CONSEJO PARA
No desperdiciar el agua al regar
Algunos tips para evitar el derroche de agua al regar las plantas.
En la actualidad, el 70 por ciento de los recursos hídricos de la Tierra se destina a producir alimentos. El escenario futuro de crecimiento de la población pone en el constante desafío de obtener más alimentos sin aumentar la cantidad de agua destinada a su producción.
Recibí las noticias en tu email
Para conseguirlo, además de lograr que se cultive la mayor extensión de tierra posible y de buscar cultivos más productivos, es decir, más toneladas por unidad de superficie, es imprescindible gestionar de forma óptima los recursos hídricos disponibles para poder obtener la máxima producción por cada gota de agua.
Asimismo, para lograr que cualquier persona, viva donde viva, lo haga en condiciones dignas, es imprescindible que tenga garantizada su alimentación, que está directamente relacionado con el buen uso y gestión del agua. Así lo recogen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que ha fijado la Organización de la Naciones Unidas (ONU) para el año 2030.
Puede interesarte
Cómo regar el jardín
Regar el jardín de forma eficiente es importante para conservar el agua y reducir su desperdicio. En su publicación, Diego Garza señaló un para de recomendaciones para hacer un uso racional del recurso hídrico.
Regar el jardín temprano, por la mañana o al final de la tarde. En estas horas, la temperatura es más fresca y la humedad es mayor, lo que permite que el agua se absorba mejor en el suelo y evita la evaporación.
Utilizar un sistema de riego por goteo o un aspersor de bajo caudal para regar las plantas. Estos sistemas permiten que el agua se filtre lentamente en el suelo y se absorba de manera más efectiva.
Colocar el agua directamente en la raíz de las plantas. De esta manera, el agua llega a donde se necesita y evita mojar las hojas, previniendo enfermedades.
Utilizar mantillo o compost para cubrir el suelo alrededor de las plantas. Esto ayuda a mantener la humedad en el suelo y reduce la necesidad de regar con frecuencia.
Si tenés un césped, regá solo cuando sea necesario. El césped no necesita ser regado todos los días y es posible comprobar si necesita agua observando si las hojas están marchitas o si el césped deja una huella al caminar sobre él.
Instalar un temporizador para el sistema de riego, de esta manera se asegura que no se está usando más agua de la necesaria.
Conocer a tus plantas: cada planta tiene diferentes necesidades de agua, por lo que es importante conocer sus características y necesidades específicas. Por ejemplo, las plantas de zonas secas como los cactus requieren menos agua que las plantas de zonas húmedas como las plantas tropicales.
Preparar el suelo, esto quiere decir asegurarse de que esté liviano y corredizo, ya que el suelo compactado no permite que el agua penetre en profundidad, por lo que es importante aflojar la tierra.
Evitar regar en días ventosos o muy calurosos, porque el viento puede llevar el agua a lugares donde no se necesita, mientras que las altas temperaturas pueden aumentar la evaporación del agua antes de que sea absorbida por las plantas.
Utilizar el agua de lluvia. Si recolectas agua de lluvia, se puede utilizar para regar el jardín en lugar de agua potable. Solo hay que asegurarse de que los recipientes para recolectar el agua estén limpios para evitar la contaminación.
Ajustar el sistema de riego según la temporada. Esto significa que durante los meses de verano, es posible que necesites regar más a menudo, pero en los meses más frescos puedes reducir la cantidad de agua que usas. Ajustar el sistema de riego según la temporada ayuda a asegurarte de que no estás desperdiciando agua.
Siguiendo estas pautas, podés regar tu jardín de forma más eficiente y reducir el desperdicio de agua.
Finalmente, es necesario siempre reparar las canillas y goteras, y así ahorrarás un promedio de 170 litros de agua al mes.