Corte y confección
CASA ABADÍAS: un sueño heredado de abuelo sastre y abuelas modistas
Cuando coser fue gran parte de la historia de tu familia, difícil es esquivar el hilo y la aguja.
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Así es, aunque sin siquiera imaginarlo, como surge el emprendimiento de Bárbara Martínez Abadías. Una joven con habla suave, pero de alma inquieta.
Bárbara nació en Bariloche, pero sus papás son de Tandil. Es por eso, que ella vino a estudiar a nuestra ciudad y aquí se quedó hasta fines de 2021. Una tarde en casa de su abuelo, encontró unas perchas de madera, con la leyenda que decía Casa Abadías, de una antigua sastrería de la familia en Vela, y supo que su camino iba, indefectiblemente por ahí.
Estudió realización integral en artes audiovisuales y, luego, diseño de indumentaria en Mar del Plata; hizo cursos de vestuario en Tandil y el que más la marcó fue uno que hizo en el Teatro Colón. Mientras estudiaba, trabajó siempre de camarera y le costó mucho esfuerzo. Inspirada por su historia familiar, una historia de superación de trabajo y perfeccionismo.
Barbi siempre cosió, como un hobby. Sus recuerdos se remontan a cuando era chica, y les hacía la ropa a las muñecas, y luego a sus amigas, en la adolescencia. Dos amigas de la mamá, modistas, ayudaron y enseñaron a coser a Bárbara.
Una vez recibida de artes visuales, empezó a investigar acerca del mundo textil de un modo más profesional y eligió, primero, lo vintage. Aprendió a hacer patrones y nunca pudo parar de crear y diseñar. Sus colecciones de ropa interior y trajes de baño fueron su primer trabajo y, quizás, por lo que se dio a conocer.
De estilo conservador, las prendas que diseña son de una delicadeza absoluta. Hoy en día, son sus amigas quienes la inspiran.
Desde que se inició el emprendimiento, ha ido mutando. En los últimos años se dedicó a hacer, principalmente, pequeñas cápsulas de producción. Hoy hace ventas a gran escala, de ropa interior y de trajes de baño. Vive en España, pero sus dos amigas llamadas Mercedes, se ocupan aquí de las ventas, promoción y envíos de los productos. Mientras tanto, Bárbara está formándose para aprender más sobre producción de manera industrial, sustentable, y de la mejor calidad posible; previo a España, pasó un año en Dinamarca, también instruyéndose con los mejores.
Casa Abadías, tiene una línea de polleras, chaquetas, camperas, pantalones; continúa con bikinis y trajes de baño y además hace prendas a medida y elección del cliente, únicas y de primera calidad. Sus ventas se realizan a través de las redes sociales, tienda nube, y también las ferias.
El público fue cambiando, desde sus inicios. Antes hacía bastantes prendas de varón, pero ya no. Los modelos son generalmente los mismos; emprender y que sea rentable es complicado, muchas veces. Bárbara pasa, entonces, más tiempo produciendo que diseñando.
Dependiendo del ítem, la indumentaria lleva una etapa de búsqueda de tendencias, de creatividad, luego pruebas, confección y post, que tiene que ver con el marketing y las ventas.
Hay un gran equipo que la ayuda y la ayudado desde los inicios; es Bárbara quien se ocupa del diseño y la moldería en general. Hay talleres que elaboran las prendas; su hermano le maneja la web, su mamá ha cosido por noches y su papá fue un inversionista. Todos siempre acompañaron y acompañan el proyecto de Casa Abadías.
Su rutina de trabajo, en los inicios del emprendimiento, era de casi todos los días, y al menos diez horas al día, incluso muchos domingos. Trabajaba en un taller en la casa de su abuela.
Objetivo: sostener Casa Abadías, aunque mute.
Desafío: profesionalizar el diseño, volver y tener taller propio.
La vedette: la mutación.
En Instagram: @casaabadias
Si querés mostrar tu emprendimiento, escribime a @sofiarojo.tandil o a sofiarojo@eleco.com.ar