El público de la Feria de Sabores fue ampliamente mayor a otros años, pero no se reflejó en las ventas
La diagonal de la Plaza Moreno vivió una Semana Santa muy concurrida, reflejo mismo de lo que aconteció en toda la ciudad. Allí, apostados entre Avellaneda y Constitución, diferentes productores locales expusieron sus artículos en el marco de la Feria de Sabores.
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Miles de transeúntes recorrieron los puestos, disfrutaron de la música en vivo, pero no tantos compraron.
La mayoría de los expositores coincidió en que la cantidad de gente fue excepcionalmente mayor a ediciones anteriores, sin embargo, este fenómeno no se evidenció en las ventas.
“En cuanto a número, lo que vendimos fue bastante parecido a otros años, pero en referencia al volumen no. Fue menos que otras veces”, contó Romina, que con la venta de quesos y dulce de leche de oveja participa hace tres temporadas de este evento. “Igualmente el balance es positivo, la respuesta de la gente es buena y estamos contentos de estar acá”.
Por otro lado, desde el Taller Protegido, Mauricio contó que están contentos con los días de feria, ya que hay mucha más gente de la que esperaban y eso los sorprendió. Contento con la concurrencia, dijo que vienen bien, pero “hay que tener paciencia”. “Hay que saber explicarle a la gente lo que se vende”.
La tarde de ayer ya no estuvo atestada de turistas, sino más bien el público que eligió recorrer los sabores locales era de esta misma ciudad. Bajo el limpio sol de otoño, algunos optaron por escuchar la banda de rock que sonaba en vivo sobre el escenario, otros recorrieron desde allí hasta la portada del Parque donde, tras atravesar la feria de artesanos, pudieron encontrar el Patio Gastronómico.
Plaza de productores
El Jardín de la Paz se convirtió nuevamente en un Patio Gastronómico. Con mesas y sillas disponibles para el público decidido a pasar un momento ameno, algunas firmas tandilenses ofrecieron sus delicias. En un espacio destinado especialmente a promover los productos, más que para aumentar las ventas, la gente disfrutó de otra opción al aire libre. A partir del jueves al mediodía ya comenzó a haber gente, pero como sucedió en las últimas semanas santas, el viernes fue el día de mayor concurrencia pública. Si bien el domingo esperaban un poco más de público, no se dio debido a que el clima estuvo quizás más frío que los otros.
El stand de la cerveza artesanal Quarryman permitió realizar un maridaje ideal para acompañar los sandwiches y picadas de Cagnoli o las pizzas artesanales hechas con queso de Tandil del Cluster Quesero por ejemplo. Por su parte, los chicos de los alfajores 1823 fueron parte del postre y sumaron muy bien a la hora del té.
“Los precios son muy bajos como para que la gente pueda consumir productos de alta calidad a un precio razonable”, reveló Mariano Frías, gerente de marketing de Cagnoli, asegurando que lo hacen con la intención de que haya mucha rotación. “El objetivo nuestro, más allá de la facturación, es saber cuántos productos de Tandil se probaron y podemos decir que desde el comienzo hasta la tarde de ayer (lunes) en Cagnoli habían registrado entre siete mil y ocho mil porciones vendidas”.
En último día, cargando el cansancio de un fin de semana intenso y muy largo, el lugar permaneció abierto y disponible hasta cerca de la medianoche.
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