UN TANDILENSE EN ASCENSO
Callejo disfrutó en Ecuador “el mejor año de mi carrera”
Logró el título de Serie B con Macará y fue máximo goleador del torneo. Hizo una evaluación de la campaña y elogió al fútbol de ese país.
En Ecuador, Facundo Callejo alcanzó un nivel sobresaliente como parte de Macará, amplio dominador de la Serie B de ese país.
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El delantero tandilense finalizó la competencia de ascenso al frente de la tabla de goleadores, con 18, siendo pieza clave del equipo que recuperó su lugar en la categoría principal para 2024.
De descanso en su ciudad, “Facu” dialogó con este Diario y trazó un balance de una temporada inolvidable para él.
-¿Cómo se dio el contacto para jugar en Macará?
-Tuvimos la propuesta a través de gente que nos conocía. El técnico era argentino, Marcelo Robledo, que hizo casi toda su carrera en Bolivia. Lamentablemente estuvo apenas cuatro fechas, de las cuales ganamos la primera y empatamos las tres siguientes. Después encaminamos la campaña con victorias.
-Habría grandes pretensiones, si el entrenador se fue por tres empates seguidos.
-Sí, el equipo venía de descender el año anterior. Sostuvieron a la mayoría de los jugadores y nos sumamos cuatro o cinco titulares. Yo aclaraba que nos iba a costar seis o siete fechas acomodarnos, hasta conocernos bien y tener rodaje. Lo bueno fue que perdimos recién en la fecha catorce. Hicimos una gran campaña.
-¿Aseguraron el ascenso mucho antes del final?
-Sí, ascendimos seis fechas antes del final, y nos aseguramos el título con cuatro fechas de anticipación.
-¿Qué características tuvo el equipo?
-Corrimos y metimos mucho, con gran compromiso por el club. Colectivamente tal vez no fuimos superiores a los rivales, pero tuvimos individualidades que marcaron diferencia. Así ganamos algunos partidos que no merecíamos.
-¿También tenían plantel más amplio?
-Sí, aunque con muchos juveniles. En Serie B no hay Reserva, así que muchos chicos tuvieron que buscarse club y otros quedaron para completar el plantel. Éramos un grupo numeroso, de treinta y tres jugadores.
-¿Mantuvieron una formación estable o fueron cambiando mucho?
-La mayoría de los jugadores tuvo mucha continuidad. Los cuatro de arriba estuvimos todos en más de treinta partidos, en mi caso treinta y cuatro. No sufrimos muchas lesiones, eso ayudó mucho.
-¿Cómo se disponían esos cuatro de arriba?
-Con dos por los costados, uno atrás mío y yo como delantero más neto.
-¿Te llegaba mucho juego?
-Sí, a veces más y otras menos. Pero en general fuimos un equipo ofensivo, que supo presionar y generar en ofensiva. Y cuando no lo lográbamos, también había que buscar para convertir.
-¿De qué manera hiciste más goles?
-Varios llegando por el segundo palo. Les pedía a mis compañeros que, si llegaban al fondo, la tiraran ahí. Se agarra al central desacomodado y se puede convertir.
-¿Qué encontraste en tu equipo y el fútbol ecuatoriano en general?
-Una gran condición física, muy superior a la nuestra. Tienen velocidad, fuerza y resistencia. Técnicamente mejoraron muchísimo, yo había estado en Liga de Loja en 2015 y no era así. Y en Primera se sumaron extranjeros que dan un salto de calidad, como Paolo Guerrero y Marcelo Moreno Martins. Cuando el ecuatoriano se convenza de lo que puede generar a partir de su situación física, tranquilamente puede estar peleando arriba en un Mundial.
-¿Y en comparación con nuestra Primera Nacional?
-En Argentina, los partidos son más trabajados y ordenados tácticamente. En Ecuador prevalece la cuestión física e influye la altura, nosotros hacíamos valer eso contra los equipos de la costa, que no están acostumbrados.
-¿El crecimiento del fútbol ecuatoriano es a nivel de clubes o de selección?
-Las dos cosas. Liga de Quito ganó la Sudamericana, Independiente del Valle siempre es protagonista y hay varios equipos de buen nivel. Y la selección se ha clasificado a Mundiales, hay jugadores jóvenes que están compitiendo en Europa y con proyección para hacer cosas importantes.
Futuro incierto
-¿Qué viene para vos?
-Terminé contrato con Macará en octubre, porque la competencia es más corta. Me tomaré unos días para descansar y después de vuelta a entrenarme, en principio con “Pucho” Migueltorena. Él me hizo conocer cosas que me arrepiento de no haber sabido antes, me permitió crecer en todos los aspectos. La consecuencia fue haber alcanzado el mejor año de mi carrera.
-¿Estás libre?
-Sí, estamos libres con Heber Marchioni, que es la persona que me maneja. Él es amigo y socio, el que se ocupa de todos esos temas. No hay nada concreto, es muy pronto para tomar decisiones para el año que viene.
-¿En qué medida influye la familia a la hora de tomar un camino?
-Las decisiones son siempre en base a la familia. Mi señora, Milagros; y mi hija, Roma, son las que están conmigo y su bienestar es fundamental. Y también los que quedan en Argentina, que acompañan siempre.
-¿En Ecuador hiciste amigos como para reunirse fuera de lo futbolístico?
-Más que nada nos juntamos con Ale Manchot, que es el otro argentino; y el uruguayo Maximiliano Freitas. Compartimos asados con las familias, esa era nuestra salida. Para colmo, la Serie B se juega entre semana, así que los domingos son días de entrenamiento.
Volver a casa
-¿De qué manera aprovechás tus días en Tandil?
-Lo disfruto a pleno. Teníamos pasajes para el 4 de noviembre y pudimos adelantarlo, para poder ver la carrera de APAC que corría mi hermano. Se nos suspendió esa, pero la próxima en Mar del Plata esperamos estar.
-¿Tenés conocimientos mecánicos?
-Algo, conozco las piezas del motor y no mucho más. Trato de aportar desde otro lado, escuchar a los que saben y ayudar en lo que se pueda. En el taller hay dos Chevrolet, dos Falcon, un Torino y un Dodge. La mayoría de mi tío Sergio, que es mi padrino y hermano de mi papá.
-¿José, tu papá, también está involucrado?
-Sí, y quiere correr el año que viene. Es un vicio bastante caro, tratamos de solventar entre todos y sin deberle nada a nadie.
-Más de una vez dijiste que te gustaría correr.
-Eso lo tengo claro. Cuando me retire del fútbol profesional, al otro día estoy sentado en el taller probándome la butaca a medida.