Los 30 años de Flor de Murga
LA MURGA NACIÓ EXACTAMENTE UN 17 DE OCTUBRE DE 1986 Y DURANTE SU LARGA TRAYECTORIA HA SIDO PROTAGONISTA INDISCUTIBLE DE NUESTROS CARNAVALES Y DE NUESTRA CULTURA POPULAR. UN GRUPO SOLIDARIO QUE NO SÓLO ATESORO REALIZACIONES ARTÍSTICAS, SINO QUE ADEMÁS DIO Y DA CABIDA EN SU SENO A PERSONAS CON DISTINTAS DISCAPACIDADES, GENERANDO CONVIVENCIA, ALEGRÍA Y SOLIDARIDAD.
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El Eco de Tandil entrevistó a Dardo Casal y a su esposa María del Carmen Silva.
-¿Cuándo y en qué circunstancias nació Flor de Murga y cuáles fueron las motivaciones?
Dardo: -En principio tiene que ver con mi historia personal, con mis actuaciones en la Escuela 80, dado que me gustaba representar y con mi cultura barrial ligada a los carnavales de infancia y a mi participación en la Barra del Bombo y el Muñeco y de Ferrocarril Sud. A los ritos como jugar al carnaval con el baldecito, llegar, tomar la leche, pintarse la cara con un corcho, vestir harapos y salir a dar la vuelta manzana a divertir a los vecinos. Otra etapa de adolescencia fue el gusto que tenía por la manera de vestirse de los hippies, tanto la ropa como el cabello largo que en aquella época significaba estar contra el sistema establecido. Simultáneamente trabajaba como carpintero desde los 12 años.
Fue un 17 de octubre de 1986 cuando viajé a un acto multitudinario a Plaza de Mayo a festejar el Día de la Lealtad. Como carpintero llevaba una matraca y al ver la imagen de los compañeros con los torsos semidesnudos, los descamisados dándole con las mangueras a los bombos en tanto entonaban la marchita con la cual siempre nos ponemos afónicos, me invadió el alma y me inspiró las ganas de conformar una murga. Cuando volvíamos en el micro con los chicos de la JP, yo les decía deslumbrado: tenemos que volver a cantar, a decir y animarnos a sonreír, para conjurar los demonios oscuros de la dictadura. Entonces llegué a casa, la desperté a Carmen y le dije: “Vamos a formar una murga” y ella me dijo: “Estás loco dejame dormir”. De ahí en más convoqué a compañeros y vecinos y con ellos conformamos la primera murga. Al fin debutamos en febrero de 1987 en los Carnavales del Barrio de las Ranas que organizaba la sociedad de fomento Moreno y Arana.
-¿Cuál fue tu rol en los primeros tiempos?
María del Carmen: -En el primer año prácticamente no participé en la parte artística, en cambio lo hacía como asistente y atendía al grupo cuando venían a ensayar y a trabajar en los preparativos previos al carnaval que por aquel entonces eran las únicas presentaciones. Cuando las nenas crecieron un poco, al año siguiente comenzamos a participar toda la familia, es decir, incluyendo a nuestras hijas. Una experiencia inédita para mí, puesto que nunca había pensado participar del carnaval.
-¿En qué momento resolvieron incorporar a la murga a personas con distintas discapacidades y cómo resultó la experiencia?
Dardo: -Fue una cuestión que se resolvió de golpe, más vale obedeció a que se fueron acercando e incorporándose de manera espontánea algunos chicos y chicas, dado que en la murga siempre hubo y hay espacios para todo tipo de personas, puesto que la única condición para participar de Flor de Murga es respetar y generar la convivencia. Aproximadamente en 1993 dicté un taller de murga en la Escuela 504 y se acercaron muchos chicos, a los cuales se les comenzó a dar participación y fueron y son los que engrandecen a Flor de Murga. Con el paso de los años los chicos y las chicas querían que les enseñara manualidades de carpintería y debido a ello me puse al habla con las docentes y por una cuestión de seguridad por el peligro de las máquinas, resolvimos dictar el taller en la propia escuela. Yo preparaba las maderas, se las llevaba cortadas en la bici y ellos las lijaban, las pintaban y le daban forma a una bandada de pajaritos que realizamos, hermosos trabajos que ellos se llevaban luego a sus propias casas.
