200 años de Tandil
Así se inauguró el Paseo de las Personalidades y se presentó el libro "Tandil en el Bicentenario"
En dos emotivos actos realizados el pasado domingo, el Municipio continuó celebrando el Bicentenario de la ciudad.
El Municipio continúa llevando adelante la agenda pautada con motivo de las celebraciones por los 200 años de la ciudad y en dicho marco, durante la tarde de ayer se realizaron dos emotivos actos en el Palacio comunal.
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El primero, el descubrimiento de la escultura en homenaje al impulsor de la actual Universidad Nacional del Centro, Osvaldo Zarini. El segundo, la presentación del libro “Tandil en el Bicentenario”, con la presencia de sus autores y coautores.
Tal como fue anunciado, pocos minutos antes de las 18 de ayer, comenzó el acto en los jardines de la Municipalidad en el cual se inauguró el “Paseo de las Personalidades del Bicentenario”. Se trata de un nuevo espacio que forma parte de un proyecto mayor de puesta en valor del histórico edificio comunal.
En el Paseo, donde ya se encontraba ubicada la escultura en recuerdo de René Lavand, fue descubierta ayer la estatua en homenaje al pionero universitario Osvaldo Zarini. La misma fue diseñada por la escultora Mariana Debaz y elaborada en fundición en los talleres del empresario local Adrián Miguel. Sucesivamente se instalarán otras en reconocimiento a las figuras de Juan Carlos Pugliese, Luis María Macaya, Alicia Brivio y Santiago Selvetti.
En el acto estuvieron presentes, junto a casi un centenar de vecinos, el Intendente Miguel Lunghi, parte de su gabinete, ex intendentes, miembros del Concejo Deliberante, autoridades universitarias y personalidades destacadas de la política y la cultura local.
El Intendente tomó la palabra para destacar la figura de Zarini, y referirse a dos cuestiones que consideró de importancia en relación al flamante paseo. “La primera obviamente es el reconocimiento a tan ilustres convecinos que dejaron su huella en Tandil”, comenzó Lunghi.
La segunda, agregó, "el paseo reproduce en su alegoría lo que estas personalidades hicieron en la práctica, compartir nuestras calles, cultivar el diálogo, debatir, poner primero a Tandil por sobre todas las cosas, y estar juntos por causas mayores, que son precisamente por las cuales ya quedaron en la historia”.
El primer mandatario comunal concluyó señalando que “a medida que este paseo se vaya poblando con las personalidades enunciadas, siento que también sus esculturas, que son metáfora de una vida y de un estilo, replicarán entre ellas esas charlas, esos diálogos, esos ideales con que construyeron su presente y moldearon un porvenir”.
Posteriormente el rector de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen), Marcelo Aba, hizo uso de la palabra para destacar el homenaje “más que merecido” a la figura de Zarini.
“Para los que pertenecemos a la Universidad, nuestra alma máter, ideólogo y ejecutor de un proyecto que muestra hoy la genialidad de su visión”, consideró el rector, quien se refirió también al rol como político que tuvo Zarini al momento de ejercer la intendencia municipal y el cargo de ministro de Educación provincial.
Aba repasó en su discurso acontecimientos de la década del 60’ en la ciudad, en la que el homenajeado “desplegó buena parte de su prolífica labor”, según observó. El rector dio cuenta también de la biografía del referente de la educación universitaria local y de su condición de “apasionado de la docencia”.
Entre otros aspectos Aba mencionó la fundación en 1962 por parte de Zarini del Instituto Mariano Moreno, germen del proyecto universitario que si bien entonces “parecía imposible”, el propio pionero “sabía que ese inmenso era posible, y que él se encargaría de concretarlo”. Luego mencionó la creación del Instituto Universitario, que en 1974 se convirtió en la actual Unicen.
“Lo dio todo, más allá de su imaginación y abnegación. En lo material solamente era poseedor de una vastísima biblioteca y de su vivienda particular. Miles de libros fueron donados por Zarini a la naciente Universidad. Y su casa estuvo a punto de perderse en subasta pública y fue salvada casi milagrosamente por algunos amigos y tandilenses solidarios”, agregó Aba.
“Fue un soñador permanente, un hacedor, un orador de primer nivel. Y fue también ese particular bohemio capaz de cantar tangos en las peñas de amigos o de frecuentar los espacios bailables y bares del Tandil de la época. Fue un tandilense brillante y multifacético, al que hoy rendimos el más justo de los homenajes”, concluyó el rector.
“Se me hincha el corazón de orgullo”
Luego fue el turno del hijo del homenajeado, Ricardo Zarini, quien en nombre de su familia agradeció a la Municipalidad, a la Universidad y al pueblo de Tandil por el reconocimiento hacia su padre, del que destacó su “inquebrantable sacrificio y su voluntad férrea sin parangón”, por sostener que “la educación es una de las bases para el bienestar y el progreso de los pueblos”, según señaló.
“Él decía que si Tandil y la zona entendían que el estudio superior iba a ser no solamente un beneficio para quienes lo transiten sino además para toda la ciudad. Y no dejo de reconocer que lo mirábamos con un poco de escepticismo, porque era difícil en aquella época que una persona de treinta y pico de años estuviera pensando que la ciudad y la región merecían estudios de nivel superior”, expresó.
Agregó además que su padre “no pretendía que todos donaran sus bienes como él” y consideró, como tandilense, que se realizó un homenaje justo. “Hay montones de familias que gracias a la Universidad han logrado potenciarse, buscar su destino y tener un mejor pasar. Y la verdad, es que cuando escucho hablar de educación y soy hijo de quien fue un pionero y un cultor de eso, se me hincha el corazón de orgullo”, concluyó.
