LAS TREINTA DEL FÚTBOL
Bonarrigo; movilidad, gol y experiencia para Unicen
Lleva casi veinte años complicando defensas rivales. Un delantero difícil de controlar, que asegura no haber tenido tristezas deportivas porque "disfruto entrar a la cancha".
Esteban Bonarrigo es de esos delanteros ideales para romper defensas. Gracias a su movilidad y visión de juego, a los defensores les cuesta tomar su posición como referencia. Sumado a que falla poco frente al arco rival, se ganó un lugar importante en el fútbol tandilense de los últimos tiempos.
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Surgió en el Boca local y lleva un recorrido amplio, habiendo vestido las camisetas de Excursionistas, San José, Santamarina, Independiente, Ferrocarril Sud, Sarmiento de Ayacucho y Unicen, su club de los últimos años. Además, reforzó a Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia en 2013.
Citado para formar parte de “Las treinta del fútbol”, estas fueron sus definiciones sobre cada tema.
Tu primer recuerdo de fútbol. Tenía cuatro o cinco años y jugaba en baby de Capilla de Lourdes, en cancha de césped. Entrenábamos de tarde y los torneos se jugaban de noche.
Tu debut en Primera División. En 2001, jugando para Excursionistas. El técnico era el “Loco” Pérez y enfrentamos a Santamarina. Nos fue bien ese año, con un equipo de jóvenes.
Tu mejor partido. Jugando para Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia, un clásico contra Huracán. Me salieron todas, ganamos 3 a 0, hice el último gol en una jugada personal.
Tu peor partido. En Ferro, por el Argentino C, contra Gimnasia. Fui un desastre y me expulsaron. Me quedó la bronca, porque había hecho muy bien la pretemporada.
Una alegría del fútbol. Haber compartido equipo con mis hermanos, Santiago y Ezequiel; y salir campeón.
Una tristeza del fútbol. Ninguna. He perdido partidos y finales, pero lo entiendo como un deporte y no me genera tristeza. Disfruto entrar a la cancha y soy feliz por eso, más allá del resultado.
Un amigo del fútbol. Varios. Por ejemplo de chico conocí a Ramiro Rebollo y Alfonso Giménez, con quienes mantenemos una amistad. Actualmente, los integrantes de la peña de los jueves de la Unicen.
El mejor futbolista que tuviste de compañero. Leonardo Viana Beledo, un central que jugaba muy bien y un técnico dentro de la cancha. Y Valentín Depietri, un animal.
Un jugador rival. Jorge Valverde.
El mejor equipo que integraste. Ferro de 2012, que salimos campeones. En el fútbol agrario, La Pastora en 2009. Eran de esos equipos que juegan de memoria y se saben ganadores antes de jugar.
El mejor equipo que enfrentaste. Alvarado de Mar del Plata, en el Argentino B 2011. Yo jugaba para Independiente.
Un ídolo del fútbol. Lionel Messi y Juan Román Riquelme.
Un ídolo fuera del fútbol. Mi papá y mi mamá, unos genios.
Un técnico. Luis Quintela y Guillermo “Memo” Depietri. A nivel mundial, Diego Simeone.
Una cancha. El Cilindro de Avellaneda, no hay mejor que esa.
Un árbitro. Ninguno.
Un personaje del fútbol. Los hermanos Acosta, de Azucena. Unos genios, te hacían reír todo el tiempo.
Una virtud como futbolista. Anticiparme a la jugada, saber lo que va a pasar.
Un defecto como futbolista. La disciplina. Nunca tuve eso, ni para entrenarme ni para cuidarme.
El mejor gol que hiciste. Jugando para Newbery de Comodoro Rivadavia, contra Petroquímica. Fue casi desde mitad de cancha. Había visto que el arquero jugaba un poco adelantado.
El mejor gol que viste. No recuerdo uno en particular.
El mejor futbolista de Tandil. Valentín Depietri.
El futbolista con mayor proyección en Tandil. Valentín Depietri, no tiene techo.
El mejor futbolista de Argentina. Lisandro López, por su vigencia y capacidad goleadora. Además, resuelve la acción dos o tres segundos antes que cualquier otro jugador.
El mejor futbolista del mundo. Lionel Messi.
Un equipo en el que te hubiera gustado jugar. Racing.
Una camiseta que te gustaría tener. La de Riquelme, de Argentina, en el Mundial de Alemania 2006.
Otro deporte. Tenis, me encanta y lo practico.
Tu actividad, además de futbolista. Agente inmobiliario.
Un sueño por cumplir en el fútbol. Ser campeón con Unicen. Sería algo lindo para coronar esa etapa con un grupo hermoso.