Movilidad urbana
Las 200 bicicletas donadas en 2015 siguen abandonadas y no hay iniciativas para ponerlas en marcha
La incorporación de las bicicletas es una deuda pendiente del Municipio y no se profundizó en una estrategia integral de movilidad urbana. El banco Macro donó los rodados hace casi ocho años y tras algunos intentos fallidos para ponerlos en funcionamiento, acumulan polvo en un galpón. Aunque en la discusión del pliego de transporte se debatió el tema, finalmente fue desestimado. El traspaso al sistema SUBE tampoco traerá cambios en ese sentido.
El abandono y la desidia siguen pesando sobre aquellas 200 bicicletas donadas en 2015 por el Banco Macro al Municipio, que oficialmente formaban parte del programa contemplado por el Sistema Único de Movilidad Ordenada (SUMO), pero que nunca fueron puestas a disposición del público.
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Los rodados reposan desde hace años en un galpón de la Dirección de Servicios y nadie tiene muy en claro qué hacer con ellas. Si bien el archivo es condenatorio al respecto porque en el pasado se realizaron varios anuncios que nunca se materializaron, con la llegada inminente del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) y el debate por el pliego para concesionar de nuevo el servicio, volvió a rondar la idea de incluirlas dentro del programa o pensar en otras alternativas para reflotarlas como medio de transporte urbano.
En medio del debate del pliego licitatorio que el Concejo aprobó en octubre y cuya adjudicación está en proceso, el Frente de Todos propuso incorporar las bicicletas al sistema público y generar una estación por año para darles uso, pero la iniciativa fue desestimada por la mayoría automática del oficialismo.
“No es un tema de si se utiliza el sistema SUBE o SUMO, no es ese el problema, es que no está la decisión política de ordenar la movilidad incluyendo estaciones de bicicleta”, indicó una fuente consultada.
Pedaleando con viento contra
En 2017 hubo un llamado a licitación para instalar 10 estaciones, al que se presentó un único oferente, pero la adjudicación no prosperó porque la comuna consideró que los costos eran elevados. Asimismo, en ese momento el cuerpo Legislativo también trató un expediente acerca del tema sobre el cual la oposición de ese entonces había planteado algunos reparos, principalmente ligados a la responsabilidad civil para el caso del mantenimiento de los rodados.
Posteriormente, a mediados de 2021, el Gobierno local informó sobre el inicio de gestiones ante el Ministerio de Transporte nacional para crear 15 estaciones en diferentes zonas de la ciudad. De hecho, dejaron trascender en esos días que ante el buen avance en pocas semanas se conseguiría la aprobación final para poder firmar el convenio, sin embargo no se llegó a tal punto.
Y pese a que el titular de SUMO, Sergio Lunghi, declaró en este medio el año pasado que con la próxima implementación de la SUBE, “lógicamente” se había vuelto a hacer el pedido formal a través del Intendente para retomar los procedimientos con la expectativa de “hacer lo que haya que hacer”, desde el Estado municipal ratificaron que cuando se gestionó el trámite “no se habló” del tema y que, en principio, la SUBE es “sólo” para micros, tren o subte.
De este modo, el pronto traspaso al sistema federal no traerá aparejada la incorporación de las bicicletas para uso comunitario, pero tampoco hay propuestas para generar algún tipo de política pública que permita aprovechar los elementos donados y darle una vuelta de tuerca a la problemática de la movilidad urbana.
En Mendoza, por ejemplo, se implementará a partir de febrero un sistema de rodados urbanos que, entre otras alternativas de pago, también puede abonarse con la SUBE. En la Ciudad de Buenos Aires, en cambio, existe desde hace años un circuito de estaciones y ecobicicletas que funcionan aparte del mencionado sistema.
En esta línea, Ecobici es un programa gratuito para todas las personas residentes del país que pueden realizar en los días hábiles hasta cuatro viajes de 30 minutos cada uno de forma gratuita y para usarlas más veces hay diferentes planes para abonar su alquiler, un pase que también se les cobra a los turistas extranjeros.
Movilidad sustentable
Según el estudio “Hacia una movilidad sustentable en la Argentina”, realizado por la seguradora Zurich, más de 5,5 millones de argentinos utilizan medios de transporte alternativos de manera habitual. Dentro de ellos, la bicicleta personal se posiciona como el medio favorito del 89 por ciento de los encuestados, que la eligen para desplazarse mayormente durante la semana.
Pero las bondades que la sociedad identifica en este medio de transporte van más allá. Según el 77 por ciento de las personas incluidas en la muestra, las ciudades deben ser rediseñadas para usar medios de transporte sustentables.
En Tandil, una localidad atestada de vehículos, numerosas personas eligen desplazarse en bicicleta y de hecho la topografía urbana, con pronunciadas cuestas, implica en muchos caso un atractivo extra para los más deportistas y osados.
En tanto, también el esquema de beneficios en la tarifa que se aplicará cuando se oficialice la nueva concesión, está orientado a aumentar la tasa de uso del transporte público en detrimento del empleo de autos particulares.
Y no obstante esto, también podría ser útil contar con un servicio público de bicicletas para aquellas personas que no pueden costear un rodado propio o para evitar reiterados robos. Además, hay quienes consideran que el mero hecho de poner una alternativa sustentable y novedosa a disposición del público podría generar efectos positivos de uso en la comunidad.