Mano a mano con Yanina Venier
Tandilense por elección, integra la organización feminista Casa Violeta y coordina la Mesa Intersectorial para la Prevención y el Abordaje de la Violencia Familiar y por Motivos de Género. La licenciada en Ciencias de la Educación, que actualmente cursa un doctorado que se propuso terminar este año, aceptó el desafío de El Eco de Tandil.
Yanina Daniela Venier nació en Córdoba, en 1982. Con su hermana menor, “crecimos con mi mamá, cuando papá murió siendo muy joven”, contó.
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Su formación fue “siempre” en la escuela pública, “gracias al esfuerzo de mi familia”, y continuó su camino en la universidad nacional para estudiar Ciencias de la Educación, “a la par de trabajar para sostenerme”.
Interesada por formar parte de procesos de educación popular y trabajar en espacios sociales, después del 2001 “me di cuenta que necesitaba ser parte de procesos colectivos para cambiar la realidad”.
Luego de recibirse de profesora y de licenciada en Ciencias de la Educación, decidió seguir formándose, “siempre movilizada por comprender la situación de quienes peor la estaban pasando y tratando de aportar a mejorar nuestras condiciones de vida”.
Hace siete años, “siguiendo una corazonada”, decidió radicarse en Tandil “luego de un viaje al viejo mundo que me mostró cuántos horizontes quedaban por explorar”. Y se instaló en la ciudad “para construir un proyecto de comunidad y de familia, pero siempre con la idea de que el viaje tiene que seguir”, confesó.
Dijo que conoció la ciudad a través de la militancia territorial en el barrio La Movediza y Villa Gaucho, junto a familias que peleaban por el derecho a una vivienda digna. “Hoy representan para mí un ejemplo de fortaleza y perseverancia, y han logrado cosas increíbles”, reconoció.
En 2015, comenzó su carrera doctoral en Educación, y al mismo tiempo, “me enteraba que sería mamá de mellizos” y que “se avecinaba una aventura sin igual”.
Inquieta siempre por “hacer, armar y crear”, en 2016 comenzó a imaginar Casa Violeta y desde 2017 “dimos forma a un proceso de organización feminista que aportó a la ciudad y a la comunidad otras maneras de pensar políticas públicas con perspectiva de género”.
Mientras formaba parte de la Mesa Intersectorial para la Prevención y el Abordaje de la Violencia Familiar y por Motivos de Género, asumió la coordinación del espacio durante 2019 y 2020.
Al concluir ese período, y a pesar de las dificultades ocasionadas por el contexto de la pandemia, destacó que se avanzó en “importantes conquistas” para Tandil y aunque “siempre es posible a través del trabajo colectivo, me siento orgullosa de haber aportado mi granito de arena”.
Para este año, Yanina Venier se propuso finalizar su doctorado, junto con el entusiasmo que le genera formar parte de la organización de brigadas de alfabetización en los espacios territoriales del frente Patria Grande, desde donde “proyectamos seguir construyendo derechos para niñas, niños, jóvenes y adultos”.
En esa oportunidad, aceptó el desafío de El Eco de Tandil y una lectura de las respuestas a las 50 preguntas que plantea el cuestionario dominical permitirá conocerla más en profundidad.
1- El café que más disfruta: Café con leche en taza XXL.
2- El mejor consejo que le han dado: Si se puede hacer el amor, se puede hacer la revolución, y viceversa.
3- La banda de sonido de una película: Amelí.
4- La reunión ideal: Con la familia ampliada.
5- Tiempo perdido: El que gastamos en cumplir mandatos.
6- Tiempo valioso: De conversaciones desopilantes con mis hijos.
7- Un actor: Diego Capusotto.
8- Un amigo: La banda compañera.
9- Un amor: El que se transforma y es sincero, Juan.
10- Un animal: El colibrí.
11- Un artista plástico: Guayasamin.
12- Un auto: Fiesta, mi primer auto (heredado de mi abuelo).
13- Un color: Verde, siempre verde.
14- Una conductora de televisión: Diana Zurco.
15- Un disco: Raly Barrionuevo – Ey Paisano.
16- Un enemigo: El miedo a trans-formarnos.
17- Un escritor: Martín Scorza.
18- Un ideal: El feminismo.
19- Un juego o juguete: Rompecabezas.
20- Un legado: La perseverancia.
21- Un libro: Calibán y la Bruja, de Silvia Federici.
22- Un lugar: El río en las sierras de Córdoba.
23- Un proyecto: Construir organización popular y feminista.
24- Un recuerdo: La adrenalina de los viajes a otros países.
25- Una referente: María Saleme de Burnichón.
26- Un sabor: La comida de mis abuelas.
27- Un sueño: Vivir en una sociedad sin excluidos ni opresión.
28- Un viaje: Al norte argentino, paisaje y poesía.
29- Una actriz: Verónica Llinás.
30- Una banda extranjera: Mákina Kandela.
31- Una banda nacional: La Delio Valdez.
32- Una bebida: Mojito con albahaca.
33- Una cábala: No cambiarme la ropa cuando me la pongo al revés.
34- Una canción: Buena Fe y Silvio Rodríguez – La tempestad.
35- Una causa: Luchar contra las violencias y desigualdades.
36- Una cuenta pendiente: Dedicarme más tiempo.
37- Una época: El presente que construye futuros.
38- Una estación: El otoño.
39- Una fecha: Carnaval.
40- Una flor: Jazmín.
41- Una fragancia: Los tilos de avenida Colón.
42- Una fruta: Cerezas.
43- Una obligación: Agradecer lo que tengo.
44- Una obra de teatro: Otro pendiente, ir más al teatro.
45- Una película: Pequeña Miss Sunshine.
46- Una posibilidad: Las conquistas que se convierten en derechos.
47- Una pregunta: ¿Cómo llegamos hasta aquí?
48- Una prenda de vestir: Sacones de lana.
49- Una tradición: Comer ñoquis los 29.
50- Una utopía: Que no haga falta tener para ser, y que cada quien pueda ser en libertad.