La chica de 14 años fue asesinada por estrangulamiento y las sospechas del crimen recaen en su entorno más cercano
Ninguna acreditación ajena. La casa cerrada. Ningún extraño entró. Imposible ingresar desde afuera sin llave. Ningún faltante adentro. Nada desordenado, más allá del contexto particular de la vivienda en la que en sus habitaciones se montaron tipo santuarios de algún ritual religioso. La confirmación del resultado de la autopsia. Todo, entonces, llevó a pensar en un crimen cometido por el entorno más cercano a la víctima por causas que procuran definirse en el plano hipotético.
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En cuestión de horas, apenas días, de no surgir ninguna “sorpresa” en el curso de la pesquisa, la hipótesis más fuerte se cristalizará en un desenlace tan claro como contundente: el victimario era muy cercano a la víctima y habrá imputación, lo que merecerá la intervención de otros actores judiciales siendo que se trataría de un caso entre menores de edad.
Sin pausa, desde la confirmación del macabro hallazgo en la noche del jueves en la casa de calle Brandsen al 300, fiscalía y policía trabajaron en pos de dilucidar el misterio de la muerte de Ayelén Rolando, de apenas 14 años de edad.
El informe oficial del médico policial determinó que murió por “por asfixia mecánica por compresión a nivel del cuello, con paro cardiorrespiratorio traumático”.
Semejante diagnóstico no hizo más que corroborar las sospechas primigenias de los investigadores: hay que indagar en el entorno más cercano a la joven muerta.
Las extrañas circunstancias que rodeaban a la escena, cuando sólo ella y su hermano estaban en la casa, que no presentaba signos de haber sido violentada y los rastros del cadáver “hablaban”. No había huellas ni elementos que dieran cuenta de forcejeos, tampoco resistencia.
Tenía marcas en el cuello y los hematomas no eran producto de un estrangulamiento con un elemento externo, sino que había claros signos de una presión con los dedos.
Frente a la escena, las miradas inquisidoras primero apuntaron a algún ritual umbanda frente a los elementos observados en las habitaciones. Empero, con el paso de las horas surgió otro móvil: el “juego de la asfixia” (ver aparte).
Declaraciones
Al unísono, funcionarios judiciales y personal policial comenzaron a tomar declaraciones al entorno más cercano a la víctima, léase a aquellos que tenían acceso a la vivienda que, de hecho, eran pocos siendo que se trataba de una familia no muy sociable.
La exposición del hermano no fue del todo clara y su situación quedó en puntos suspensivos. El resto, poco y nada. Los padres -separados- no estaban en la casa (él personal de maestranza del Municipio; ella mucama del Hospital).
Pero alguien aportó una información que no hizo más que alimentar aquella hipótesis del ahorcamiento y el presunto juego del desmayo: dijo haber escuchado alguna vez a la joven quejarse de que su hermano le apretaba el cuello.
Una de las probabilidades que por estas horas se analiza es si dicho estrangulamiento pudo haber sido cometido por la misma víctima, empero difícilmente la alternativa pueda sostenerse, dijeron desde la investigación. Es que -explicaron- la asfixia no es instantánea y, generalmente, incluso ocurre con un suicida, en el último instante intenta desistir o resistir al desvanecimiento, cosa que aquí no habría ocurrido.
Así las cosas, a los investigadores sólo les restaría contar con los informes oficiales de los peritos que intervinieron en el caso y, a partir de allí, descartar un agente externo y dar por acreditado hacia dónde apuntan las sospechas sobre el autor material, en el círculo íntimo de la joven, circunstancia que podría definirse durante el fin de semana o en las primeras horas de la semana entrante, a más tardar.
El hecho
Tal como se informó en la edición pasada, el hecho se conoció alrededor de las 22 del jueves, cuando el menor de 16 años, alertado por su padre, que fue a visitarlos, dijo haber encontrado tendida en el piso a su hermana en un pasillo de la propiedad, en cercanías del baño. Allí se dio inmediato aviso a un vecino, que alertó a la policía.
