Necrológicas
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ESTEBAN SEBASTIAN BERROZPE
El jueves pasado, enorme pesar y conmoción causó la repentina muerte de Esteban Sebastián Berrozpe, un reconocido músico de Tandil que contaba con sólo 51 años.
Esteban nació el 2 de marzo de 1960 en esta ciudad, en el seno de una tradicional familia. Era hijo de María Luisa Cartotto y de José Jesús Berrozpe, quienes tuvieron cuatro hijos.
De reconocida trayectoria comercial, José Jesús es el propietario de la agencia de quiniela -con cuatro décadas de trayectoria- ubicada en 9 de Julio al 500, donde trabajaba Esteban todos los días. Además, Javier, su otro hijo varón, es el dueño del bar Liverpool, sito en la esquina de 9 de Julio y San Martín.
Esteban cursó sus estudios en el colegio San José, donde egresó en 1977. Siempre mostró una enorme pasión por la música y valoraba las expresiones artísticas en general.
Integró innumerables bandas, ya que era considerado un talentoso bajista y arreglador musical, con un oído privilegiado. En los últimos 18 años tocó en La Zona y luego en La Vía, junto a Carlos y Nicolás Viola, Fernando Celave, Alejandro Bocazzi y Andrés Zaganías.
Además, Esteban fue uno de los mentores del Tandil Pop, junto a Alberto Vinsennau y Andrés Zaganías, un encuentro de bandas de rock, fotógrafos, artistas plásticos, escultores, bailarines y escritores. Los fundadores organizaron este evento de múltiples manifestaciones del arte hasta 1988, con importantes cierres a cargo de bandas que traían desde Buenos Aires.
Además, Esteban participó en innumerables encuentros de músicos que se realizaron en diversos espacios culturales de Tandil, en shows para recaudar fondos solidarios y compuso música para teatro.
Andrés Zaganías, uno de sus entrañables amigos, lo definió como un músico “absolutamente talentoso y valioso culturalmente para la ciudad. Digno, con una capacidad increíble”.
A las muestras de dolor de sus familiares se sumaron las de sus amigos y músicos de la ciudad, ya que Esteban “tocó con todo el mundo”. Sus restos descansan en el cementerio parque Pradera de Paz.
“Tantas veces me he sentado frente a este viejo teclado a escribir borradores de canciones que luego compartiríamos, tantas otras para mandarte noticias o hallazgos, que sentarme hoy para escribir una escueta despedida me parece una irrealidad. Sospecho que éstas son las palabras que vienen de toda La Vía, nuestra vieja banda, o de La Zona, nuestra primera banda. Creo que decir despedida es también un error, porque se despide a quien se va y vos estás en todos los que merecimos tu amistad.
Mientras escribo, recuerdo tantos días de compartir cosas, tantos kilómetros para compartir shows y miles de risas; tantos ensayos en la casa de Carlos, en lo de Ale y en tu casa; y miles de escenarios extraños como esa vez en la carnicería de Menna, las veces en las bibliotecas o tocar en las escuelitas o en las plazas y en las calles…
No sé si te dije lo valioso que eras para la cultura de esta ciudad; sí te dije mil veces gracias por los arreglos que hacías con Carlos en mis canciones, y ahora que el alma está abierta y el corazón en pedazos, te digo gracias por tanto tiempo compartido.
Me acuerdo cuando organizamos con el negro Alberto el primer Tandil Pop en el 83, juntar tantos artistas de distinto palo… Me parece verte, siempre dispuesto a más, al arreglo nuevo, al acorde que mejora, a la armonía que enaltece; siempre dispuesto a creer que se puede cambiar; que se debe mejorar, en todos los aspectos; siempre curioso a todo lo nuevo; a la apertura que brinda el sustento intelectual…
Es conmocionante ver que mis sueños se marcharon de viaje y que esta vieja máquina sólo imprime estas pobres palabras, pero la put… que es difícil Vasco esquivarle a la lágrima y al nudo en la garganta…
Te envío el abrazo de siempre, en algún acorde nos estaremos encontrando”… (Por Andrés Zaganías).
