, ahora está en 600 pesos. A diferencia de los productos registrados como libres de gluten que son gratuitos. Es decir que está cambiando, inclusive, la cuestión fiscal”, subrayó Sánchez Chopa.
Para las firmas grandes, que deben inscribir cada uno de sus productos y renovar el trámite cada 5 años, las gestiones implicaban contar con personal designado a esas tareas administrativas.
“A veces es un dolor de cabeza, sobre todo porque antes era un montón de papeleo que había que presentar. Hoy todo eso se elimina, se digitaliza y lo puede hacer el elaborador desde su casa”, señaló el encargado de Bromatología.