El Jardín Zarini implementó la enseñanza del idioma inglés
Los propósitos de esta nueva actividad se dirigen a fomentar el desarrollo de competencias comunicativas, lingüísticas y culturales, a partir de las posibilidades que brinda el idioma inglés como lengua extranjera y a favorecer el concepto de otras culturas y lenguas, propiciando la tolerancia hacia el otro y la curiosidad de seguir aprendiendo.
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Gestiones
A partir de la iniciativa de la directora del establecimiento, Adriana Lora, y el apoyo de la secretaria académica de la Unicén, Mabel Pacheco, y del Departamento de Lenguas, se ha iniciado a partir de la segunda mitad del año la enseñanza de inglés a cargo de la profesora Carolina Barandiarán.
La experiencia, recién iniciada, muestra un genuino interés por parte de los niños, quienes acompañados por sus docentes han comenzado a incursionar en la lengua extranjera, incorporando nuevos conocimientos que favorecen, además, el desarrollo de la lengua materna.
Sobre las lenguas extranjeras
Tal como lo fundamenta la profesora Barandiarán, investigaciones recientes señalan que la introducción de lenguas extranjeras, específicamente en el jardín de infantes, ayuda a fomentar el interés por el otro como persona distinta, perteneciente a una comunidad con sus características propias, propiciando el interés por lo multi e intercultural, la tolerancia y el respeto por lo distinto.
El aprendizaje temprano de una lengua extranjera promueve el desarrollo cognitivo del niño y la niña. La introducción de la alternancia (dos nombres para un mismo concepto), de la relatividad (conceptos que no encuentran un equivalente exacto en la otra lengua) o de la multiplicidad (diversas formas lingüísticas para expresar un mismo concepto) plantean desafíos cognitivos que, de no ser por la lengua extranjera, se presentarían mucho más adelante en la educación del niño.
Beneficios
Algunos investigadores, tal el caso de Bialytosk, afirman que los beneficios de una exposición temprana adecuada a dos lenguas, redunda en niños más creativos y flexibles que logran un desarrollo cognitivo a edad más temprana que los monolingües.
También han demostrado que la introducción temprana de las lenguas extranjeras implicará que los aprendizajes posteriores se consoliden sobre la base de una fonoaudiología que se aproxime a la del hablante nativo; de modo que los niños que acceden a la lengua extranjera desde muy pequeños, podrán tener una pronunciación equiparable a la de un nativo, posibilidad que, por lo general, no está disponible para quienes aprenden la lengua como adultos.
Así es que partiendo de una concepción que enlaza intrínsecamente a la lengua y la cultura, se puede hacer referencia a que, cuando los niños y niñas comiencen su aprendizaje de lenguas extranjeras en forma temprana tendrán mejores posibilidades de convertirse en hablantes interculturales, pudiendo funcionar como puentes entre distintas culturas.*
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