En un emotivo acto, se recordó en Tandil el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas

Con motivo de conmemorarse el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, se realizó en la ciudad un acto en recuerdo y homenaje de todos aquellos combatientes que participaron del conflicto iniciado un 2 de abril, 41 años atrás.

Cientos de vecinos se convocaron en la plazoleta VI Brigada Aérea, ubicada en el Barrio Mirage, donde tal como fue anunciado, a las 10 de la mañana se dio comienzo formal del acto.

Estuvieron Junto a ex combatientes y veteranos autoridades municipales encabezadas por el Intendente Miguel Lunghi, el Presidente del Honorable Concejo Deliberante, Juan Pablo Frolik y el Jefe de Gabinete Oscar Teruggi. 

De parte de las Fuerzas Armadas, se hicieron presentes el Jefe de la Sexta Brigada Aérea, Comodoro Mayor Aníbal Hernán Leiva y el 2do Comandante de la Primera Brigada Blindada, Coronel Pablo Gabriel Zánzero.

Asistieron también el  diputado nacional Rogelio Iparraguirre, la diputada provincial Melisa Greco, y los concejales Guadalupe Gárriz, Nicolás Carrillo, Nélida Sereno, Rosana Florit, Oscar García Allende y Juan Manazzoni.

A su vez acompañaron la jornada instituciones de la sociedad civil como el  Jardín de Infantes N° 906, la Unión de Colectividades de Tandil y la Secretaría de Extensión de la Unicen. El ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana, envió una participación que fue leída para los presentes. 

El acto fue por demás emotivo. Tras la entonación del himno y la Marcha de Malvinas a cargo del Banda Musical de la I Brigada Blindada, el diácono Adolfo Cala ofreció una oración en homenaje a quienes perdieron su vida durante la Guerra, para luego dar paso a los discursos. Posteriormente se colocaron ofrendas florares a los pies del monumento a los Caídos en el Conflicto del Atlántico Sur.

El diputado Iparraguirre entregó al presidente del Centro de Veteranos de Guerra “Islas Malvinas – Tandil”, suboficial 2do retirado y veterano de Guerra de Malvinas Héctor Almada, una placa recordatoria que será colocada en el lugar.

El acto culminó con un desfile cívico militar por la calle Dagnac, del que además de las Fuerzas presentes, instituciones comunitarias y agrupaciones mencionadas participaron la Asociación Civil del Batallón de. Infantería de Marina N°1, la Asociación Civil Ala Delta y enfermeras navales que formaron parte de la tripulación que transformaron el Buque Polar ARA Bahía Paraíso en buque hospital.

Tandil ha dejado su huella

A su turno, el Intendente Miguel Lunghi tomó la palabra para expresar que “las Malvinas siempre fueron y serán, mucho más después del 2 de abril de 1982, una cuestión del corazón. Malvinas es un sentimiento y un verbo que se conjuga en tiempo presente. Malvinas está entre nosotros como memoria viva, como recuerdo de lucha y abnegación que late, vigoroso, genuino, auténtico, en lo más profundo de la argentinidad”.

El primer mandatario local sostuvo también que Malvinas es un derecho irrenunciable para quienes combatieron, en cuanto al reconocimiento y la contención. Señaló la necesidad de que el Estado debe estar presente para evitar más desamparos y tragedias. 

“Tandil ha dejado su huella, dolorosa y heroica, en Malvinas. Dicen los que allí estuvieron que la naturaleza de las islas tiene algún parecido con el paisaje geológico de Tandil. Debería ser al revés: nosotros, los tandilenses, debemos mirarnos en el espejo de Malvinas, en su épica admirable, en su sufrida y lejana soledad, y en la completa certidumbre de que las islas fueron, son y serán argentinas”, concluyó el Intendente.

