Clemente Vergara, el tandilense conectado con el pádel del más alto nivel mundial
Llegó a competir con los mejores exponentes de esta disciplina luego de tener sus raíces en el tenis. Hoy, es profesor en el Racket Club de Capital y conduce un programa televisivo de pádel.
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Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción
fernandoizquierdo@hotmail.com
Clemente Vergara fue uno de los principales protagonistas al cabo del surgimiento del pádel en Tandil.
Proveniente del tenis, se animó a probar suerte en una disciplina con ciertas similitudes y terminó edificando una carrera que le permitió codearse con los mejores exponentes.
Llegó a competir en un circuito profesional argentino que incluía a los más destacados valores del mundo, fue parte de una etapa del Padel Pro Tour e intervino en dos Mundiales.
Hoy, se desempeña como profesor y cumple una tarea preponderante en la difusión de este deporte en el país, siendo dueño de los derechos televisivos de cada final masculina del World Padel Tour.
Desde Buenos Aires, Vergara se anima al repaso con El Eco de Tandil, demostrando tener muy frescos los recuerdos de aquellos años en los que, en esta ciudad, el pádel cobró una inusitada ebullición.
“A los nueve años, empecé a jugar al tenis en la escuela de Raúl Pérez Roldán, en el club Independiente. A los doce, a intervenir en campeonatos nacionales. Cuando tenía dieciséis, pasé a ser profesor en el club”, relata Clemente sobre sus primeros pasos en el deporte.
-En la época del “boom” del pádel en Tandil.
-Claro. Y muchos de aquéllos que jugaban al tenis empezaron a meterse. Un día, “Cholo” Petrucci me invitó a jugar un torneo, nos anotamos en cuarta, en Pasatiempo (N. de R.: complejo deportivo que estaba situado en avenida Santamarina al 300), y lo ganamos. En la final, vencimos a Sebastián Pino y su papá. Me empecé a enganchar, después jugamos con “Cholo” en tercera, luego en segunda…hasta que empecé a darme cuenta de que servía para el pádel. Los torneos eran muy divertidos y reunían un montón de gente.
-¿Cómo fueron los primeros viajes?
-Los padres de “Gato” Viera estaban a cargo de Pasatiempo y “Lala”, su mamá, empezó a llevarnos a los Provinciales. Fue en ese momento que comenzamos a jugar un poco más en serio. En primera, viajaba con Andrés Barzola. También jugué como compañero del “Negro” Gómez (Marcelo, el formador en tenis).
-¿Descartaste el tenis?
-Daba clases de lunes a viernes. Y los fines de semana jugaba torneos de pádel. En la semana, armábamos algún partidito para entrenar. Era competir permanentemente, casi todos los fines de semana había algo.
-Llegar desde el tenis no deja de ser una ventaja por cierta similitud entre ambos deportes, pero además “le agarraste la mano” rápido.
-Claro, ya tenía 16 años cuando arranqué. En realidad, todos los que empezamos éramos relativamente grandes, el pádel recién nacía. Todos los mejores del pádel tandilense venían del tenis o de pelota paleta. Los que llegábamos desde el tenis, teníamos los golpes, aunque obviamente los tenés que ir adaptando, como también vas aprendiendo el manejo de las paredes y a emplear estrategias distintas. Pero son cosas que incorporamos de manera natural.
-Había que ser una especie de autodidacta.
-Exacto. Aún no había libros, no había profesores. Después, empezaron Daniel Panajotti y “Cachi” Álvarez. Pero eran profesores que respondían más a la demanda de gente que quería aprender a jugar que a entrenamientos de alto rendimiento. En los torneos que disputábamos afuera era donde aprendíamos mucho. Igual que mirando a los jugadores buenos.
-¿Quiénes más habitaban la élite del pádel tandilense en tus comienzos?
-Marcelo Gómez, Andrés Barzola, Mariano García Diez…y antes que ellos el “Pana” (Panajotti) y Luis Delgado. También había otros muy buenos jugadores como “Cholo” Petrucci, Adrián Birge, “Gato” Viera, Mario Bravo, Juan Pablo Blaiotta, Juan Manuel Vicente…y otros.
