El Comité recomendó pensar en un Estadio Rojo si el escenario no cede
El factor ocupacional de camas es uno de los criterios para evaluar el cuadro epidemiológico dentro del sistema del semáforo local, que se encuentra en Estadio Amarillo desde hace dos meses. Preocupados por la gran demanda en cuidados intensivos, los médicos del Comité de Seguimiento de Covid-19 temen un colapso del sistema sanitario y reiteraron que la situación es "crítica". En 16 días casi se cuadriplicó el número de plazas afectadas a pacientes con coronavirus y otras dolencias.
El alto nivel de ocupación de las camas hospitalarias disponibles, tanto en las unidades de cuidados intensivos como en la sala general, preocupa al sistema de salud público y privado, que teme que se produzca un compromiso aún mayor si los contagios no disminuyen en el corto plazo. Aunque en los últimos días se reportaron menos casos positivos, el uso de camas sigue en ascenso y supera la veintena.
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La jefa de Guardia del Hospital Ramón Santamarina, Cecilia Martens, en diálogo con Eco Noticias, informó que “uno de los criterios para el uso del semáforo fue el índice de ocupación de camas y estamos en una situación crítica, muy alarmante”.
En rigor, el Sistema Integral para Enfrentar la Pandemia que la comuna ideó y adoptó a partir de septiembre, promueve el uso de los tres colores del semáforo para indicar el estadio en el que se encuentra la ciudad de acuerdo a determinadas variables.
Los parámetros que el Comité de Seguimiento de Covid-19 de Tandil tiene en cuenta para analizar la situación se basan en la ocupación de camas de cuidados críticos y de sala general; el incremento de los casos activos; la positividad de las muestras procesadas; y los contagios en el personal de salud.
Los estadios
En este momento, Tandil se halla en el Estadio Amarillo según el mencionado esquema y en Fase 4 para el Gobierno provincial, pero el plantel de especialistas, en una reunión que mantuvo ayer con miembros del Ejecutivo local, alertó sobre la recomendación del “semáforo en rojo” debido al elevado índice de ocupación de camas y la distensión en torno a las pautas de cuidados por parte de los ciudadanos.
De este modo, se deberían limitar algunas actividades y horarios para desactivar la circulación de personas, como se ha hecho en otros momentos. Empero, el color rojo esquematizado cuando se concibió el sistema sufrió varias modificaciones a lo largo del tiempo, hasta llegar a una laxitud tal que no guardaba diferencias sustanciales con el escalafón amarillo. Y vale recordar que desde la semana pasada, por decisión de la Provincia, hay restricción de actividades entre la 1 y las 6 en todo el territorio.
Con la soga la cuello
Al respecto, la profesional evaluó que para una población de casi 140 mil habitantes en medio de una temporada turística, se debe considerar que las camas son escasas –tanto en los efectores estatales como privados- y que el recurso humano está muy agotado.
Es preciso recordar que al 1 de enero las camas empleadas en terapia intensiva eran seis y el 7 de enero la estadística marcaba 14 camas en uso. Al 17 de enero, el número de lugares ocupados ascendió a 23; esto indica que en 16 días casi se cuadriplicó la estadística.
“Es muy angustiante para los médicos que trabajamos en emergencia porque no hay camas en la ciudad, quedan una o dos en las terapias intensivas y salas generales que atienden pacientes con Covid-19. Debe tomarse muy seriamente porque la verdad es que no tenemos disponibilidad de camas, tanto para pacientes con coronavirus como para otros pacientes con otras necesidades”, describió Martens.
Y añadió que podrían agregarse camas pero faltan recursos humanos especializados, porque el médico de terapia tiene una especialización muy distinta a los de otros servicios, un fenómeno que se registra en todo el país. A esto se suma el cansancio lógico tras tantos meses de pandemia y la pluralidad de tareas que desarrollan en diversos ámbitos.
“Trabajamos en varios lugares y a la vez no somos ajenos a la situación económica que se vive”, aseveró.
Decisiones difíciles
Sin ánimo de ser extremista, la jefa de Emergentología del Hospital deslizó que esperan no tener que llegar a “decisiones difíciles” como se ha visto en otros países donde la disponibilidad de camas y respiradores se resintió tanto que obligó al personal sanitario a elegir a quiénes ofrecer los cuidados.
“Si se siguen incrementado los pacientes internados no sé si se va a poder dar repuesta. Sin ser alarmista, esto es contar la realidad de lo que pasa en la ciudad, tenemos que cuidarnos de todo: accidentes de tránsito, usar casco, no beber en exceso, controlar enfermedades crónicas. Y por los demás, las recomendaciones son siempre las mismas”, enumeró.
“Desde Salud alertamos que esto está pasando y que era una de las variables que modificaban el semáforo. Las autoridades son las que deben tomar las decisiones y extremar los controles. Creemos también que la ordenanza para multar es buena porque ayuda a una toma de conciencia que no se da de otra manera”, cerró.