Más tarde, fuentes policiales confirmaron que el cuerpo fue encontrado en pose de cúbito dorsal, sobre un pasillo, con marcas en su cuello.
Mientras personal de la Policía Científica trabajaba en la escena del hecho, a las 23.45 arribó una unidad de traslado de una casa velatoria, que transportó a la víctima hacia la morgue del Hospital Santamarina. Una vez allí, en horas de la mañana de ayer, el médico de policía le practicó la operación de autopsia y determinó las causales de muerte.
En el domicilio, ubicado frente a la parte posterior de la tribuna techada del Estado General San Martín, se montó un importante operativo antenoche. En concreto, se hicieron presentes efectivos de la comisaría Primera, de la Sub DDI local y de la fiscalía interviniente.
En tanto, vecinos de la zona, que se acercaron ante el despliegue de patrulleros, informaron que se trata de una familia “normal”. También indicaron que al momento del hecho la víctima se encontraba sola con su hermano y que, ante lo ocurrido, se hizo presente también una ambulancia del centro asistencial público.
Estaban organizando su cumpleaños de quince
La muerte de la joven en su casa de la calle Brandsen 320 conmueve a la ciudad y ocupa incluso a los medios más allá de las fronteras serranas ante las particularidades del luctuoso suceso.
Ya en el curso se definió al caso como un homicidio, teoría que se confirmó con la autopsia practicada en la morgue municipal y la especie alimentó aún más las repercusiones locales como nacionales.
Por el deceso, la comunidad educativa adonde pertenecía la víctima, la Escuela Polivalente, suspendió sus clases, en tanto que su grupo de amigos y compañeros comenzó a plasmar en las redes sociales las muestras de dolor y congoja por la noticia.
Se supo, además, que la joven estaba muy entusiasmada organizando lo que iba a ser su cumpleaños de quince, y de allí también la congoja en su grupo de amistades, que no podía digerir el fatal desenlace. De hecho, incluso se armó un espacio en el que se propiciaba una movilización para pedir justicia por Ayelén.
El juego de la asfixia
La bibliografía consultada refiere a que el juego de la asfixia (también conocido como "choking game" o "shocking game") es una práctica de alta peligrosidad y de riesgo mortal que consiste en el acto de inducirse una persona al desmayo, por medio de la asfixia intencional con el fin de tener una sensación de desvanecimiento.
Este acto es erróneamente visto como "juego" por parte de diversos jóvenes, y debido a que consiste en sofocarse o estrangularse intencionalmente hasta perder el conocimiento, a menudo puede resultar en muertes accidentales que son confundidas con suicidios.
Las estimaciones demuestran que la práctica del también llamado juego de la muerte ha aumentado en las últimas décadas y ha sido responsable de numerosas muertes y daños neurológicos graves en jóvenes alrededor del mundo.
En los últimos años se ha notado un incremento considerable en la incidencia de esta práctica por parte de adolescentes de secundarias y preparatorias, tanto en países anglosajones como Estados Unidos, Canadá, como en países de habla hispana como México, Argentina y otros más.
Se desconoce el momento exacto de su origen y antigüedad, pero se sabe que se llega a realizar tanto de forma solitaria, como entre dos o más personas con consentimiento mutuo.
Las investigaciones que se han realizado con respecto a las motivaciones que tienen los jóvenes para practicar el shocking game señalan que algunas de las causas de esta práctica incluyen:
La búsqueda de emociones fuertes y factores de riesgo.
La errónea percepción de que es una actividad de bajo riesgo.
La presión social que ejerce cierto grupo, el cual a veces puede establecer el shoking game como un reto, desafío, o rito de “iniciación grupal”.
Entretenimiento a través de un comportamiento errático.
Curiosidad de experimentar un estado alterado de la conciencia o búsqueda de una experiencia próxima a la muerte.
La creencia de que así se puede inducir una sensación breve de euforia o sensación de alucinación similar a la del efecto de las drogas y el alcohol.
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