-¿Cuándo avizoraste que el pádel podía dejar de ser tu hobby para transformarse en un medio de vida?
-Entre fines de los ’80 y comienzos de los ’90 el pádel explotó en Tandil. Fue una locura lo que se vivió, difícil de explicar. Se volvió un fenómeno social, más que una moda. Se juntaban familias, grupos de amigos, todo el mundo iba a ver los torneos. Había mucha demanda de profesores y yo, como de cierta manera me destacaba como jugador, me terminé de pasar al pádel para enseñar. Y consideré firmemente la idea de vivir del pádel cuando me fui a vivir a Bariloche.
-¿Cómo fue esa etapa?
-A los 19 años, llegué a un club que me brindó todas las condiciones para dar clases. Y, además de un sueldo, me pagaban los viajes para competir en el circuito profesional de Argentina. Iba a jugar las qualy. Era una locura, empezábamos el jueves y teníamos que ganar tres partidos para llegar al cuadro. Si lo lográbamos, el viernes a la noche ya jugábamos primera ronda. Estaban todos los monstruos, Gattiker, Lasaigues, Sanz, Cubas…Argentina era la potencia número 1, con lo cual ellos eran los mejores jugadores del mundo.
-¿Llegaste al cuadro principal?
-Una vez, en Bariloche a comienzos de los ’90. El tema es que nosotros nos anotábamos también en segunda. A veces, jugaba cuatro partidos en el día, terminaba acalambrado. Yo tenía 19 años, era muy flaquito y no cuidaba mi físico. A ese nivel, todos jugaban bien, no tenías un partido cómodo. Los top de segunda podían jugar tranquilamente en primera.
-En una época en la que, sin haberse creado aún el World Padel Tour, Argentina llevaba las riendas en el plano internacional.
-Claro, era un amplio dominador. España ya tenía cuatro o cinco parejas muy buenas, pero Argentina estaba un escalón arriba y dominaba los Mundiales, tanto en hombres como en la rama femenina.
Al exterior
-¿Cómo se dio la posibilidad de radicarte en Brasil?
-A través de una marca que venía desarrollando sus paletas, con canchas e indumentaria. Me fui en mayo de 1994. Firmé un contrato por un año para jugar con esa marca y me fui a vivir a San Pablo. Teníamos un amigo en común con la gente de esa empresa, Marcelo Jensen, un tandilense que fue el primer profesor de pádel que hubo en San Pablo.
-¿Pudiste adaptarte?
-Sí, me gustó mucho Brasil, y San Pablo puntualmente. Aunque el pádel no tuvo el despegue que pensábamos, me fue muy bien. Al año de radicarme, tuve mi primer club de pádel. Me asocié con un gran amigo, Alexandre Castanha, arrendamos un club que ya existía y empezamos a dar clases, vender turnos y organizar torneos. A la par de eso, jugué el circuito brasileño, en el que permanecí durante casi dieciocho años.
-¿Contemplabas la idea de ser un jugador profesional o vivir del pádel significaba para vos abarcar otras actividades?
-Mi enfoque siempre pasó primero por tener mi club. Después, pensaba en jugar. Nunca me dediqué de lleno al pádel profesional como jugador. Competí mucho y lo disfruté un montón, creo que lo hice a un buen nivel. Cuando yo estuve, el circuito de Brasil tenía un altísimo nivel, a la par o incluso por encima del argentino, porque el pádel acá había caído mucho y los mejores jugadores se habían ido a vivir a España. En Brasil, te encontrabas jugadores como Marcello Jardim, Gervasio Del Bono, Alejandro Sanz, Pablo Lima, Miguel Lamperti, Alejandro Novillo, Luis Pozzoni, Chico Gomes, Pablo Oliver, Federico González y “Maru” Lasaigues.