Mantener vivo el fuego malvinense

Luego hizo uso de la palabra el suboficial principal veterano de Guerra de Malvinas Héctor Murúa, que comenzó expresando que “el 2 de abril de 1982 amaneció con la conmovedora noticia de que mediante una operación conjunta nuestras fuerzas armadas habían recuperado el ejercicio completo de nuestra soberanía sobre nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur”.

El veterano hizo referencia a la “serie de hechos heroicos” que se sucedieron desde el mencionado 2 de abril al 14 de junio siguiente, destacando la actuación de los combatientes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.

“Es por ello que hoy tenemos 632 héroes de custodia en la tumba malvinera y el Mar Argentino”, enfatizó Murúa, quien recordó también la sanción de la Ley 25370 que estableció la fecha de conmemoración por los caídos en el conflicto.

“Esta ceremonia que se reitera una y otra vez, lejos de adormecer los espíritus y calmar los sentimientos, revitaliza la llama de nuestros corazones y realza la imagen de quienes fueron sus figuras”, señaló el veterano, quien evocó además la memoria de todos aquellos combatientes que perdieron su vida como consecuencia de las secuelas físicas y psicológicas que les produjo la Guerra. 

Hizo una mención especial a “los sobrevivientes que desde hace 41 años luchan por mantener vivo el espíritu y el sacrificio de nuestros héroes en tan importante gesta”, a lo que agregó que “el 2 de abril tiene que ser un momento de recordación pero también de reflexión y reivindicación por la vía diplomática de los derechos de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas”.

El ex combatiente concluyó refiriéndose al conjunto de los veteranos presentes al manifestar que “los argentinos tenemos un legado histórico que nos obliga a mantener vivo el fuego malvinense, que se mantiene encendido por el combustible más preciado, la sangre de quienes murieron o fueron mutilados en cumplimiento del sagrado juramento de defender nuestra bandera hasta perder la vida”.

El perro que orinó a los soldados británicos

Tras finalizar el desfile, fue inaugurado frente a la plazoleta un mural realizado por los artistas tandilenses Ceb y Mone, quienes desde hace tiempo llevan a cabo intervenciones plásticas en establecimientos educativos e instituciones de la sociedad civil de la ciudad con motivo de recordar a los combatientes de la Guerra de Malvinas. 

Fue el mencionado Héctor Murúa quien tomó la palabra y tras agradecer a los realizadores, relató el motivo de la obra que representa a un soldado argentino acompañado de un perro cubierto por una bandera patria.

De acuerdo al relato del veterano, se trató de una mascota que tiempo antes del comienzo de la Guerra acompañaba en el cuartel al cabo primero Funes, y que se les apareció a los soldados en el mismo avión Hércules en el que eran trasladados a las islas, por lo que debieron llevarlo con ellos.

En las islas Mortero fue “un perro muy compañero de los soldados”, según expresó Murúa quien agregó además un emotivo relato sobre la participación del perro en el conflicto. 

El 16 de mayo de 1982 hubo un bombardeo “muy fuerte” a cargo de una fragata británica. Al finalizar el ataque, relató el veterano, comenzaron a revisar los caídos y faltaban el soldado Antieco y el perro Mortero. Horas después, encontraron al animal tendido sobre Antieco, dándole calor para salvarlo, aunque nada pudo hacer debido a la gravedad de sus heridas.

“Se paraba arriba de una piedra y anunciaba que algo venía. A los 20 minutos llegaban los ingleses”, evocó Murúa, quien culminó contando otra de las anécdotas sobre el animal. Al ser capturados y trasladados como prisioneros, los soldados argentinos convencieron a los ingleses que Mortero viaje con ellos hasta Puerto Madryn. El militar británico a cargo lo permitió, con la condición de que no provoque complicaciones, bajo amenaza de ser arrojado al agua.

El veterano relató que Mortero no sólo orinó la alfombra de la fragata al inicio del recorrido, sino que, una vez que arribaron a tierra, a modo de despedida también lo hizo en la pierna del capitán inglés.