La convocatoria
-¿Qué influencia tuvo Flor de Murga en el reinicio de los corsos oficiales en Tandil?
María del Carmen: -A partir de la gestión de Gino Pizzorno, en el año 1989, siendo director de Cultura Alejandro “Cacho” Testa, la Subsecretaría de Cultura, hizo una convocatoria a los grupos de carnaval que ya venían participando en los corsos de Moreno y Arana y a la comunidad en general, habiendo confeccionado para la ocasión el reglamento que permitió expresarse libremente a las murgas y comparsas, destacando además que a partir de ese momento se reiniciaron los corsos oficiales en Tandil, que habían sido suspendidos durante todo gobierno de la dictadura militar. También cabe recordar que esa medida permitió dar un salto cualitativo y cuantitativo a los carnavales y a los grupos intervinientes (murgas, carrozas, comparsas, etc.) con un gran apoyo, producto de una política cultural de verdadero contenido nacional y popular. Esta política a través de su impulso permitió la formación de la Comisión de Murgas y Comparsas y una Comisión Municipal de Cultura de carácter interdisciplinario, que lamentablemente fue abolida a partir de la asunción del gobierno de Zanatelli.
-Cómo visualiza el actual formato y organización del “Carnaval de mi Tandil”.
Dardo: -Se trata de una historia muy larga por lo que resumiendo puedo decir que en principio el municipio en el año 2005 auspició un carnaval con sus propias normativas en el cual no participamos por no concordar con diversas cuestiones. Simultáneamente en una reunión realizada en El Templo con la gente de Flor de Murga, resolvimos convocar a amigos e instituciones y demás grupos carnavaleros al andén de la estación para comenzar a organizar un carnaval gratuito participativo y no competitivo donde no elegimos reina porque considerábamos que todas las mujeres que participaban y trabajaban merecían ese título. Allí surgió la primera edición del “Carnaval de mi Tandil”, al que también lo denominamos “de la resistencia”. Las consignas eran: ¡Qué vuelva el tren! y ¡qué nos devuelvan los feriados de carnaval!
Tal fue el entusiasmo que despertó la realización del carnaval que hicimos en la Estación que en ese entonces conformamos la comisión Amigos del Carnaval de mi Tandil y surgieron propuestas diversas de organizar distintos eventos populares. Entonces, a mediados de agosto, les propuse enfocarnos en el carnaval, por lo que resolvimos pedir una audiencia al gobierno comunal, dado que se hacía necesario ese apoyo tan decisivo. En una reunión con la directora de Cultura Claudia Castro, se aceptaron nuestras propuestas, es decir nuestra idea y concepción del carnaval y a partir de ese momento el municipio se sumó y nos brindó el apoyo que requeríamos. Hoy día, a la luz de los acontecimientos, se podrá observar que la idea no estaba equivocada y el carnaval fue creciendo año tras año. Aquellas primeras consignas sobre los trenes y feriados de carnaval se cumplieron a nivel nacional, pero lamentablemente volvimos a retroceder con la reciente suspensión del servicio de trenes a Tandil, por lo cual seguiremos luchando.
-¿Qué cantidad de presentaciones anuales realiza Flor de Murga?
María del Carmen: -Antes nos presentábamos casi solamente en carnaval. No obstante, la primera presentación fuera del mismo fue en la Primera Semana del Niño en Villa Italia organizada por la Unidad Básica Evita Capitana en julio de 1987. Luego con el correr del tiempo se fueron incrementando las actuaciones en instituciones culturales, deportivas, fiestas, escuelas, teatros, iglesias, incluyendo las llamadas del 1 de enero. En la actualidad el promedio es de 50 actuaciones anuales. En el año 2005, por ejemplo, batimos un record con 83 presentaciones.