No era mi objetivo ser un jugador profesional, para mí es muy importante la parte social de este deporte, enseñar, tener una cancha…
-¿Qué tipo de remuneración tenían aquellos jugadores top del circuito profesional argentino? Lasaigues, Gattiker, Sanz…
-En el mejor momento del pádel en el país, vivían de jugar, y muy bien. Se llevaban unos 30.000 dólares por mes. En esa época, había sponsors muy fuertes. Y ellos no paraban nunca, competían todos los fines de semana, y recorrían el país dando exhibiciones o asistiendo a inauguraciones de canchas. Le sacaron todo el jugo a ese momento de auge, fue una época de locos.
-¿Cómo fue tu experiencia jugando el circuito mundial?
-Fui a una etapa en Bilbao, con Alejandro Sanz como compañero. En esa época, se denominaba Padel Pro Tour, lo que hoy es World Padel Tour. Nos fue bien, ganamos el primer partido y quedamos eliminados en octavos de final contra Arias (Raúl, español)-Nanni (Ramiro, rosarino), una dupla consolidada en los primeros planos.
-¿Y en los Mundiales?
-Jugué el de Mendoza ’94 con el brasileño Alexandre Castanha, y en Buenos Aires ’04 con Alejandro Novillo. También disputé un torneo internacional en Italia, en el que perdí en cuartos contra Belasteguín (N. de R.: Fernando, oriundo de Pehuajó y el mejor jugador de la historia).
-¿Cómo se establece tu nexo con World Padel Tour?
-Con muchos de los jugadores actuales he jugado, de varios soy amigo. Cuando venían a jugar a Argentina, me acercaba y estaba con ellos. Me metí a través de “Bebe” Auguste, a quien conozco desde la época en la que competíamos. Un alumno mío me insistía para que haga un programa de pádel televisivo. Yo había hecho algo en radio, con Andrés Maglione. Empecé a pensar en la chance de la tele, la fui desarrollando, me contacté con “Bebe” y la idea le gustó. Lo hablamos con Enrique Marqués, director de comunicación y audiovisual de World Padel Tour, y llegamos a un acuerdo para que nos cedan los derechos exclusivos para la televisión argentina de la transmisión de los highlights de las finales. Una semana después del partido, transmitimos la final masculina por TNT Sports. En lo personal, lo siento como un gran logro. No porque esté yo, sino porque es gratificante mostrar en el país un partido con las tribunas repletas, en canchas increíbles, con jugadores que hacen maravillas.
Además, cuando el WPT visita Argentina, yo doy una mano con la organización, consigo publicidades, vendo abonos, ayudo en la difusión y demás. Pero lo hago como colaborador, no formando parte del proyecto oficialmente ni buscándole un perfil comercial.
-¿Y el programa?
-Se llama Mundo Pádel. Lo arrancamos en septiembre u octubre de 2017. En la primera emisión, tuvimos como invitado a Ricardo Darín. Va los miércoles a las 18.30, por TNT Sports. Entrevistamos a un famoso y lo hacemos jugar al pádel. Además, mostramos lo mejor de World Padel Tour.
-¿Por dónde más pasa tu actualidad?
-Doy clases de pádel en el Racket Club, que tiene otras actividades como tenis, fitness, un departamento de kids (chicos), un gimnasio importante, una pileta… Es uno de los clubes más importantes de Capital en tenis. Antes era de Vilas, allí entrenaban Nalbandian, Gaudio, Zabaleta…Llegué hace cinco años, el club tenía dos canchas de pádel pero no se jugaba. Hablé con el dueño, Alberto Wollmann, y le pregunté si me permitía iniciar un trabajo a mediano o largo plazo, mi idea era hacer un proceso lento, le veía mucho potencial al club. De inmediato, me dieron todas las herramientas y me hicieron sentir muy cómodo. Arranqué con un grupo de alumnos reducido, fuimos avanzando y hoy tenemos 250 personas jugando en el club. Estamos terminando de construir dos canchas y tendremos cinco, todas de césped sintético y vidrio. El pádel pasó a ser un “boom” en el club. Lo juegan los chicos, las mujeres…y hasta tengo un alumno de 80 años. También en nuestro club han empezado a jugar algunos famosos como Gaudio, “Juampi” Sorín, Ricky Sarkany y “Leo” Montero.