Por la baja en la producción lechera, siguen en falta las segundas marcas lácteas en las góndolas tandilenses
Debido a factores como la estacionalidad, el clima y las condiciones macroeconómicas, la producción de leche se redujo en un 15 por ciento. Las marcas más económicas escasean o directamente faltan en las góndolas locales, restringiendo las posibilidades de elección del consumidor, que debe ensayar cambios y estrategias en sus hábitos para sortear la situación.
Una recorrida por grandes supermercados y comercios de Tandil, arrojó que continúa el faltante de leche fluida de segundas marcas, que son más económicas que las de primera línea, situación que se evidencia desde hace unas semanas. También escasean o se agotan enseguida los sachets de leche de marcas locales, que son más accesibles que las líderes.
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En Argentina, culturalmente la leche forma parte primordial de la dieta, sobre todo en la primera infancia, lo que lleva a considerarla como un alimento de primera necesidad que tiene una gran demanda en el mercado.
Ante el aumento de precios y la escasa oferta, los consumidores evalúan diversas estrategias y comportamientos a la hora de adquirir los productos. Los eventuales clientes consultados en diferentes bocas de expendio céntricas -que se acercaban con decepción a las góndolas vacías o repletas de unidades más caras- refirieron, en su mayoría, que ante la ausencia de precios más accesibles eligen disminuir el consumo de leche.
Otros aseguraron que prefieren hacer un esfuerzo para seguir consumiendo de igual manera, y aplicar así el recorte de gastos a otros aspectos o productos.
Al final del día, en las heladeras comerciales, es posible constatar que quedan cantidades remanentes de las unidades de marcas premium, a diferencia de las marcas accesibles, que suelen vender todo el stock disponible. En otras localidades, como Mar del Plata, se ha limitado la compra de leche a dos sachets por persona de las marcas económicas.
Las razones del faltante
En una nota publicada en este Diario la semana pasada, Alejandro Stefano, integrante de la Cuenca Mar y Sierras, evaluó, con respecto al faltante de productos, que la estrategia comercial con la que actualmente operan las grandes empresas de la industria, se basa en retirar este insumo e introducir la primera línea del segmento para lograr una mayor ganancia.
Para Atilio Magnasco, reconocido tambero local, las industrias apuntan a los productos que dejan mayor rentabilidad, y si hay menos materia prima, fabricarán lo que genere más ganancias.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la producción nacional de leche disminuyó más de un 10 por ciento en el inicio del 2019, debido entre otras causas, a condiciones climáticas adversas en la Cuenca Lechera (inundaciones y altas temperaturas). Esta información fue refrendada por Magnasco y Stefano, quienes perciben en carne propia los avatares climáticos y económicos.
La justificación de la industria
Según un comunicado que difundió la empresa Mastellone Hnos., propietaria de La Serenísima, la merma en la producción deriva en un menor recibo de leche para la industria láctea en general y hace que cada empresa planifique su producción de acuerdo a la materia prima disponible.
“En este sentido, Mastellone Hnos., que representa solamente un 13 por ciento de la compra de leche del país, está recibiendo en promedio un 15 por ciento menos que en el mismo período del año pasado. Esto significa aproximadamente 400.000 litros diarios menos de materia prima disponible para la elaboración de sus productos”, explicaron en el texto.
De acuerdo a lo informado por la compañía, decidieron priorizar el abastecimiento del mercado interno, haciendo especial hincapié en la elaboración de todas sus líneas de leche fluida (incluyendo los compromisos asumidos con el Gobierno Nacional a través del programa Precios Cuidados) y garantizando así su disponibilidad en el mercado.
Lo cierto es que en la ciudad, los comerciantes y supermercados consultados aseguran que hace más de una semana y media que los proveedores no entregan leche La Armonía, segunda marca de La Serenísima, que está incluida en el programa Precios Cuidados.
“A pesar de la caída del recibo de leche y gracias a las medidas adoptadas, la compañía ha mantenido los mismos volúmenes de entrega al mercado que en el primer trimestre del año anterior; sin embargo este esfuerzo no es suficiente para suplir la reducción de entrega de otros fabricantes. De cara a las próximas semanas, la empresa espera que progresivamente se vaya normalizando el ingreso habitual de la materia prima”, finaliza el comunicado.
