Toma de terrenos
El dueño del terreno tomado en Movediza dijo que "se están construyendo casas de material" en el predio
Daniel Moauro, propietario del predio ubicado en Piccirilli al 1100 y además vecino del barrio, dijo estar "descreído" de la Justicia tras más de un año de idas y vueltas. El desalojo compulsivo, la salida que a esta altura aparece como más posible, preocupa a distintos actores políticos.
El propietario del terreno tomado desde hace 16 meses en el barrio La Movediza, Daniel Moauro, reconoció ayer sentirse “descreído de la Justicia” y contó que “no hay demasiadas novedades” en el caso que ya fue judicializado y abordado por los estados nacional, provincial y municipal y sobre el que distintos actores políticos ven como única salida posible el desalojo compulsivo.
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Entrevistado por “La Mañana de El Eco”, por ECO TV y la 104.1 FM, Moauro señaló que “no hay demasiadas novedades” en el tema. “Se están construyendo ya casas de material y no hay presencia policial”, sintetizó.
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“No había muchas casas o chozas -como quieras llamarlo- cuando se dictó la cautelar y la cuestión es que ahora se están construyendo casas de material”, señaló y agregó que “hay una orden judicial y nadie la respetó”.
Además, apuntó a la responsabilidad política de la gestión nacional, tanto de la anterior como de la actual. “Cambió el gobierno, hay otra gente en el Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares), alguien podría estar mirando esto”, pero no lo hace, consideró.
En ese marco, reconoció que la llegada de Javier Milei a la Presidencia de la Nación le “generó expectativas al principio, pero ya no; estamos pensando únicamente en el tema judicial”.
Sobre las personas que mantienen tomado el terreno de dos manzanas ubicado en calle Piccirilli al 1100, Moauro –el vecino más próximo al predio, propietario además de un vivero familiar- aseguró que “cambió el perfil, ni siquiera están los que lo usurparon al principio”.
Vale recordar que en febrero de 2023 un grupo de 15 mujeres con dificultades para acceder a la vivienda se instaló en el lote y comenzó a armar casillas, siempre bajo la promesa de retirarse del lugar si se comprobaba que el espacio tenía un dueño, juramento que finalmente cumplieron. Pero el conflicto escaló y decenas de personas se acercaron al lugar.
Ahora, Moauro señaló que los ocupantes se han aprovechado de la situación para apropiarse de más parcelas. “Yo he escuchado que hay gente que tiene 2 ó 3 lotes, que se han subdividido y repartido entre ellos”, dijo el titular y precisó que “el predio son dos manzanas de 17.000 metros cada una, son muchísimos lotes”.
Consultado sobre la posibilidad de que haya otros intereses políticos detrás -que incluyan a personas que no viven dentro de ese predio-, Moauro opinó que “alguien me imagino que los alimenta psicológicamente, monetariamente y espiritualmente. Tienen cierto apoyo; si no, no estarían ahí”.
La toma lleva 16 meses, atravesados por un proceso judicial. En el medio se produjo la activación de un protocolo, una mesa de negociación, dos censos, marchas y contramarchas sobre posibles desalojos, declaraciones encontradas y principios de resolución que no avanzaron.
Moauro recordó que, alentado por su abogado, asistió a una de las negociaciones de las que participaron distintos actores nacionales y provinciales y que aceptó escuchar una propuesta.
“Pero cuando salí de la reunión, recién ahí me di cuenta de que no estaba el Municipio y que era un factor importante de la propuesta, por eso se volvió para atrás y se nos dilató más el tema”, contó.
El futuro desalojo
Lo último que se supo fue que la Cámara de Apelaciones de Azul hizo lugar al pedido de los dueños, declaró inconstitucional la inclusión del terreno al Renabap, y volvió a ordenar el desalojo.
Según pudo saber este Diario, en este momento hay diversos actores políticos preocupados ante la posibilidad –que ven real y cercana en el tiempo- de tener que recurrir al desalojo compulsivo.
Si bien no hay fechas precisas, ocupa a efectores municipales, provinciales y policiales el armado de toda la logística que una situación de estas características conllevaría, como así también sus posibles penosas consecuencias.
Consultado acerca del fin que le daría al terreno en caso de lograr recuperarlo, Moauro descartó que tenga en mente obtener un gran rédito económico.
“De negocio inmobiliario no se puede hablar ahí porque esas tierras no van a valer nada, yo creo que ya nadie va a querer ir a vivir a un villerío. No solamente la tierra nuestra, sino la de nuestros vecinos”, consideró.
Finalmente, a la hora de definir su relación con la Justicia dijo que “descreído es poco” pero agregó que “vamos a seguir adelante por la memoria de las personas que compraron ese lugar trabajando”, que fueron -según relató- su padre y su abuelo.