SAVERIO ALBERTO MURRONE
El 28 de diciembre pasado, a los 89 años, murió Saverio Alberto Murrone, causando gran pesar entre sus familiares y amigos.
Alberto había nacido el 2 de septiembre de 1925. Era hijo de la argentina Josefa Cerone y del inmigrante italiano Antonio Morrone, quienes se unieron en matrimonio en Vela. Era el quinto entre seis hermanos, junto a quienes atravesó su infancia.
En su juventud, contrajo matrimonio con Dora Angélica Guimaranz, con quien compartió toda su vida. Juntos tuvieron dos hijos: Julio César (f) y Alberto Antonio. Luego, llegaron los nietos Natalia, Pablo, Laura y César, y los bisnietos Francesco, Enzo, Ezequiel, Franco, Ludmila, Milagros, Luna y Mía.
En la década del ’30, sus padres lo motivaron para que aprendiera un oficio y fue a Gardey a capacitarse con el sastre Fussaro. De regreso en Tandil, siguió mejorando su técnica de la mano de Enrique Waserman, Juan Pagliaro y Martino, con Giménez y Delgado.
A los 20 años, se convirtió en oficial de sastrería, que era el encargado de confeccionar los sacos, luego le tocó el servicio militar y más tarde, puso su propio taller en San Lorenzo 130.
Alberto Murrone realizó los trajes de los hombres más elegantes de la ciudad, pero además trabajó para Thompson y Williams, Modart, Muñoz y New Style.
Ya retirado de la actividad, su pasatiempo preferido era ir todos los domingos a bailar al Centro de Jubilados con sus amigos. Se preparaba con su mejor ropa, siempre prolijo, impecable.
Además, disfrutaba los domingos en familia, con un asado o la pasta italiana de por medio.
Hoy sus seres queridos, que ya lo extrañan, lo recuerdan vestido de primera -como se espera de un gran sastre- y guardan parte de la historia de Alberto en un artículo publicado en el suplemento de La Vidriera, en la sección “Qué es de la vida de…”, de El Eco de Tandil.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
JUAN MANUEL BERTUZZI
A los 80 años, falleció el 27 de diciembre pasado Juan Manuel Bertuzzi, tras sobrellevar una larga enfermedad crónica.
Fue un trabajador incansable en Metalúrgica Tandil, en el campo y se desempeñó como peón de albañil.
Juan Manuel era amante de la pesca, de Boca Juniors, de las tardes de bochas con sus amigos del barrio y de la fabricación de herramientas, siempre con su destacado ingenio.
Formó su familia junto a Yolanda García (f) y sus hijas Virginia, Analía y Laura, y luego, en compañía de sus hijos políticos Sergio Basseni (f), Jorge González y Raúl Díaz (f). También fue el orgulloso abuelo de Victoria, Martín y Diego Basseni, Ezequiel Bravo, Mauricio y Valeria Díaz, Jorgelina, Nicolás, Matías, Agustina y Evangelina González, y bisabuelo de Lara, Catarina, Valentino, Emmanuel e Isabella, a quien pudo conocer por Internet.
Pese a su gran fortaleza, el pasado 27 de diciembre cerró sus ojos en compañía de su cuidadora Alejandra, a quien la familia le agradece enormemente.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
“Junto a Dios terminaremos, el amor es algo eterno, el amor lo disculpa todo, el amor es caridad, no se alegra en la injusticia, sólo goza en la verdad. Descansa en paz papá”, Analía.
“Mi abuelo, el abuelo Juan conocido por todos, tenía 80 años cuando tuvo que marcharse. Fue esposo de una hermosa mujer, quien nos acompaña desde el cielo de hace ya varios años. Tuviste tres hijas y con el tiempo empezaron a llegar los nietos… entre ellos yo. Con muchísima alegría recibiste a tus bisnietos y a la última la conociste cuando te mostramos fotos de ella.
Vivías con nosotros y eso es algo que ahora se extraña profundamente… Sé que estás en un lindo lugar alejado de todo el dolor, y que desde alguna estrella no estás cuidando a todos los que te vamos a querer y recordar siempre… Te voy a extrañar abuelo”, Agustina.
