CONFLICTO BELICO RUSIA-UCRANIA
“Ucrania es una tierra muy rica, parecida a Tandil”, confió un tandilense con familia en el país en guerra
Demetrio Szpiga tiene sangre ucraniana por el lado paterno y es reconocido en la comunidad tandilense porque junto a su hermano, el pastor Teófilo, se han convertido en referentes de la Iglesia Peniel. En conversación virtual con El Eco Multimedios, no dudó en compartir sus sentimientos, de hondo pesar, sobre esta triste coyuntura que atraviesa el mundo entero con la guerra desatada entre Rusia y Ucrania, donde todavía conserva familiares.
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Si bien él y sus ocho hermanos nacieron en Argentina, en la provincia de Chaco, su padre nació y vivió en ese país en guerra, donde todavía tiene parientes, a los que tuvo la oportunidad de conocer hace 26 años, al viajar hacia allá.
Según reveló, su papá ya ha tenido que vivir situaciones difíciles, haciendo referencia al genocidio conocido como Holodomor, en el que entre 1932 y 1933 aproximadamente siete millones de familias campesinas fueron exterminadas. “Mi abuelo murió de hambre, porque les quitaron las semillas para que no pudieran sembrar”, recordó.
Demetrio pensó que esas eran cosas del pasado y lamentó que la tierra de sus padres, a la que consideró “muy parecida a Tandil”, esté siendo invadida nuevamente por los soviéticos.
Describió así que Ucrania se destaca por tener una tierra muy fértil y buena, con caminos quebrados que comparó con los que se transitan desde esta ciudad hacia Mar del Plata, atravesando por subidas y bajadas. “Todo sembrable”, señaló, indicando que se trata del “granero” de prácticamente todo Europa.
Si bien comprendió que los intereses de Rusia hacia ese territorio son muchos, consideró que esta riqueza es uno de ellos. Resaltó entonces, que Ucrania produce granos, huevos, pollos, cerdos y comida en general para 600 mil personas.
“La riña viene desde 1914”, precisó, pero por otro lado, también reflexionó que todo lo que está pasando se debe a que los rusos están “jugando una pulseada con Estados Unidos, con la OTAN, con los chinos y otros” para probar la fuerza de cada uno.
“Hay problemas desde 1996”
En Ucrania tienen un gobierno democrático, el presidente Volodímir Zelenski fue electo en 2019 por la gente, y Szpiga destacó lo triste de que no se respete eso “sólo porque alguien tenga más fuerza”.
“Vienen, entran y hacen lo que se les da la gana, incluso viendo que no solamente se están muriendo soldados sino también civiles”, criticó.
Consideró que la información es poca y las comunicaciones se complejizan por estos tiempos, la emoción y congoja se hacen presentes en su relato, revelando lo que quedó a la vista y es que cada vez que se refiere al drama que están atravesando en la tierra de su padre “algo se mueve por dentro”.
En 1996, Demetrio tuvo la oportunidad de viajar a Ucrania. Fue una experiencia que recuerda con mucho cariño porque en esa oportunidad conoció a sus primos, visitó la aldea donde viven ellos y compartió un mes en familia.
Confirmó que ya en ese año se denotaban los problemas con Rusia, de hecho él no pudo volar en avión directo hacia Kiev, sino que debió ir primero a Varsovia, la capital de Polonia, y de ahí tomar un tren a destino.
De acuerdo a lo que está pasando ahora, precisó que hay muchos infiltrados rusos, que se hacen pasar por ucranianos y tienen el objetivo de “crear movimientos raros”.
“Algo se venía cocinado, para ellos (rusos) Ucrania es un problema porque limita mucho, y como la OTAN está por incorporarlos a la organización, están muy preocupados”, explicó.
En ese sentido, pidió no creer lo que dice el gobierno ruso, de que los ucranianos quieren estar bajo su mandato. Por el contrario, aseveró que al visitar pudo constatar que los ucranianos son muy nacionalistas, patriotas, además “les sigue doliendo lo que pasó en los años de Stalin”.
“Yo sé que la Biblia dice que hay que perdonar, pero hay cosas que siguen doliendo”, advirtió.
Hay una esperanza
Por otro lado, ante la esperanza de que esto no dure mucho más, Szpiga dijo sentirse animado porque no hay un bombardeo masivo sino seleccionado. Destacó las intenciones de China en buscar intervenir con el diálogo, aunque atajó que no debería pasar que pongan “un presidente títere los rusos”, para manejarlos a su gusto y explotar nuevamente a Ucrania.
Si bien Demetrio prefirió no meterse en política, menos en la visión de Argentina sobre la guerra, no dejó de mencionar que la cara de Vladimir Putin cuando habló con el presidente Alberto Fernández develó su “frialdad”. Lo relacionó, en parte, con la dura infancia y los antecedentes que se conoce que tuvo.
Para finalizar, sostuvo que lo que buscan con este bombardeo es recuperar lo que perdieron con la reforma económica de la Perestroika (un plan de Mijaíl Gorbachov en 1985).
La invasión de Rusia a Ucrania comenzó el 24 de febrero pasado, hace sólo cinco días, y lleva más de cinco mil muertos entre soldados y civiles, rusos y ucranianos.