Con un paradigma de inclusión e integración, el Servicio Zonal de Niñez se orienta a fortalecer los lazos comunitarios
El organismo distrital, que incluye también a Rauch y Benito Juárez, reorientó sus líneas de trabajo para garantizar que se respeten los derechos de los niños y adolescentes. La entidad se propone revertir las consecuencias del proceso de deterioro económico y social de los últimos años con una mirada inclusiva, democratizadora y colectiva que abarque a todos los actores involucrados.
El Servicio Zonal de Promoción y Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes distrito Tandil, a cargo desde hace tres meses del licenciado en Trabajo Social Eduardo Martínez, está reconfigurando sus lineamientos de intervención y abordaje para apuntar a fortalecer el trabajo territorial y acompañar de la mejor manera posible la trayectoria de las infancias y adolescencias en la ciudad, con todo lo que eso implica.
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En diálogo con El Eco de Tandil, el responsable de la dependencia estatal que funciona en Alem 1146, detalló que “como en todos los espacios institucionales asumimos luego de 4 años gobernados por un gobierno con fuerte inclinación neoliberal. Eso significa que los niños, niñas y adolescentes, que son los beneficiarios directos del Organismo de Niñez, atravesaron un proceso de deterioro en todos los aspectos de su vida cotidiana”.
En este sentido, destacó que debe tenerse en cuenta que el contexto económico impactó fuertemente en los espacios de pertenencia familiar y barrial, debido a la desprotección y desregulación laboral. Asimismo, refirió que se registró un vaciamiento de las políticas públicas destinadas a la contención de las niñeces y adolescencias, lo que generó un cuadro complejo sobre el cual intervenir.
“Lo que importa ahora es el nuevo enfoque que estamos apuntando y en definitiva consiste en un trabajo integral, amplio y con perspectiva de inclusión social. En ese programa, los lineamientos son potenciar una red de trabajo que integre los centros comunitarios principalmente, y todas las agencias que trabajen con la promoción y protección de derechos”, explicó Martínez.
En tanto, expuso que, en materia de niñez y adolescencia, hubo importantes anuncios, como por ejemplo el 30 por ciento de aumento a las becas de los dispositivos convivenciales conveniados con el organismo y al respecto subrayó que “sabemos que aún falta pero también que de a poco empezamos a caminar”.
El trabajo articulado en la región
El Servicio como el resto de los zonales del territorio bonaerense, depende del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia, bajo el ala del ministerio de Desarrollo de la Comunidad que conduce Andrés Larroque. Así, desde la cartera ministerial se está llevando adelante un plan integral inmerso en un proyecto más amplio a nivel provincial y nacional.
El distrito Tandil abarca los municipios de Tandil, Benito Juárez y Rauch, y se constituye como una instancia superadora de resolución de conflicto, regulado por la Ley Provincial 13.298. Por lo tanto, la cartera trabaja en conjunto con los 6 hogares convivenciales conveniados con el Organismo: los 4 de Tandil, el hogar de Rauch y el “Cruz del Sur” de Benito Juárez; los Servicios Locales; juzgados, direcciones de niñeces, salud, educación; y organizaciones territoriales. También acompañan en la labor diaria a los centros comunitarios que tienen acuerdos con la entidad, multiplicando así las articulaciones en la ciudad y la región.
El marco legal
¿De qué se habla cuando se habla de derechos de los niños y adolescentes? La política pública diseñada para ampararlos tiene como objetivo principal su contención en el núcleo familiar, a través de la implementación de planes y programas de prevención, asistencia e inserción social.
En el marco de la Ley 13.298, que cambió el paradigma bajo el cual se abordaban las infancias, se toma como principio rector el interés superior del niño, que contempla la máxima satisfacción integral y simultánea de sus derechos en un marco de libertad, respeto y dignidad, para lograr el desenvolvimiento de sus potencialidades, y el despliegue integral y armónico de su personalidad, considerándolos como sujetos de derecho y como sujetos cuya opinión vale, de acuerdo a su desarrollo psicofísico.
De acuerdo a esta base programática, los servicios zonales tiene como función la coordinación y supervisión de los servicios locales de la zona que abarca varios municipios. Vale aclarar que los servicios locales son dependencias municipales que intervienen en los casos de vulneración de derechos de los niños del distrito.
Y si bien los servicios zonales no tienen como misión el abordaje directo de los casos de vulneración de derechos, intervienen allí donde no existe servicio local o como instancia superadora de conflictos, y de integración. Una de las funciones que sí es exclusiva del Zonal independientemente de la existencia del local, es el seguimiento de las medidas de protección especial, también conocidas como medidas de abrigo, dictadas por un organismo judicial.
Esos locos bajitos
Hace décadas, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat hizo popular aquella canción que instaba al niño a dejar de “jugar” con la pelota, por usar un eufemismo. Esa letra también expresaba que “nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen…”.
Aunque en términos poéticos y vitales la fórmula puede resultar bastante acertada, en términos de responsabilidad del Estado sí es posible actuar para minimizar el sufrimiento y contener las situaciones de vulnerabilidad que se presentan a diario en cada lugar.
El camino no es fácil y máxime considerando que la cartera estatal se ocupa de intervenir en una franja de la población especialmente vulnerable y sensible, en un escenario que se vio complejizado por la irrupción del coronavirus y las consecuencias que aparejó el aislamiento en el tejido social y el entramado institucional.
A raíz de ello, el funcionario reparó en que “fueron 4 años durísimos en materia de niñez y adolescencia, al cual se le sumó el 2020, donde la proyección de la recomposición se vio atravesada por un complejísimo, duro e histórico contexto de pandemia”, y describió que “el Covid-19 cambió la forma de vincularnos y de sostener el día a día. Más en estos espacios, pensándonos como sistema integral, que trabajamos a partir de las vinculaciones. Por eso nos necesitó siempre al pie del cañón para repensar distintas particularidades y emergencias que se fueron manifestando”.
Los desafíos que vienen
Para este nuevo año, el desafío está puesto en profundizar el trabajo en la promoción para reforzar el acompañamiento a los centros comunitarios, encargados de abordar en el territorio situaciones muy complejas, y que durante los últimos años lo hicieron “casi por vocación”.
En esta línea, sostuvo que “Tandil tiene cuadros técnicos de calidad en los centros comunitarios conveniados que contienen a las niñeces y las adolescencias, y no podemos darnos el lujo de perderlos”. Además, se pretende intensificar los espacios de capacitación en género, como lo establece la Ley Micaela a la cual adhirió la provincia de Buenos Aires, e impulsar la ESI en los dispositivos que abordan las infancias porque “el contexto histórico no permite que miremos hacia otro lado”.
De este modo, Martínez evidenció que el objetivo ahora es construir alianzas estratégicas que permitan que los chicos tengan acceso pleno a sus derechos. Para ello, se deberá potenciar el trabajo mancomunado, en el marco de la corresponsabilidad, entre los distintos efectores que abordan estos casos como los servicios, los juzgados y sus equipos técnicos, educación, salud y organizaciones territoriales.
“Es un trabajo que se construye, reconstruye y fortalece a partir del diálogo continuo, la incorporación de nuevas voces y la democratización en la toma de decisiones. La salida siempre, pero absolutamente siempre, es colectiva. Nuestro horizonte es la promoción, protección y restitución de los derechos de nuestras niñeces y adolescencias. Si no nos corremos de ahí no podemos equivocarnos”, concluyó.