La aparición de una yarará de más de un metro en la zona de Don Bosco puso en alerta a los vecinos
La aparición de una yarará de más de un metro de longitud en el jardín de una vivienda ubicada en la zona de Don Bosco despertó la preocupación de los vecinos, que debieron trasladar a un perro a la veterinaria para que lo atendieran ya que había sido mordido.
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Miguel publicó las imágenes en su cuenta personal de Twitter y contó lo que había acontecido. “Yarará de un metro de largo en el jardín de casa, a cinco metros de la galería. Lo lamento por ella”, redactó en la red social del pajarito.
La publicación fue compartida por casi 80 personas que se hicieron eco de lo sucedido para visibilizar la aparición de estos animales y poner en alerta a los vecinos. Pese a que muchos activistas no comparten su postura, la gran mayoría de los usuarios de Twitter defendieron su accionar alegando que “siempre la prioridad es el humano” y que “hay que tener cuidado con los chicos”.
En dialogo con El Eco de Tandil, contó que lo impresionó el tamaño que tenía y que había visto alguna vez serpientes de esa longitud pero no en su casa, donde “uno no tiene la precaución, están las puertas y las ventanas abiertas y no sabés si se te mete”.
Luego de matar a la serpiente con un hacha, el hombre se percató de que ya había mordido a su perro: “Nos llamó la atención el bulto, y había unos horneros y unas calandrias dándole vueltas alrededor. Y de repente, mientras estábamos tomando mate en la galería, vimos que se movía, entonces fuimos a ver. Ahí el perro, que venía de atrás, se le fue al humo y se ve que lo picó”, relató.
En la media hora que transcurrió entre que el sabueso fue mordido y lo llevaron a la veterinaria, el labrador comenzó a mostrar signos de envenenamiento, como por ejemplo la hinchazón en la cabeza producto de la mordida en la zona del hocico.
Afortunadamente, según manifestaron a este medio, gracias a la pronta atención el can sobrevivió y hoy se encuentra bien, estable en la veterinaria pero aún en observación.
Josefina, hija de Miguel, declaró a El Eco Multimedios que fue la primera vez que apareció una víbora de esta especie en su casa, pese a que durante el verano es más común que se observen. Lo que les llamó la atención, tanto a ella como al resto de su familia, fue el tamaño que tenía el animal, que “superaba el metro”.
“Acá en casa habían aparecido culebras y demás, pero yarará nunca. Yo automáticamente me fui a ver en internet si era una falsa, pero no, era la auténtica; la falsa es parecida, pero tiene algunas características diferentes y no es tan letal”, manifestó Miguel.
“La mató mi papá con un hacha, porque no le dio tiempo a nada”, comentó Josefina y agregó que la yarará, aún cortada, seguía moviéndose por “instinto de supervivencia”.
En tanto, su padre agregó que “en alguna otra situación por ahí la agarrás y la metés en una bolsa. Pero yo no tengo manejo de eso y voy a priorizar la seguridad de mi familia”.