CULTURA
“Estamos felices e interpelados por esta donación”, expresaron desde el Mumbat
En los últimos días el Municipio de Tandil recibió de parte de la familia Betelú una importante donación de material histórico del fotógrafo Carlos Pierroni. Son 442 placas de vidrio que sirven para recorrer la historia de la ciudad. Gnocchini, responsable del Museo de Bellas Artes, agradeció a los donantes.
La historia de una ciudad se construye con el aporte de su comunidad y en este caso el Intendente Miguel Lunghi recibió de María Adela Zaldúa y de sus hijos, legítimos herederos de José Luis Betelú, un patrimonio histórico de Tandil. Son un total de 442 placas de vidrio que son negativos de imágenes que retratan la localidad a finales del siglo XIX y principios del XX. Indiana Gnocchini, responsable del Museo de Bellas Artes, dialogó con El Eco de Tandil sobre este suceso importante para la cultura y la historia tandilense.
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“Es un patrimonio que para nosotros es inmejorable”, comentó la profesora Gnocchini sobre el material recibido mediante donación. Con respecto a las placas del fotógrafo Carlos Pierroni, describió que son sensibles a la luz y se encuentran laminados en sales. Si bien no se puede confirmar que son el único registro de la época, sin dudas 800 placas, 400 que tiene el Museo del Fuerte Independencia y estas 442, ahora en manos del Municipio, representan un material invaluable.
Según contó la responsable del Mumbat, en el año 2011, cuando se inauguró la fotogalería, ya tuvieron la posibilidad de trabajar con negativos que en ese momento Betelú prestó amablemente. Por ese entonces se realizó el proceso de digitalización que dejó como resultado alrededor de cien fotografías que muchas ya fueron exhibidas en el museo. En esta ocasión se buscará realizar un proceso de digitalización similar.
En este sentido, Gnocchini destacó que realizar ese trabajo de todo este material inédito para la comunidad, es dejar un testimonio vivo de nuestra historia. “Son imágenes que retratan lo que era la vida en ese momento”, agregó.
Sobre Pierroni, subrayó que lo que nosotros podemos ver es un documento histórico, cultural y artístico. El fotógrafo, nacido en Italia en 1862 no sólo tomaba las típicas fotos por encargo de ciertas familias aristocráticas sino que tenía la iniciativa de acercarse al exterior, algo que no era común para la época. “Vos pensá una cámara de fuelle, un trípode y los lentes, la dificultad de acercarse a las sierras de Tandil, con todo lo que indicaba”, indicó.
Al mismo tiempo, destacó que Pierroni pensaba en elementos simbólicos que acompañaban al personaje retratado, consideraba la psicología del mismo, otra cuestión que era inédita para la época. “Suponemos que tiene que ver con su influencia con el impresionismo y la fotografía en Europa”, informó antes de agregar que “si bien su foto es realista, tiene mucha influencia del impresionismo. Él vino de Italia teniendo el oficio de fotógrafo”.
Desde el Mumbat reconocieron que lo sucedido es “maravilloso, invaluable y nos genera una gran responsabilidad”. A su vez remarcaron que tienen un gran trabajo por hacer y, en ese sentido, comenzarán con el laboratorio de restauración y conservación de obras para investigar cómo hacer el guardo de estas placas. “Nuestra primera tarea va a ser medir todas las placas porque no se pueden guardar apiladas en más de una cantidad. Además no se pueden friccionar, hay que comprar cajas antiácido”, informaron.
Una vez consumado este primer paso se procederá a realizar un trabajo de digitalización de buena calidad y posterior a eso se convocará a historiadores para reconstruir esa historia. “Tenemos un valor cultural y artístico valiosísimo pero nosotros tenemos la responsabilidad de completar ese valor histórico para la ciudad”, destacó Gnocchini.
La directora del Mumbat contó que las placas ya tuvieron una primera digitalización y que ahora hay que hacer todo un tratamiento más profundo de ese trabajo. Si bien el material fue recibido hace pocos días y todavía están en la primera etapa, que tiene que ver con las medidas museológicas de guardo, afirmó que “tenemos la responsabilidad de preservar esto en el tiempo, estamos en la primera etapa”.
En cuanto al material, anticipó que se pueden ver la Plaza Independencia o el Parque nevados y despoblados, en una imagen casi minimalista cuando hoy se ve la frondosa arboleda en ambos paseos de la ciudad. Además hay unas fotos maravillosas de todo lo que es el registro de la Piedra Movediza, las cuales son más conocidas, con los acróbatas haciendo su publicidad sobre la piedra.
Por último, reconoció que “estamos felices e interpelados por esta donación y sumamente agradecidos a la familia Betelú porque sabemos que hubo muchos coleccionistas que quisieron comprar estas 442 placas y ellos decidieron que sean para el Municipio”.
Según contó, la intención de José Luis Betelú era que tuvieran difusión, una mirada educativa, histórica y cultural y que además fueran accesibles. Por esa razón se trabajará para generar una plataforma para que sea de consulta, cuando todo esto esté documentado y epigrafiado. “Esta intención de esta familia tandilense nos ha dejado un legado que no podemos dejar de reconocerles y se lo vamos a seguir agradeciendo en el futuro también”, sentenció.