Emprendedores
MANCHA: un mundo de alfombras y mantas mágicas en Tandil
Recibí las noticias en tu email
Magdalena Cheresole tiene 38 años; nació en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires. Estudió museología en La Plata y trabajó durante 11 años en el Museo Azzarini, un museo de instrumentos musicales, único de su tipo en el país. En 2010 abrió su primera librería en La Plata y desde ese entonces nunca dejó de tener una. En 2019, embarazada de Hipólito, deciden con Juan, su pareja, venir a Tandil, escapando de la gran ciudad, con el deseo de criar a su hijo en un lugar cerca de la naturaleza. Llegan pocos meses antes de la pandemia. Al poco tiempo, y a pesar de la incertidumbre, Magdalena logró abrir su librería Hola en Tandil.
En 2019 empezó a trabajar con Mancha, su emprendimiento, que surgió casi sin querer. Magdalena habla con seguridad y soltura; apasionada por lo que hace me cuenta que bordaba desde hacía años; pero un día se topó con una técnica llamada Punch Needle, o bordado mágico. A diferencia del bordado tradicional, con este método, uno puede cubrir mayores superficies en menor tiempo y esto permite hacerlo para otras aplicaciones. Empezó, entonces, a pensar en cosas más grandes como alfombras. La primera que Magdalena hizo, fue una alfombra para un sobrino, que tuvo mucho éxito y luego creó un Instagram y, una cosa llevó a la otra y de a poco empezó a crecer y crecer sin parar. El año pasado dio talleres en Espacio Nido para enseñar la técnica de bordado aplicada a alfombras.
Magda trabaja también con hilado y Jacquard para realizar mantas con estampas de lo más originales y creativas. Los productos que Magdalena realiza son Mantas tejidas y alfombras, todos ideados y creados por ella. Obras de arte en lana e hilo. Trabaja por colección; creando una burbuja por mes que luego lanza a la venta. No toma encargues aunque, sí, muchas veces realizó producciones en conjunto con otras personas.
Magdalena transmite frescura y energía cuando habla. Me explica que las alfombras, primero, las hacía a mano, y ahora las hace con una máquina especial para eso. Se teje la alfombra sobre un panamá, y se ponen capas de impermeabilizante para separar del piso. Hace poco recibió el premio Trimarchi que la ayudó a comprar máquinas e insumos y, así, generar solidez para dar un impulso al emprendimiento.
Los libros y el bordado son lugares donde Magdalena encuentra su inspiración. En una mancha siempre ve potencialidad de hacer algo, y por eso Mancha, un nombre que en sí mismo tiene todo.
Su taller es el living de su casa, hoy un mundo lleno de lanas, bastidores y pasta. Su familia es parte del equipo de Mancha; compañía y apoyo absoluto. No tiene tiempos ni rutina organizada para llevar adelante el proyecto, aunque le encantaría. Entre los ratitos que le deja la librería y cuando su hijo descansa o no está, aprovecha a crear.
En Tandil no muchos conocen su trabajo; principalmente, quienes consumen sus productos son personas de CABA y otras ciudades grandes del país.
Si todavía no conocés Mancha ni imaginás sus mantas ni alfombras, espíalas en su Instagram @mancha_handmade. Vas a enloquecer.
¿Objetivo? Seguir creciendo y experimentando en otras materialidades.
¿Desafío? Producir en una fábrica, como el Espartano.
¿La Vedette de Mancha? El logo de la casita.
¿Querés contarnos acerca de tu emprendimiento? Escribí a sofiarojo@eleco.com.ar