Tandil en el Bicentenario
Las actividades de la tarde prosiguieron en el Salón Blanco de la Municipalidad, donde más de un centenar de personas asistieron a la presentación de “Tandil en el Bicentenario, 1823-2023”. Se trata de un libro que “detalla algunas de las historias y relatos más importantes de los 200 años de historia de la ciudad y recopila una gran cantidad de fotografías que proponen un repaso por algunos hechos y momentos destacados”, según difundieron en información oficial.
El acto fue encabezado por el Intendente Miguel Lunghi, quien dio el pie para que tomen la palabra tanto los autores y coordinadores del libro, el escritor Elías El Hage y el diseñador Pomy Levy, como los coautores, los periodistas Marcos González y Belén Cotine. Por decisión de éstos, los derechos de propiedad intelectual de la publicación fueron donados a perpetuidad al Municipio de Tandil.
Levy además estuvo al frente de un equipo de diseñadores y fotógrafos formado por Cielo Mejías, Nicolás Hernandorena, Gonzalo Celasco y Rody Becchi que llevaron a cabo la estética de la publicación.
“Este libro fue primero una idea que tuve hace casi dos años. Pensaba que el Municipio podía dejarle a la ciudad de hoy y a la del futuro, un reconocimiento para todos aquellos tandilenses que se pusieron la camiseta de Tandil y dejaron su obra en las diferentes disciplinas que transitaron”, expresó el Intendente.
“Y aquí está el libro, con esta bella tapa, con el gran trabajo de las tres plumas que lo escribieron, y la felicidad del deber cumplido”, agregó el primer mandatario local tras agradecer a los autores y a la gráfica local que lo imprimió.
“Somos todos cronistas de nuestra época, no somos historiadores y no es un libro de historia. Es un libro de divulgación, modesto, sencillo, sin pretensiones y así nos gustaría que se lo lea”, señaló El Hage para darle la palabra a Cotine.
La coautora agradeció la convocatoria y la alegría de “ser parte de los 200 años de la ciudad que nos vio nacer y crecer”. Además, se refirió a la responsabilidad que implicó el trabajo de “rescatar, documentar, recuperar, revisar, volver al pasado con los ojos del presente”.
Cotine agregó que en cada uno de los vecinos retratados en los diferentes tramos del libro “estamos todos”, y consideró que “en la medida que se cuentan ellos nos contamos nosotros”. También anheló que la publicación sea el pie para que se gesten otras historias sobre la ciudad.
Por su parte Marcos González, periodista de este diario, se definió como “cronista” y señaló que desde esa óptica fue escrita la publicación presentada. “Si puedo encontrar un denominador común a lo largo de todo este tiempo es la perseverancia de la gente en hacer lo que se ha hecho. Que comienza con el Fuerte mismo, del joven soldado que le tocó hacer el foso en la piedra y la pala le rebotaba”, sostuvo.
“En la perseverancia no hay un deseo individual sino colectivo, de crecer y de continuar con la vida que básicamente es esto que tenemos ahora, 200 años de vida”, concluyó González.
La historia como un pájaro
Al tomar la palabra, el diseñador Pomy Levy expresó su orgullo por haber sido convocado a la iniciativa. Señaló que se planteó no repetir en la publicación ninguna foto con la que ya contaba en su propio archivo, salvo las irremplazables históricas.
Así, relató, convocó al fotógrafo Gonzalo Celasco quien seleccionó imágenes del Museo del Fuerte y del Archivo Municipal. Y a su vez, con la necesidad de sumar otros soportes visuales hizo lo propio con los artistas Cielo Mejías y Nicolás Hernandorena que llevaron a cabo una serie de collages especialmente elaborados para el libro.
El diseñador mencionó también el aporte del fotógrafo Rody Becchi, reportero gráfico de este Medio, quien colaboró con imágenes que permitieron ilustrar en particular el período histórico posterior a la década de 1980.
“El libro además quería que sea un objeto, algo que a uno le guste tenerlo en la biblioteca, tenerlo impreso, y que sea un diferencial a leerlo desde una pantalla”, concluyó Levy.
El Hage, tras agradecer a las autoridades, se refirió a la historia como aquello que “a todos nos contiene”. En ese sentido sostuvo que 200 años son aproximadamente 20 o 25 generaciones. “No parece tanto el tirón, y sin embargo miramos atrás y vemos algo inabarcable”, consideró.
Luego, con la intención de dar cuenta de una “diminuta historia en la que pudiera encontrar toda esa historia cifrada en esos 200 años”, leyó un breve relato enmarcado en la visita a la ciudad de la Reina Margarita II de Dinamarca en el año 1964. En el mismo, un bisnieto del pionero Juan Fugl, parte de la comitiva oficial danesa, visitaba a los descendientes de otro danés, con el objetivo de cobrarse, más no sea con una apetitosa cena, una deuda para con su antepasado.
La historia en cuestión despertó más de una sonrisa y motivó el aplauso generalizado del público. “Como ustedes saben, Fugl significa en danés ´pájaro´, y siempre sentí que eso era la historia, un pájaro que se va reencarnando en otro y va pasando así de generación en generación, como un hilo de oro que nos contiene en cuanto a genealogías familiares y a genealogías de una comunidad”, concluyó. Como cierre del acto, se hizo entrega de los ejemplares protocolares del libro.