-¿Cómo definiría el estilo de Flor de Murga? ¿Tiene alguna influencia?
-En primer lugar tenemos influencias de las murgas tandilenses de ataño como por ejemplo la murga de los Casco, de los Ciro, los Colotti, los Sánchez, los Núñez y los Palma entre tantos otros; especialmente la de Tomás Crespo, antiguo murguero y vecino del barrio de Las Ranas, que me enseñó a fabricar las cornetas de hojalata y también de la murga porteña. En la poética estamos influidos por la murga uruguaya, sumando nuestra impronta, la pimienta y la creatividad que le ponemos nosotros mismos.
El reconocimiento de la gente
-¿Qué respuesta ha percibido durante estos treinta años de parte del público?
María del Carmen: -Con el paso de los años y como producto de una trayectoria de trabajo, esfuerzo y solidaridad social, fui percibiendo la creciente adhesión y reconocimiento de la gente, ya sea por nuestro crecimiento y creatividad artística como así también por la tarea que realizamos con chicos y adultos con discapacidades lo que de alguna manera hace que Flor de Murga tenga un sello distintivo que nos debe enorgullecer. A lo que deseo agregar que tenemos un voluminoso archivo en formato papel y digital, además de todos los trajes, instrumentos y accesorios utilizados durante treinta años, con los cuales conformaremos a futuro en El Templo el museo de Flor de Murga.
-Cuéntenos algunas anécdotas…
Dardo: -Entre otras tuvimos la oportunidad de actuar junto al “Canario” Luna y de haberlo recibido en El Templo, gracias a las gestiones de “Toto” Azcue, actuamos en Tandil y en Azul con el grupo vocal “OPUS 4”, con el grupo “Arbolito”, con Oscar Tavano y “La Payana” y tuvimos también el honor de despertar a la delegación de River Plate en La Posada de los Pájaros, en las épocas en que el “Tolo” Gallego era director técnico. En una oportunidad fuimos a actuar a una clínica psiquiátrica en donde nos conoció la mamá de un chico que estaba internado en ese lugar. Luego de la actuación esta señora vino a consultarnos si podíamos incorporar al hijo a Flor de Murga para tratar de lograr algún progreso para evitar que lo internaran definitivamente. Nosotros aceptamos y por suerte logramos incorporar al chico y evitar su internación, para alegría y sorpresa de los médicos psiquiatras que lo atendían. También hemos cosechado premios y distinciones en distintos eventos, como por ejemplo en Torneos Bonaerense pero, sin duda, el más grande es el aplauso y el cariño de la gente.
-Una reflexión final sobre estos treinta años de actividad que se festejan.
M. del Carmen y Dardo: -En el caso de Dardo deja bien en claro que Flor de Murga es la pasión más grande de su vida.
Luego reflexionan en conjunto y dicen: -Todo valió la pena por un sinnúmero de causas que enumeraremos tal vez sin respetar el orden. Por ejemplo por su trasfondo social, por hacer escuela de solidaridad, por la gente que formó parte de ella, los de ayer, los de hoy y los de siempre, puesto que lo mejor que hemos tenido fueron y son nuestros integrantes; por poder expresarse libremente recuperar y brindar la alegría durante todo el año a nuestro pueblo, fundamentalmente en los carnavales. Agregamos que durante estos 30 años Flor de Murga fue nuestro espacio de militancia social y cultural. Lo que nos sorprende en este momento es la solidaridad recibida de parte de mucha gente en la organización de los actos que se realizarán en este mes de octubre, lo que es válido como respuesta, algo así como cosechar lo que se sembró durante tanto tiempo.
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