Qué dice el Programa en Formación en Seguridad Vial
Al momento de sacar por primera vez el registro de conducir o bien renovar por varios años más el mismo, una de las lecturas obligatorias es el Programa en Formación en Seguridad Vial, que brinda una serie de puntos a tener en cuenta por todo automovilista que circule por las calles de una ciudad o las diferentes rutas.
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Dentro del citado manual, existe un apartado que se refiere a la “Conducción segura” por parte del automovilista que pone de manifiesto una serie de cuestiones fundamentales, muchas de ellas, que no son tenidas en cuenta en el día a día.
Señala que para conducir de manera segura no basta con conocer los procedimientos y técnicas que le permitan al conductor dominar el vehículo y conducirlo, sino que además el conductor debe demostrar que tiene una conciencia de cuidado. Es decir que no es suficiente saber conducir el vehículo, sino que el conductor debe mostrar que es consciente de los riesgos que surgen del tránsito en la comunidad. Esta modalidad de conducción resalta la importancia de la relación conductor – comunidad: quien conduce es consciente de que su conducta aumenta o disminuye el riesgo en la comunidad, y por lo tanto, cuando maneja lo hace con el debido cuidado.
Circulación
Durante la circulación, el comportamiento del conductor puede ser peligroso para otros partícipes del tránsito. Además la actitud anticipativa supone un descanso para el conductor. La anticipación se pone en práctica cuando se
circula con un amplio campo de visión del camino y de las circunstancias de la circulación.
Es recomendable mantener la velocidad de circulación lo más uniforme posible y evitar las frenadas innecesarias que conlleven luego sus correspondientes aceleraciones.
Se recomienda circular por la mano derecha y analizando las situaciones de tránsito y teniendo en cuenta, entre otras puntuales: Observar si está dividido en varios carriles de distintas direcciones y/o si dispone de carriles para bicicletas y peatones; observar si el camino se encuentra dentro o fuera de una zona habitada; prestar atención a la señalización existente y a las circunstancias tales como la congestión del tránsito, las condiciones climáticas, la visibilidad, etc.
Teniendo en cuenta el tránsito actual, la circulación en caravana es difícil de sortear, por ello se debe evitar la
constante aceleración y detención. Además, de esta manera, se contribuye con la fluidez de la circulación. El proceso de deceleración vuelve aquí a jugar un papel de importancia al representar una forma de frenar segura, con
aprovechamiento de la inercia y con consumo nulo de combustible.
Campo visual
El 80 por ciento de la información que recibe un conductor ingresa por el campo visual. Si bien la luz diurna facilita un amplio campo visual en todas las direcciones por la utilización de espejos o el giro de la vista, existen varios factores que pueden limitar el campo visual.
Los puntos ciegos son las áreas de visión no cubiertas por los tres espejos retrovisores: central, en el interior del vehículo, lateral derecho e izquierdo, y por la visión directa delantera. Esto significa que hay una zona que el conductor no visualiza.
Se debe ajustar el espejo retrovisor interior y los espejos laterales exteriores para reducir los puntos ciegos. Por ello es importante la verificación mediante el giro de la cabeza hacia la derecha e izquierda ó bien incorporando el torso al mirar por los espejos externos, sobre todo al ingresar a la autopista o semiautopista.
También se debe ajustar el espejo exterior de modo que se pueda ver el extremo de la manija de la puerta delantera
en el extremo inferior derecho del espejo. Esto permitirá advertir una parte de los carriles de tránsito a la izquierda y detrás del automóvil.
Para comprobar si la posición de los espejos retrovisores es adecuada, permitir que un vehículo se adelante por la
izquierda. Cuando éste desaparezca del espejo retrovisor interior, se deberá observar el paragolpes frontal del
vehículo en el espejo retrovisor lateral.
Distancia de seguridad
En la distancia de seguridad debe respetarse la fórmula un metro por kilómetro de velocidad. En caso de visibilidad reducida, condición meteorológica adversa, mal estado u obras en la vía de circulación estas distancias pueden aumentar.
La distancia entre vehículos es fundamental dado que reduce los accidentes al disponerse de un mayor tiempo de
reacción ante imprevistos.
Para frenar de forma segura existen dos factores a tener en cuenta: el tiempo de reacción (Es el tiempo transcurrido entre la visualización de la situación de riesgo y la acción de pisar el freno); la distancia recorrida, posterior a la acción del frenado hasta la detención total de vehículo. Por ejemplo a 50 km/h se estima que el tiempo de reacción traducido a metros es equivalente a 12,5 mts., y la distancia de frenado es de 17 mts. Es decir que el vehículo necesitará para detenerse una distancia de 29,5 mts. De esta manera, si se respeta la fórmula de un metro por kilómetro de velocidad de distancia precautoria se habrá frenado de manera segura, evitando así cualquier tipo de siniestro.
A 100 km/h serían necesarios 93 metros para la detención total del vehículo bajo condiciones climáticas normales,
aumentándose la distancia a 155 metros en caso de pavimento húmedo. Por lo que se recomienda mantener mayor
distancia bajo estas circunstancias.