DIADEMA GARRITANO DE MICHELLI (CHOLA)
El último día de 2011 falleció Diadema Garritano de Michelli, una querida vecina conocida como “Chola”, que tenía 89 años.
“Chola” había nacido el 25 de marzo de 1922 en Chillar, pero desde chica se radicó en Tandil con su familia: sus padres Nilva y Luis, y su hermano Luis (f).
Aquí contrajo matrimonio con Pedro “Tato” Michelli (f) y tuvo dos hijos y un nieto.
Hoy su familia la recuerda así: “Un día Dios te vino a buscar para llevarte con todos los seres queridos que se adelantaron a tu partida.
En tus casi 90 años, nos diste a tu familia, amigos y conocidos tu amor, alegría, tu buen humor, tu espíritu positivo, y nos damos cuenta de que esos sentimientos nunca los perdiste en los momentos difíciles que te tocaron pasar.
Recordaremos siempre las reuniones con tus anécdotas de años pasados, tus tardes de lotería con los primos de papá, tus charlas con los vecinos del barrio donde siempre viviste, donde no hubo un día en que alguno no te visitara o preguntara por vos.
Ya no estás entre nosotros, pero parece que sí, porque es tan hermoso y grande el recuerdo que nos queda que estarás siempre presente en cada charla, en cada momento y en lo más profundo de nuestros corazones”.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
ENRIQUE FELIX ALGAÑARAZ
Muestras de hondo pesar y angustia ha provocado la noticia de la partida de Enrique Félix Algañaraz, ocurrida el sábado 24 de diciembre, cuando contaba con 74 años de edad.
Enrique nació en Tandil el 12 de marzo de 1937. Era hijo de Jesusa Santiago y de Cirilo Algañaraz, siendo el menor de la familia.
Hace 51 años contrajo matrimonio con Laura Rosa Baiunco y tuvieron tres hijos: Walter, Sandra y Andrea, que a su vez se multiplicaron con la llegada de sus tres nietos: Santiago, Eliana y Matías, que hoy lamentan profundamente la partida de su abuelo.
Félix, como todos lo llamaban, se destacó por ser un hombre amable, inteligente y dedicado a su familia y al trabajo.
“Quienes quedamos acá no dejamos de extrañarte y de recordarte y de sentir un vacío difícil de llenar. Nos diste todo sin pedir nada a cambio. Nos enseñaste a ser personas de bien, a ser humanos y sobre todo a respetar.
Seguramente, tu corta dolencia se debió a que todos los ángeles del cielo y las vírgenes debían venir a tu encuentro para llevarte en las manos del Señor.
Fuiste el mejor padre de la Tierra, el mejor esposo, el mejor suegro. Qué más podemos pedirte, si fuiste una persona maravillosa que ganó sus alas exitosamente durante este tiempo que vos acompañaste.
Hoy tendremos tu recuerdo y tu ejemplo grabado en nuestros corazones”, tu familia.
El hogar de duelo es en Payró 1223 y los restos de Félix descansan en el Cementerio Municipal.
ANTONIO BRUZZANITI
Cuando contaba con 57 años de edad y de manera inesperada, el pasado sábado 31 de diciembre partió de este mundo Antonio Bruzzaniti, causando dolor entre sus familiares, amigos y vecinos.
Antonio nació en esta ciudad el 22 de marzo de 1954. Era hijo de los inmigrantes italianos José Bruzzaniti (f) y María Anunciación Albanese (f), conformando una familia junto a sus hermanos Nicodemo, María Josefa y Juan Domingo.
Desempeñó su actividad laboral como empleado metalúrgico y realizando instalaciones eléctricas. En su tiempo libre, también era un apasionado de la pesca.
Siempre vivió en su casa paterna, ubicada en Alberdi al 1500.
Su partida también es lamentada por sus hermanos, cuñado, sobrinos nietos, primos y Raquel, quienes elevan una plegaria por el eterno descanso de su alma.
Sus restos, previo velatorio, recibieron inhumación en el Cementerio Municipal.
DOMINGO CELENTANO
A los 79 años, falleció Domingo Celentano, una persona querida y respetada, y un pionero en su actividad laboral.
