Día de la Tierra: coronavirus, clima y medio ambiente
Como todos los 22 de abril, se conmemora el Día de La Tierra o Madre Naturaleza.
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Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra. Es un día para rendir homenaje a nuestro planeta y reconocer a la Tierra como nuestro hogar y nuestra madre, así como lo han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la interdependencia entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.
Si tenemos que hacer un profundo análisis sobre las cuestiones positivas del coronavirus, sin duda la principal es el impacto del ser humano durante este período en el medio ambiente.
La emergencia sanitaria que enfrenta Argentina y el mundo nos afecta todos los días, ya sea porque seguimos trabajando para cuidar a los demás y satisfacer sus necesidades básicas, o porque a veces estamos aislados en condiciones difíciles.
A continuación, la plataforma de viajes compartidos ViamoTutti, junto a Greenpeace Argentina, te comparten 5 cuestiones muy importantes para tener en cuenta:
1- ¿Existe vínculo alguno entre el coronavirus y el cambio climático?
La hipermovilidad humana fue, sobre todo, lo que favoreció la pandemia de coronavirus. De hecho, si las personas hubieran disminuido cada vez más sus traslados, el contagio habría sido más limitado. Este es el objetivo de cumplir con la cuarentena.
Pero las enfermedades infecciosas se ven favorecidas por el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad. Algunos animales, como los mosquitos, extienden sus territorios y, por lo tanto, propagan enfermedades infecciosas más fácilmente. El ejemplo de la gripe también sorprende: debido a que los inviernos son cada vez menos intensos, ahora el virus está activo durante un período más largo, incluso durante todo el año en las regiones tropicales.
2- ¿Disminuyeron las emisiones de CO2 desde el comienzo de la crisis del COVID-19?
Definitivamente, sí. las emisiones de CO2, responsables del cambio climático, se redujeron en forma significativa en los países afectados por el coronavirus.
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En China, las emisiones de CO2 cayeron casi una cuarta parte entre principios de febrero y marzo de este año, en comparación con 2019. Asimismo, en el norte de Italia y en los Estados Unidos se comenzó a registrar una reducción en las emisiones de CO2 y en la contaminación del aire.
¿Por qué se da esta disminución tan significativa? Está directamente vinculada a la reducción drástica de las actividades industriales que dependen en gran medida del carbón y el petróleo.
Del mismo modo, la desaceleración de la movilidad de las personas, en particular la vinculada al tráfico aéreo global (un sector que emite gases de efecto invernadero), parece conducir mecánicamente a una caída de las emisiones de CO2.
Emisión de GEI
Sin embargo, no hay nada de qué alegrarse. Estos descensos únicos se producen después de un largo período de aumento continuo: los últimos cinco años fueron los más calurosos y además, 19 de los 20 años en los que se registró mayor temperatura corresponden a este siglo.
Sumado a esto, actualmente las emisiones de CO2 en los hogares están subiendo de manera drástica.
3- ¿Se puede esperar un impacto positivo en el medio ambiente a largo plazo?
La disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y en la contaminación del aire que observamos recientemente es en realidad puramente cíclica. Es una farsa: solo sucedió porque una gran parte de las actividades humanas se vieron obligadas a detenerse en condiciones dramáticas y con graves consecuencias sociales y económicas.
El Covid-19 representa un peligro para la humanidad y el planeta. Las medidas temporales que se tomaron para enfrentar esta pandemia no parecen una respuesta duradera al desafío del cambio climático, aunque muchas empresas comprometidas con el medio ambiente, como ViamoTutti, sí pregonen esta premisa.
Los efectos positivos de la cuarentena
Durante décadas, la tendencia general fue hacia un aumento en las emisiones de GEI, y las políticas implementadas están lejos de ser suficientes.
Para reducir de manera sostenible las emisiones de CO2 debe revisarse el funcionamiento económico de nuestras sociedades, basado en actividades contaminantes y en la ampliación de las desigualdades.
Sí, todavía podemos esperar una transformación, pero no vendrá de la crisis de salud en sí misma: se necesitará un plan de recuperación sin precedentes que tenga plenamente en cuenta la emergencia climática, ambiental y social.
4- Una vez que la crisis del COVID-19 haya pasada. ¿Se debe temer un repunte de emisiones nocivas?
Si se confirma, el aplazamiento de las principales reuniones internacionales como la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), crucial para la implementación efectiva del Acuerdo de París, y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), corren riesgo las principales decisiones internacionales que necesitamos para enfrentar otras dos emergencias: el cambio climático y el colapso de los seres vivos.
Descongelamiento de glaciares
¿Se puede temer un repunte de las emisiones de CO2? Sí, se puede.
Deben diseñarse planes de recuperación que prioricen a los ciudadanos, su salud, su bienestar, su medio ambiente y el clima.
5- ¿Cómo nos podemos asegurar de que los problemas ambientales se traten luego de la actual crisis?
Esta emergencia sanitaria muestra que es posible intervenir drásticamente en la economía para enfrentar las amenazas que ponen en riesgo a toda la comunidad. Cambiar las reglas, tomar decisiones que eran impensadas y que, después de todo, no se pueden eludir: “Los grandes cambios parecen imposibles al principio e inevitables al final”, dijo el fundador de Greenpeace, Bob Hunter.
Estamos en un momento así. Esta pandemia tuvo al menos la virtud de cambiar los límites del realismo en el espacio público y en la toma de decisiones políticas: es una oportunidad para adaptar nuestro modelo a la emergencia climática. De lo contrario, solo sufriremos las plagas una tras otra.
Es posible y esencial revisar nuestras prioridades, decidir entre actividades económicas útiles para el cuerpo social y aquellas que son parte del problema. Los planes de protección a corto plazo deben, sobre todo, ayudar a proteger a los trabajadores y estar acompañados de una compensación social y ambiental para las empresas.
En segundo lugar, es hora de invertir en la transición ecológica creando empleos para el futuro y en las empresas que realmente estén comprometidas con el medio ambiente.
Depende de nosotros, los ciudadanos, hacernos escuchar para decidir las condiciones de estos planes de recuperación.
Fuente: Greenpeace