Las deficiencias del sector lechero
En un análisis coincidente con el perpetrado por Stefano previamente, Magnasco refirió que la baja en la producción lechera se debe a cuestiones climáticas que agravan una situación “que viene mal desde hace muchos años”. Y señaló que con respecto a 2018, durante el primer bimestre de 2019, se obtuvo un 15 por ciento menos de la materia prima alimenticia.
“Tiene que ver con la falta de estabilidad económica, falta de objetivos claros de los gobiernos. Cuando en el mercado internacional la leche valía prohibieron las exportaciones. Esos mercados se perdieron, se desalentó al productor a hacer inversiones porque se percibía menos dinero”, explicó.
A diferencia de los países vecinos Brasil, Chile y Uruguay, que aumentaron en un 80 por ciento su producción en las últimas décadas, en Argentina se produce al mismo nivel que en 1998.
El productor valoró que los productores también corren con parte de la responsabilidad sobre la situación por actuar de manera individual y no aunar esfuerzos para discutir con las industrias y el Estado desde una posición de equidad.
“Estamos un poco desamparados. Es un alimento absolutamente perecedero, lo tenés que entregar si o si, no hay alternativa, hasta hace poco nunca sabíamos cuántos nos iban a pagar. Después de entregar la leche, nos decían cuánto nos iban a dar y a esa altura no había muchas alternativas”, afirmó, y contó que en Tandil los tamberos se están uniendo para trabajar de manera conjunta en pos obtener mejorías en la comercialización de la materia prima.
De acuerdo a su análisis, por la coyuntura y la falta de políticas claras, los productores se desaniman y cierra los tambos: “es una actividad que se concentra cada vez más, pero la concentración no generó un crecimiento en la provisión de leche sino que se produce lo mismo. Ahora tenemos un problema climático y nos agarra con las defensas bajas”.
Y sentenció: “estamos en una situación mala, con un pecio un poco mejor que antes pero que no alcanza de ninguna manera para recomponer las pérdidas de los últimos siete años”.
La formación de precios
La formación de precios en la industria láctea siempre implicó una brecha enorme entre las puntas de la cadena que se llevan la peor parte: los productores y los consumidores. El análisis no puede acotarse a un único componente, sino que debe atender, además de las estrategias de fijación de precios finales de los supermercados y comercios, al costo agregado de todos los procesos, más allá de las ambiciones comerciales en cada eslabón de la cadena.
En este momento, el litro de leche se le paga a los tamberos 11,5 pesos, mientras que la unidad de una marca premium parte de los 43,9 pesos y en algunos casos supera los 50 pesos.
“Nuestra economía es ineficiente porque tiene muchos impuestos, desde el transporte hasta la góndola todo paga gravámenes. Los salarios, el combustible, hay muchas cosas que hacen a las políticas macroeconómicas que afectan a todos los mercados. Por eso el engrosamiento de la estructura de costos. Un kilo de queso lleva capaz 10 litros de leche, son más de 110 pesos de leche y hay costos de elaboración, pero tenemos un problema con el encarecimiento comercial”, evaluó Magnasco, cuya familia está históricamente vinculada a la industria láctea vernácula.
Según lo expuesto, la leche fluida es la que menos se remarca en las góndolas y debería cobrarse el triple de lo que se le abona al tambero. En otros productos como la manteca, el queso y el yogur, pesa una remarcación aún mayor.
A nivel mundial, la leche en polvo es considerada una commoditie como el petróleo, el acero, la soja, el oro, y otros minerales, por lo tanto tiene una cotización en los mercados en dólares. La Unión Europea, Argentina, Australia, Nueva Zelanda y los EE. UU, son las principales regiones exportadoras que representan más del 65 por ciento de la producción mundial de leche y alrededor del 80 por ciento de las exportaciones mundiales de productos lácteos, y por lo tanto son fundamentales para influir en la dirección de los precios en los mercados mundiales.