Poder Judicial
Asumió el nuevo defensor oficial, con el desafío de afrontar un importante caudal de expedientes
Ayer, a las 13, juró el nuevo defensor oficial, Pablo Molina. Tras la firma del decreto del gobernador Axel Kicillof en julio pasado, quedó cubierto el cargo que estaba vacante desde 2018. El titular de la dependencia judicial, que se desempeñaba como auxiliar letrado, destacó la organización de la defensa pública y el trabajo en equipo, y aseguró que la demanda “es mucha” y que requiere mucha dedicación “para poder estar al día”.
Finalmente ayer asumió el nuevo defensor oficial de la UFD 2, Roberto Pablo Molina Marañón. El funcionario quedó al frente de una de las unidades de la Defensa Descentralizadas del Departamento Judicial de Azul, un cargo muy necesario en el organigrama local en función del nivel de expedientes que tramita el fuero penal.
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La toma de juramento para la puesta en funciones se celebró ayer, a las 13, en la sala del tribunal, y estuvo encabezada por Diego Araujo, por delegación del defensor departamental Diego Lucas Fernández, que no pudo asistir por un inconveniente personal.
El proceso de selección de postulantes fue tarea del Consejo de la Magistratura bonaerense, que definió las ternas. Luego, es el Poder Ejecutivo quien elige a una de las tres personas, elabora el pliego y lo envía al Senado.
Una vez que la Cámara alta aprueba el pliego, el expediente regresa al Ejecutivo, que lo revisa y decide si corresponde el nombramiento, para luego avanzar con la toma de juramento.
En este caso, el trámite para la cobertura presentó una demora ya que el acuerdo del Senado fue en septiembre de 2019. El último reclamo ante las autoridades provinciales fue a comienzos de julio pasado, en el marco de la visita de la vicegobernadora Verónica Magario a la ciudad.
Durante un encuentro con la mandataria, un grupo de actores judiciales locales insistió en la necesidad de cobertura de cargos vacantes en diferentes dependencias judiciales, y, en respuesta, la compañera de Axel Kicillof informó que el proceso de designaciones se encuentra “bastante avanzado” y que algunas podrían resolverse en el transcurso del año. Poco después, se confirmó la designación al sellarse los decretos correspondientes.
Resolver la cobertura
En diálogo con El Eco de Tandil, el flamante defensor oficial, Pablo Molina, ratificó su compromiso para representar a la defensa pública y desempeñar este cargo “con todo lo mejor de mí”, a la vez que trazó un diagnóstico sobre el caudal de expedientes penales que afrontan junto con la UFD 3, a cargo de Diego Araujo, e insistió en la necesidad de contar con una nueva unidad descentralizada.
De todos modos, valoró la designación y aseguró que resulta de importancia “para todos”, para el Poder Judicial de Tandil, para la Defensoría y “para mí en términos profesionales porque culmina una etapa de crecimiento con el primer cargo de titular”.
En tanto, frente al desafío del nuevo rol que desempeña desde ayer, destacó la organización de la defensa pública y el trabajo en equipo, con criterios de intervención que se unifican y el debate necesario cuando se presentan causas complejas, y resaltó que lo urgente era contar con un titular para estar “más cerca de las causas” y que pudiera abordar las cuestiones que son indelegables.
Cargo vacante
Molina se sumó en marzo de 2004 como auxiliar letrado de la defensoría, cargo que mantuvo hasta ayer. Primero concursó para defensor para la tercera unidad de defensa penal de mayores, que quedó vacante. Si bien integró la terna, “no logró la selección en el acuerdo del Senado” y la persona que quedó elegida “renunció y ahora se espera que se declare desierto para realizar una nueva convocatoria y cubrir la vacante”.
Luego, se postuló para reemplazar a Carlos Kolbl, que se retiró de la función al frente de la UFD 2 en febrero de 2018. En esa oportunidad, quedó entre los tres seleccionados, superó el filtro del Consejo de la Magistratura de la provincia “y de ahí salió el acuerdo del Senado”.
En julio pasado, el gobernador Axel Kicillof avanzó en la firma de 31 decretos para nombrar a trece agentes fiscales, ocho jueces de Tribunal Oral en lo Criminal, cinco defensores, entre los que se encuentra el tandilense, una asesora de Incapaces, una defensora Civil Comercial y Familia, un juez de Cámara Civil y Comercial, un juez de Familia y un juez de Garantías.
El mandatario rubricó 31 decretos de un total de 42 designaciones que la Cámara alta provincial había aprobado sólo con los votos de Juntos por el Cambio.
“Una cantidad de trabajo muy importante”
Desde febrero de 2018, cuando el cargo quedó bacante en la UFD 2, la Defensoría Oficial 3, que dirige Diego Araujo, absorbió la actividad de ambas unidades y afrontó un importante caudal de expedientes, pese a que la tarea avanzó de manera coordinada con el equipo de letrados para poder afrontar este desafío.
Ahora, en las cuestiones que son de naturaleza estrictamente indelegables, como las cámaras gesell y los juicios orales, la carga quedará repartida entre dos titulares y eso redundará en una mejora en el trabajo de la defensoría.
“La cantidad de trabajo que hay en el ámbito penal de Tandil es muy importante y la que tenemos asignada, con o sin detenidos, es altísima. La demanda de trabajo es mucha y hay que dedicarle mucho tiempo para poder estar al día”, detalló Molina.
Dado el nivel de actividad, fue que se gestionó por la creación de una tercera unidad. “La pandemia agudizó los problemas y puso en evidencia la necesidad de que hubiera un tercer defensor penal de mayores. En un momento aspirábamos a tres y nos quedamos con uno”, repasó.
Al comienzo de la pandemia, por las restricciones, se redujo la actividad por la imposibilidad de celebrar juicios. Sin embargo, poco después, recuperó el ritmo habitual y actualmente el "caudal del trabajo es muy importante.
A ello sumó factores de orden social y económico, que “incrementan la situación de conflicto penal y nosotros tenemos que atender esa demanda”.