Sábado de gloria
(Escribe Ana Pérez Porcio, de esta Redacción) El día en Capital Federal ayer sábado era un calco del nuestro, del serrano, del tandilense: Brillante, soleado, ideal para disfrutar de actividades al aire libre, y eso es lo que hicieron cerca de 30 almas porteñas; sin embargo, muchos, muchísimos tandilenses, pasada la una de la tarde, solos, con la familia o amigos prendieron el televisor o cambiaron de canal para disfrutar de un concierto inolvidable. El eximio director indio Zubin Mehta, junto a la Orquesta Filarmónica de Munich eligió un repertorio ágil, reconocido aun por aquellos poco acostumbrados a los clásicos, contando con obras de Strauss, Kreisler, Bramhs, Dvorak, entre otros.
Como invitada al gran festejo musical estuvo la joven violinista Mayuko Kamio que mostró su virtuosismo, técnica e interpretación, con obras difíciles para el instrumento como el Concierto para violín Nº 1, opus 26, en sol menor, de Max Bruch ?entre otras- aplaudidas generosamente por el público, que mientras alimentaba el alma tomaba sol tranquilamente en la 9 de Julio.
Para el gran final, bajo la batuta de Mehta, la sinfónica incorporó a quince jóvenes músicos de la Orquesta Típica El Porvenir para interpretar la Obertura 1812, escrita por el ruso P.I. Tchaicovsky, que a decir de los estudiosos fue para el autor ?una obra ruidosa que no me convence?. La pieza fue escrita relatando la frustrada invasión del ejército bonapartista a Rusia y es reconocida por su final triunfal que incluye salvas de cañón y repique de campanas.
Y fue justamente en ese final triunfal cuando la emoción los desbordó y las 30 almas porteñas se pusieron de pie en una cerrada ovación.
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Aquí y ahora
En ese momento de ovación pensé en el anfiteatro Martín Fierro tan poco aprovechado, tan poco disfrutado por los tandilenses, salvo para fechas puntuales. Recordé también las palabras del director ?nuestro convecino- que tuvo el honor de dirigir la orquesta en la noche de la reinauguración del Colón, Javier Logioia Orbe: ?Tengo un viejo y anhelado sueño, sin el que no me gustaría dejar este mundo: la organización de un Festival Musical en Tandil. No es nada fácil pero tampoco imposible: la visita durante dos o tres días de una orquesta importante, unos cinco a ocho conciertos de cámara, alguna charla con una autoridad en la materia. Hoy hay festivales en Ushuaia, Bariloche, Cataratas. ¿Por qué no Tandil? En fin, creo que la ciudad tiene la sensibilidad necesaria y mucho más, además de contar con la cercanía a los centros urbanos más importantes de Argentina. Con la coordinación de Turismo, sería la ocasión ?además de Semana Santa? para traer a Tandil turistas culturales de otras latitudes, para que se regocijen con la música de su gusto, y a la vez que sirva como vidriera adicional para mostrar la más hermosa ciudad y entorno del país: Tandil.
Si logramos hacer un Festival, tal vez de allí surja una orquesta como consecuencia de esa sed de conciertos y difusión de repertorio?.
Me sonó asimismo lo que me dijera el arquitecto Alfredo Conti hablando del turismo cultural tan en boga en todo el mundo y la importancia y necesidad de ampliar las ofertas, ya que son viajeros que mueven mucho dinero.
Y recordé también al intendente Lunghi en la última Feria del Libro, hablando de sus deseos de formar una orquesta juvenil con chicos del Conservatorio, de la Escuela de Música Popular.
Si los deseos y las voluntades se suman, tal vez un día de estos -ojalá dentro de un corto tiempo- los tandilenses podamos tener, como lo señalaron algunos porteños ayer ?un sábado de gloria?.
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