Había nacido el 3 de marzo de 1932 en esta ciudad, en el seno de una familia italiana, compuesta por Herminia y José, y en la que fue el mayor de cinco hermanos.
Su infancia estuvo dividida entre los juegos y el trabajo, ya que como tradicional familia italiana forjaron en él, desde pequeño, el oficio de trabajador incansable, de sol a sol, y así fue como supo ganarse la vida.
Siendo muy joven, Domingo contrajo matrimonio con Elena Lang y así formó una familia compuesta por cuatro hijos: Susana, Miguel, Omar y Daniel.
Su vida estuvo dedicada a la colocación de caños de escape, aunque su comienzo fue como chapista, cosechando innumerables amigos que perduraron a lo largo de sus años.
Fue el pionero en su oficio y así es como quedó en el recuerdo de todo un pueblo que reparaba sus escapes en el taller de Domingo o “el Negro”, como le decían cariñosamente.
Su señora lo recuerda como un gran esposo, padre, abuelo y bisabuelo, ya que toda su vida la dedicó a criar y hacer feliz a su familia. Fueron 57 años juntos y a través de ellos, transitaron momentos buenos y malos pero siempre juntos.
Su pasión por la pesca lo llevó a recorrer el país con su esposa y conocer lugares bellísimos. Siempre se caracterizó por su carácter dócil y tranquilo, su tenacidad para el trabajo y la capacidad de superación, que hicieron que sus sueños de chico se hagan realidad.
Dedicatoria:
“Debería dedicarte palabras cariñosas, sentidas, amables, pero cuando pienso en qué escribir, en este momento se me anuda la garganta y se me mezclan las palabras. Estaría todo un día recordando los momentos que nos hiciste vivir; cada integrante de tu familia tendría infinidad de recuerdos para vos, pero lo mejor en estos instantes es guardarnos la foto de tu sonrisa, esa misma sonrisa que nos regalabas cada domingo en la quinta, cuando hacías que nos juntemos todos a disfrutar de tus asados o las pastas, con la certeza de que íbamos a pasar un excelente día en familia.
Así te queremos recordar, con una gran felicidad, con la paciencia que nos tenías a todos, con las ganas de disfrutar de tus hijos, nietos, bisnietos y la felicidad que supiste regalarle a tu esposa de toda la vida. Siempre vas a estar en nuestros corazones como un ejemplo de vida y te llevaremos por siempre en él. Te amamos”.
CELIS DELFRIDE BERTONI DE MARTINEZ (CHELA)
Una gran pena causó la noticia de la muerte de Celis Delfride Bertoni de Martínez, a los 82 años.
Conocida como “Chela”, había nacido el 1 de diciembre de 1929 en Buenos Aires y era hija de Dolores y Antonio del Campo.
El 2 de diciembre de 1950 se casó con Ricardo Martínez y de esa unión nacieron dos hijos: Sonia Miriam (f) y Daniel Alberto.
Un grave cuadro de asma de Sonia hizo que la familia se radicara en Tandil, donde vivieron momentos de felicidad hasta que falleció Ricardo y tiempo después, a los 46 años, murió su hija, provocándole a “Chela” un enorme dolor.
Hoy la extrañan su hijo Daniel, que vive en Estados Unidos, y sus nietos –por parte de su hija- que están en Neuquén: Nazareno, Camila y Gimena Merlo, y un bisnieto.
“Chela” vivió hasta sus últimos días en el barrio de Villa Italia. Disfrutaba hacer mandados y colaboraba con los vecinos. Era muy prolija para la casa y le gustaba realizar las tareas domésticas.
Además, disfrutaba de ir a misa a la parroquia Virgen de Begoña y disfrutaba mucho de la lectura, ya que todos los días cerca de las 17 abría la puerta de su hogar y se aferraba a los libros en la vereda, en contacto con los vecinos.
Una rápida enfermedad deterioró su salud y pasó los últimos tres meses de su vida en un hogar para adultos mayores.
“Fuiste una mujer buenísima, de buen carácter y alegre, que supiste sobrellevar los malos momentos que te deparó la vida. Descansa en paz”, es el recuerdo de Gladys, quien la contuvo en sus últimos momentos.
Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
MARCELO NORBERTO MINETTO
El 30 de diciembre pasado, a los 49 años, falleció Marcelo Norberto Minetto, causando una enorme pena entre su círculo de seres queridos y amistades.
Su familia lo recuerda así: “Hoy, tras la tristeza que nos dejó tu partida, te recordaremos con amor…
Fuiste un padre y un esposo ejemplar, siempre preocupado por el bienestar de tu familia, a quienes cuidaste y amaste hasta tu partida.
Me ayudaste siempre con nuestros hermosos hijos, a educarlos, a jugar y reír con ellos hasta que la imposibilidad de caminar truncó tus sueños y tuviste que depender de la silla de ruedas; pero aún así nunca te quejaste, tenías una fortaleza innata para no decaer.
Fueron muchos años de lucha, pero eso me enseñó a valorarte y enfrentarte a la adversidad con dignidad.
Te amamos y te extrañamos; estás en el cielo, pero siempre en nuestros corazones serás nuestro ángel que nos ayudes.
Gracias Marce por todo lo que me enseñaste y por la paciencia para darme las clases con la compu y la de vida, cuando yo flaqueaba, estabas ahí para apuntalarme.
Un beso y un abrazo enorme de toda la familia, de tu mami, hermanos, cuñados y sobrinos”… Tu Marchi, Gon y Aquito.
“Papi: qué decirte, siento una tristeza muy grande al no tenerte aquí a mi lado. Sé que estás allá, en el cielo, mirándonos y cuidándonos…
Siempre te voy a llevar en mi corazón, en todos mis proyectos, siempre vas a estar presente y lo sé.
Fuiste y sos un papá increíble, con todas las letras, para mí y para Gon.
Sos un gran ejemplo como padre y persona, siempre con una sonrisa, era admirable tu fuerza de voluntad en la trayectoria de tu enfermedad.
No tengo más palabras para expresar lo que siento, suspiro y te sigo dedicando estas palabras… Te amamos con el corazón”, tus hijos Gon y Aquito (“como vos nos decías”).
ENRIQUE DOMINGO FAZZIO
En General Madariaga, el 22 de diciembre pasado a las 23.45, falleció Enrique Domingo Fazzio, a los 65 años, tras soportar una corta enfermedad.
Enrique, o “Quique”, había nacido en Rauch el 14 de enero de 1946, integrando la familia formada por Polonia Roquet y Mariano Fazzio. Era el del medio y el único varón entre cinco hermanos.
Cuando Enrique tenía 13 años, la familia se radicó en Tandil, y él comenzó a trabajar en la panadería “La Catalana”, ubicada en Rodríguez 138.
Más tarde se casó con Rosa Alisiardi (f). Ambos se fueron a vivir a la ciudad de Madariaga y tuvieron siete hijos. Allí “Quique” siguió en el oficio de panadero.
Desde Tandil, hoy lo extrañan y lo recuerdan sus hermanas y nietos, que comparten el sentimiento de todos los que conocieron a este ser cálido y afable.
“Porque anochece ya, porque es tarde
Dios mío no me dejes tan solo
Quédate conmigo
Llena de rosas mis heridas
Llena de estrellas mis ojos
Llena de paz mis abrojos
Ven a mí en la última hora
A cerrar mis ojos fijos en ti
Vaciándome de mí, lléname de ti
Señor, muéstrame tu luz divina”.
Tu hermana Graciela Fazzio.
MARIA AMELIA TORRES
El 28 de diciembre pasado, en la ciudad de La Plata, donde vivía, falleció María Amelia Torres.
Había nacido en esta ciudad, donde transcurrió su infancia y adolescencia. En 1953 se recibió de bachiller en la Escuela Normal “General San Martín” y al año siguiente, comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata.
Graduada como profesora de Biología, inició una carrera académica durante la cual “hizo brillar el nombre de Tandil”, según sus amistades.
Ya con el título, ingresó en la Universidad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, donde se graduó como licenciada en Botánica y doctora en Ciencias Naturales con orientación Botánica.
En los años posteriores se perfeccionó y siguió la carrera de investigador científico en el Conicet, publicó varios trabajos y realizó viajes por toda la Argentina.
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