“El Municipio es un recurrente y consecuente violador de normas de seguridad e higiene”
En el marco del paro que están efectuando los empleados municipales, el secretario gremial David Marconi apuntó contra el intendente Miguel Lunghi y lo criticó por tener un “doble discurso”, alegando que a la gente le pide que se quede en su casa y se cuide pero que no se comporta de la misma manera con los trabajadores.
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“Con nosotros es garrote y garrote. No se cumplen los protocolos; de hecho no tenemos. No hay medidas de higiene y seguridad, no se dan los elementos de protección personal, los empleados están hacinados en los lugares de trabajo o van hacinados en los vehículos cuando tienen que hacer los recorridos por la ciudad”, clamó.
Agregó, además, que nunca los respetaron y que la semana pasada, a través de un decreto que se firmó el 16 y que entró en vigencia el 18 de junio, “se obligó a los trabajadores con más de 60 años, a los que tienen algún tipo de patología y a quienes estaban al cuidado de sus hijos a retornar a sus lugares de trabajo violando el decreto nacional que exime a este grupo mientras dure la emergencia sanitaria”.
Aclaró que la medida de fuerza, lógicamente, también se relaciona con esa cuestión de seguridad ya que es un reclamo permanente que le hacen al Municipio y que, según expuso, nunca es atendido.
“El Ejecutivo es un recurrente y consecuente violador de normas de seguridad e higiene. Los vehículos normalmente no tienen la VTV, no están en el estado que corresponde, los elementos no se brindan… Nada cumple con un requisito de seguridad, no hay matafuegos, nada”, sentenció.
Aseveró que estuvieron denunciando esto desde antes que se inicie la cuarentena por el Covid-19 y que pidieron una reorganización del personal.
Recordó, por otra parte, que se vivió una situación similar en 2009 cuando estuvo el brote de la Gripe A, pero que en aquella ocasión se controló mejor: “Teníamos mejor provisión de elementos de seguridad personal. Y me refiero, por ejemplo, al área de salud, ya que en un principio costó mucho conseguirlos. Incluso algunos compañeros pusieron de su bolsillo para poder comprarlos o les han dado unos que no son los correctos para el trabajo”.
Sostuvo que las denuncias pertinentes las hicieron por las dependencias ministeriales, debido a que, pese a que se mantuvieron cerradas, hay formas de presentarlas formalmente. “Pero parece que el laburante no importa y si pasa algo después vemos, no se prevé nada”, se lamentó.