EN LA VUELTA DE TANDIL
Hace 60 años partía Facchini a la eternidad
Por Luis Orlando Sánchez; vertigomotorsport.com
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En la duodécima Vuelta de Tandil, el clásico desafío de los carreteros, caía uno de los grandes y virtuosos de la época, Juan Oscar Facchini. La arquitectura del trazado serrano tenía todas las variantes para el manejo y el espectáculo. Un difícil compromiso, con rectas veloces, curvas cerradas, trepadas, descensos vertiginosos y un complicado tramo urbano con avenidas amplias, y algunos badenes. Un escollo comprometido para los aspirantes más encumbrados.
Juan Oscar Facchini, junto a su amigo y laborioso acompañante “Mingo” Solís habían encontrado el rumbo en la folklórica categoría, “aceitando” muy bien la estructura técnica y humana como para aspirar resultados importantes. Ilusiones y sueños que se iban cumpliendo.
Otra vez el protagonismo para el "crédito" de Mar del Plata, en el cautivante trazado tandilense, y el duelo por la punta con los hermanos Dante y "Tito" Emiliozzi, los ídolos de Olavarría. La contundencia del Chevrolet era notoria, nadie dudaba de otro halago en las sierras más antiguas del planeta. Quien iba a pensar aquel domingo 15 de Noviembre, que el destino marcaría ese final, cuando tenía tantos sueños por cumplir. El destino estaba marcado. La muerte esperaba agazapada y sorprendía al querido “Pocho Facchini“ en una zona sinuosa y rápida del paraje "La Porteña", volcando la máquina, golpeando en su descontrolado viaje con un vehículo estacionado, cayendo para siempre una de las esperanzas marplatenses, y herido de gravedad su compañero de ruta José “Mingo” Solis.
Se iba un hombre con fuerte personalidad, que peló temple en las urgencias y les ganó a los mejores. En silencio partía hacia el más allá, Juan Oscar Facchini, uno de los exitosos gladiadores surgidos en la prolífica cantera teceista, aferrado siempre a ese espíritu aplomado, a su amor por la velocidad y a su pasión irresistible por el Turismo Carretera.