Movilidad
El autodidacta que se convirtió en referente nacional en la fabricación de baterías de litio
Martín Erbea arrancó experimentando en el encierro generado por la pandemia del coronavirus y después de varios años de estudio y ensayos se convirtió en un service oficial de una marca de renombre. A través de su trabajo busca estimular el uso del transporte eléctrico para colaborar con el cuidado ambiental.
El uso de los vehículos eléctricos avanza como una cuestión cultural pero también gracias a un beneficio económico para el día a día de las personas ante el precio elevado de los combustibles. En Tandil son varias las empresas que se vuelcan hacia ese camino y traen con más asiduidad monopatines, bicicletas y motos con alimentación eléctrica.
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Ante el marcado crecimiento, también sube la demanda de técnicos reparadores de estos novedosos sistemas. Es ahí donde aparece Martín Erbea, un hombre de 33 años que nació en Ituzaingó pero desde hace una década reside en Tandil y que se convirtió en un referente en el armado de baterías de litio a través de la prueba y error de la manipulación de un producto peligroso.
Todo empezó como un hobby, generado por el encierro que provocó la pandemia del coronavirus a mediados del 2020. “De una manera fue ponerme a jugar, distraerme con el litio”, indicó Erbea describiendo el proceso que lo llevó a convertirse a lo que es hoy: uno de los dos técnicos aprobados por la marca In Motion en todo el país.
Para continuar con su proceso autodidacta fue clave el aporte de Coopraee, quienes lo ayudaron a conseguir y a acceder a las celdas de litio. “Mi vida era por otro lado, era electricista y siempre fui medio de inventar, pero nunca estudiar puntualmente este tipo de cosas y cuando me agarró la pandemia empecé a meterme, a indagar un poco en esto”, comentó.
Erbea pasó de manipular una pila de litio de una linterna o un cargador portátil a producir las baterías de las motos. De acuerdo a lo comentado, durante el último año armó doce baterías de monopatines pequeños y un par de vehículos de mayor parte. Según su cuenta mental, hay cerca de 20 vehículos circulando por Tandil con la alimentación generada a partir de su trabajo.
Una profesión de peligro
Detrás de la manipulación del litio para crear baterías para los distintos vehículos hay un trabajo que se tiene que realizar con conocimiento y responsabilidad porque, como dijo el técnico, “se pueden incendiar y matar a una persona”.
Erbea comenzó experimentando, con prueba y error, mirando mucho internet y desenmascarando mucha información vertida por influencers. “Hay mucha gente que hace contenido que no brinda información verificada y a veces pasa que uno se basa en eso y hasta que no experimentaste, no rompiste o no hiciste alguna macana, no te das cuenta que no es real”.
Ese proceso fueron cuatro años de “jugar” en su pequeño taller, sufrir algunos sustos por pilas que entraron en corto y transitar un proceso de aprendizaje para finalmente largarse en serio a la producción de baterías. “El litio es algo que hay que tratar con cuidado. Si uno no sabe trabajarlo, comete errores a la hora de soldarlo o en la elección del tipo de pilas y puede prender fuego o matar a alguien”, afirmó.
A pesar de que su proceso tuvo mucho de lúdico, Erbea aseguró que “no es algo en lo que se pueda jugar, no se juega con el litio”. En ese sentido contó que ha tenido más de un susto, más que nada con baterías pequeñas, con unas unas pilas que suelen ser muy inestables y cuando tienen fallas se suelen prender fuego: “Un día me llegó una que la habían trabajado mal, o sea la soldaron mal, y cuando la fui a abrir entró en cortocircuito y empezó a prenderse fuego”, describió.
Una cuestión cultural
No solamente su trabajo consiste en reparar vehículos eléctricos, Erbea también es usuario de todos estos métodos de transporte. Es común verlo transitar las calles de Tandil sobre “una rueda”, la cual llega a alcanzar velocidades altas y se mete en todo tipo de terreno, considerada como una de las tecnologías más avanzadas en la actualidad.
Además de técnico también es un promotor de la movilidad eléctrica en la ciudad. “El que es usuario encuentra mucha libertad. Ya sea en los tiempos que tardan en ir de un lugar a otro o en la manera en la que uno va pensando, porque no vas en la misma vorágine que el tráfico. Es fluir mucho más tranquilo al ir en silencio. Te da una libertad económica, a mí me permitió ahorrar mucha plata mensualmente”, explicó.
El siguiente paso para su emprendimiento personal es empezar a traer vehículos a Tandil para que la gente los pueda conocer y para que pueda entender los beneficios de la movilidad eléctrica. “Como la bicicleta, te permite llegar a lugares y meditar de maneras que no lo hacen otros vehículos. Tandil se presta para disfrutar de las cosas y por eso invitamos también a más usuarios”, añadió.
Otro de los vértices del crecimiento cultural también tiene que ver con el cuidado del medioambiente. En ese sentido cobra valor el recupero de baterías de litio, excesivamente contaminantes. Una batería de computadora lleva una seis pilas, un vehículo con autonomía de 50 kilómetros tiene baterías de 120 pilas y en transportes de mayor recorrido se habla de hasta 200 celdas de litio.
“Mi intención es darle una segunda vida a las pilas”, aseguró Erbea y luego continuó: “Que no terminen en los basurales en vano, porque por ejemplo hay celdas que son de una batería de una moto que no sirven más para una moto, pero sí para linternas o para usos pequeños y capaz que duran 10 años si vos las reutilizas”.
El proceso para restaurar una batería es complejo, se tiene que estudiar minuciosamente para saber qué celda está dañada o cuáles estresadas. Esto se realiza mediante un analizador que testea las cargas. Luego se realizan ciertos estudios para ver si pierden la carga, se miden las resistencias y las capacidades y si está todo bien se las puede seguir usando.
Todo este proceso es parte del trabajo que realiza Erbea en su taller ubicado en Antonena al 300, a cuadras de El Calvario. Su experiencia y conocimiento lo deja en una posición donde prácticamente la movilidad eléctrica de Tandil depende de su servicio. Como consecuencia de esto, la marca In Motion lo habilitó como uno de los dos services oficiales en todo el país.