20 años
Se cumplen 20 años de la muerte de Pappo, un ícono en la historia de la música
Pappo recibió la bendición de uno de los más grandes guitarristas de la historia: B.B. King. Durante un concierto en el Madison Square Garden, el legendario bluesman expresó su admiración por Pappo, declarando: “Es uno de los mejores guitarristas del mundo”.
El 25 de febrero de 2005, la noticia de la muerte de Norberto “Pappo” Napolitano impactó a toda la Argentina. Aquel accidente en la Ruta 5, cerca de Luján, marcó el fin de una de las trayectorias más trascendentes del rock argentino. A sus 55 años, el hombre que había llevado la guitarra a su máxima expresión y al rock a su límite, encontró su destino final tras chocar con la moto de su hijo y ser atropellado por un automóvil.
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A dos décadas de su partida, el vacío que dejó sigue presente en cada rincón de la escena musical nacional, aunque su legado continúa vivo en la memoria colectiva. Cada riff, cada solo incendiario, cada acorde tocado con furia, sigue siendo un testamento de su grandeza.
Pappo no fue nunca un músico de compromisos fáciles ni de caminos trazados. Desde sus primeros pasos en Los Abuelos de la Nada y Los Gatos, hasta sus años como líder de Pappo’s Blues y más tarde Riff, dejó en claro que su huella estaría marcada por la autenticidad y la rebeldía.
El comienzo de una leyenda
En 1969, con solo 19 años, Pappo comenzó su carrera junto a Los Gatos de Lito Nebbia, una de las bandas más influyentes del rock argentino. En una entrevista, el propio Nebbia recordaba cómo llegó a conocer al joven guitarrista.
“Nos volvíamos a unir con Los Gatos y el violero original del grupo se enamoró en Brasil, se casó y dejó la banda. Yo propuse que entrara Pappo, que lo conocía de un boliche en el que solíamos zapar los fines de semana. Ya tocaba bárbaro”, relataba Lito.
Y así fue como el joven Pappo se unió a la banda. Su presencia fue tan potente que, al poco tiempo, los integrantes de Los Gatos le trajeron una guitarra nueva: “Pappo estaba emocionado”, contaba Nebbia. Con ellos grabó dos discos clave en la historia del rock argentino: Beat Número Uno y Rock de la mujer perdida. Sin embargo, su espíritu inquieto no tardó en llevarlo a buscar nuevos horizontes.
Pappo’s Blues: la consolidación del mito
En 1970, Pappo formó su propia banda: Pappo’s Blues. Con ellos grabó tres discos emblemáticos: Volumen 1, Volumen 2 y Volumen 3. Esta etapa, marcada por una fusión de blues y rock pesado, consolidó a Pappo como uno de los guitarristas más importantes de Argentina y le permitió ganar la admiración de fanáticos de todas las edades.
En la segunda mitad de la década de 1970, el destino de Pappo lo llevó a Brasil, donde formó Aeroblus, una banda junto a Alejandro Medina y Rolando Castello Junior. Aunque la formación no perduró, dejó una huella imborrable con su único disco homónimo, considerado hoy una pieza de culto.
Riff: el hard rock argentino en su máxima expresión
En los años 80, Pappo alcanzó el pináculo de su carrera con Riff, la banda que redefiniría el hard rock argentino. Con temas como “Ruedas de metal”, “La dama del lago” y “Susy Cadillac”, Pappo llevó el género a nuevas alturas, creando un sonido inconfundible que se convirtió en el alma de toda una generación. Las tachas, las camperas de cuero, y la violencia de su música definieron una época del rock argentino que aún perdura.
El reconocimiento mundial
A pesar de no ser completamente reconocido en su país en los primeros años de su carrera, en 1993, Pappo recibió la bendición de uno de los más grandes guitarristas de la historia: B.B. King. Durante un concierto en el Madison Square Garden, el legendario bluesman expresó su admiración por Pappo, declarando: “Es uno de los mejores guitarristas del mundo”.
Ese reconocimiento, aunque tarde, llegó para certificar lo que ya se sabía: Pappo no solo era un referente en Argentina, sino una figura de importancia mundial en el universo del rock.
Su legado: un riff inmortal
Hoy, 20 años después de su partida, la figura de Pappo sigue siendo un faro en el rock argentino. Su música continúa influyendo a nuevas generaciones de músicos y su estilo, inconfundible y visceral, sigue resonando en los escenarios de todo el país. Pappo, con su guitarra como bandera, logró lo que pocos: convertirse en un mito eterno, cuyo legado seguirá vivo mientras haya un solo tocado con la pasión y la furia que él siempre imprimió a su música.